La UE aparca el debate sobre su futuro
Bruselas concentra sus esfuerzos en la econom¨ªa y en la aplicaci¨®n de pol¨ªticas cotidianas
El debate sobre el futuro de la Constituci¨®n europea no toca. Es la hora del pragmatismo y de las pol¨ªticas cotidianas que afectan directamente a los ciudadanos. De una manera sigilosa y discreta, el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, ha ido aparcando de la agenda pol¨ªtica el debate institucional, es decir, la discusi¨®n sobre el futuro de la Constituci¨®n y el alcance de la ampliaci¨®n de la UE, para sustituirlo por la pol¨ªtica de las cuestiones diarias. La notable mejora de la econom¨ªa con un crecimiento para este a?o del 2,7%, despu¨¦s de cinco a?os de aton¨ªa, y la mejor visibilidad de la pol¨ªtica exterior de la Uni¨®n Europea (L¨ªbano, Palestina e Ir¨¢n) no han logrado aportar la fuerza suficiente para sacar a la UE del callej¨®n sin salida institucional. La consecuencia es un repliegue hacia la pol¨ªtica interna de los Estados miembros.
Sarkozy abandera un 'minitratado Constitucional' y el rechazo a Turqu¨ªa
En un reciente encuentro con los directores generales del Ejecutivo Comunitario, Barroso, apel¨® a sus cuadros a "centrarse en las actividades diarias". Para el jefe de la Comisi¨®n, la maquinaria de Bruselas debe concentrase en resolver los problemas que m¨¢s afectan a los ciudadanos, "como consumidores". Se refiri¨® expresamente a la "emigraci¨®n, la energ¨ªa, la mejora del mercado interior, y los asuntos sociales", seg¨²n un alto cargo comunitario. Es el desarrollo pragm¨¢tico de los acuerdos alcanzado en la cumbre de Hampton Court, el pasado octubre, que en su momento pasaron inadvertidos, y Barroso ha tenido la habilidad de redimensionar y publicitar.
Un claro indicio de eludir los grandes pronunciamientos pol¨ªticos ha sido el aplazamiento de la conferencia de prensa de inicio de curso de Barroso, prevista para ayer, hasta el pr¨®ximo d¨ªa 26. Para esta fecha est¨¢ previsto el anuncio de aprobaci¨®n por parte de la Comisi¨®n a la entrada de Rumania y Bulgaria en la UE a partir de enero de 2007, con ciertas salvaguardas y condiciones. El efecto y consecuencias de la incorporaci¨®n de estos dos nuevos Estados dominar¨¢ completamente el espacio medi¨¢tico y eclipsar¨¢ cualquier discusi¨®n o divagaci¨®n sobre las cuestiones institucionales.
El pragmatismo de Barroso se justifica en buena parte por la pobreza y escasez de los debates nacionales celebrados sobre el futuro de la Constituci¨®n que hab¨ªa acordado el Consejo de junio de 2005. La realidad es que la fuerza de Bruselas est¨¢ muy condicionada por la fuerza de los Estados miembros, que tienen la ¨²ltima palabra en los Consejos. Con un Nicolas Sarkozy, agitando la bandera del minitratado Constitucional y el abierto rechazo a la entrada a Turqu¨ªa, sin apenas oposici¨®n, el futuro institucional de la UE resulta mucho menos ambicioso y de vuelo m¨¢s bien rasante.
Hasta hace poco las esperanzas estaban depositadas en la pr¨®xima presidencia de Alemania, durante el primer semestre de 2007, con la esperanza de que las elecciones de Francia y Holanda, a finales de la pr¨®xima primavera ya habr¨¢n despejado el horizonte pol¨ªtico europeo. Alemania ha mostrado inter¨¦s por afrontar el desaf¨ªo de la Constituci¨®n, asegura una fuente comunitaria. La iniciativa de Berl¨ªn ser¨¢ abierta. Los alemanes ya han dejado entrever que el nombre del Tratado no es lo determinante.
Para el primer semestre de 2007, la presidencia alemana deber¨¢ presentar un informe "a partir de las extensas consultas con los Estados miembros, que deber¨¢ incluir una evaluaci¨®n del Estado de los debates en relaci¨®n con el Tratado Constitucional y estudiar posibles evaluaciones futuras", seg¨²n acord¨® el Consejo de junio. Tambi¨¦n las ideas pr¨¢cticas se impondr¨¢n en el nuevo tratado, recogiendo los objetivos sustanciales de la Constituci¨®n que no ha podido ser ratificada.
En el ¨¢mbito de la presencia internacional, es precisamente donde la Uni¨®n ha logrado una mayor presencia y reconocimiento. El papel del alto representante, Javier Solana, en nombre de la UE y del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en las negociaciones con Ir¨¢n, visualizan una imagen m¨¢s activa de Europa en el exterior. Una imagen que acaba de reforzar el presidente franc¨¦s Jacques Chirac, potenciando la apuesta por la negociaci¨®n y el di¨¢logo en Ir¨¢n y Oriente Pr¨®ximo, frente al unilateralismo militarista de la Administraci¨®n republicana en Estados Unidos.
Esta creciente influencia europea en el exterior se percibe tambi¨¦n en el aumento del n¨²mero de aspirantes a incorporarse en el club europeo. Pero estas expectativas tropiezan con la debilidad interna europea incapaz de cerrar su propio marco institucional y mantener las puertas abiertas a sus vecinos.
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