Una moderna y extra?a 'Ariadne auf Naxos'
No es s¨®lo la estructura, con un 'Pr¨®logo' entre filos¨®fico y ajeno a la acci¨®n; tampoco la concepci¨®n musical, que huye del crecimiento sin l¨ªmites de las orquestas en esa ¨¦poca y reduce los m¨²sicos a un sencillo cuerpo camer¨ªstico de 37 virtuosos; ni siquiera tiene que ver con la ambig¨¹edad de ciertos personajes como el compositor, que lo interpreta en escena una mezzosoprano y menos el tema, basado en una f¨¢bula cl¨¢sica y simbolista
... Lo que resulta sobresaliente de Ariadne auf Naxos, la fascinante ¨®pera de Richard Strauss y Hugo von Hofmannsthal elegida para inaugurar esta nueva temporada del Teatro Real a partir del d¨ªa 27, es una frescura ajena a los tiempos, ese juego de cajas chinas propuesto por el d¨²o de creadores, m¨²sico y escritor, para eternizar a¨²n m¨¢s el clasicismo y reivindicar las huellas de Haydn y Mozart como padres de toda modernidad.
Fue la tercera colaboraci¨®n de Strauss y Hofmannsthal despu¨¦s de la rompedora Electra, una obra que requer¨ªa la orquesta m¨¢s grande del mundo en n¨²mero y la delicia de otra puesta al d¨ªa m¨¢s rom¨¢ntica, como es El caballero de la rosa. En Ariadne auf Naxos los dos huyen de la hist¨¦rica grandiosidad de la primera y de la inmortal melancol¨ªa de la segunda para proponer un juego de comedia y sencillez en el que tambi¨¦n consiguen ahondar en lo que m¨¢s les interesaba del mundo: la definici¨®n del g¨¦nero humano a trav¨¦s de la m¨²sica y la poes¨ªa.
"Son dos ¨®peras en una",
asegura Christof Loy, que realiz¨® este montaje para el Covent Garden, de Londres. "El pr¨®logo tiene algo de manifiesto filos¨®fico sobre el arte, sobre c¨®mo debe ser hecho y en qu¨¦ circunstancias, qu¨¦ influencias utilizan los artistas para seg¨²n qu¨¦ cosas. Sin embargo, el ¨²nico acto que sigue al pr¨®logo tiene que ser otra cosa, habla de c¨®mo crecemos, de c¨®mo nuestros sentimientos y nuestra visi¨®n del mundo va cambiando y no lo cuentan con los recursos sarc¨¢sticos que utilizan en el pr¨®logo", asegura el director de escena.
De hecho, los dos creadores vieneses ahondan en la definici¨®n de la soledad en los personajes femeninos y del destino, algo sobre lo que ya hab¨ªan sentado c¨¢tedra Mozart y Lorenzo da Ponte, otra pareja legendaria y crucial en la historia de la ¨®pera como m¨²sico y libretista, en t¨ªtulos como Las bodas de F¨ªgaro o Cos¨¬ fan tutte.
Lo que ha pasado a ser la primera pieza de la obra, el 'Pr¨®logo' no exist¨ªa en su primera versi¨®n y les cost¨® a Strauss y a Hofmannsthal sus buenas discusiones. En principio naci¨® como un divertimento musical para unas representaciones de El burgu¨¦s gentilhombre, de Moli¨¨re, que se estrenaron en Stuttgart en 1912. Pero el p¨²blico se sinti¨® confuso con este juego de enigmas que mezclaba la comedia dell'arte con el mito de Ariadne desterrada por Teseo a la isla de Naxos, donde ella se lamenta por su infeliz destino. La reacci¨®n contraria convenci¨® al escritor para que hicieran un pr¨®logo que explicara todo el juego que propon¨ªan despu¨¦s. Strauss lo hizo a rega?adientes, pero finalmente estrenaron la segunda versi¨®n en Viena en 1916 con un ¨¦xito inmenso.
Uno de los secretos tal vez estuviera en el tratamiento musical, tan sutil, tan moderno y a la vez tan anclado en el clasicismo. "La estructura es completamente cl¨¢sica, pero es una ¨®pera para virtuosos, para que los m¨²sicos disfruten en el foso", asegura L¨®pez Cobos. Strauss romp¨ªa con esa obsesi¨®n wagneriana por la orquesta enorme, que ¨¦l comparti¨® tambi¨¦n para Electra, La mujer sin sombra y otros t¨ªtulos. "Hizo de la m¨²sica de c¨¢mara virtud. Es una demostraci¨®n de equilibrio maravillosa entre 37 m¨²sicos y 17 cantantes", afirma el director musical.
Otro acierto fue darle el pa-
pel del compositor -masculino- a una mujer, una idea del m¨²sico que incorpor¨® al 'Pr¨®logo' de la obra. "Strauss cre¨ªa que la aut¨¦ntica dimensi¨®n sensible del esfuerzo de la creaci¨®n la daban con la voz las mujeres m¨¢s que los hombres y dentro de las mujeres, las mezzosopranos, capaces de expresar la burla, el poder y la tragedia mucho mejor que los tenores por ejemplo", dice Loy.
Con Ariadne auf Naxos, el Real prosigue su exploraci¨®n en la obra de Strauss y Hofmannsthal despu¨¦s de haber programado ya t¨ªtulos de ambos como Electra, El caballero de la rosa y La mujer sin sombra, que seg¨²n el poeta era "la ¨®pera m¨¢s bella". Piezas que son ya parte del tronco del repertorio mundial. "Para m¨ª, las columnas principales sobre las que se asienta la historia de la ¨®pera son Mozart, Verdi, Wagner, Strauss y Puccini", asegura L¨®pez Cobos.
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