"Las fotos son los ojos del narrador de un cuento"
Es el fot¨®grafo de una generaci¨®n y tambi¨¦n el cronista visual de su propia vida. Alberto Garc¨ªa-Alix echa la vista a sus primeras fotograf¨ªas de mediados de los a?os setenta en una exposici¨®n en Madrid y que se desdobla en otra muestra que presenta sus nuevas experiencias en v¨ªdeo.
Doble propuesta de Alberto Garc¨ªa-Alix (Le¨®n, 1956), que inaugura simult¨¢neamente dos nuevas exposiciones en Madrid: No me sigas... y Tres v¨ªdeos tristes. En ambos proyectos, Garc¨ªa-Alix muestra facetas in¨¦ditas, o poco conocidas hasta ahora, de su trabajo. En No me sigas
"Desde mis comienzos puedo verme transitar por mis fotos como un personaje m¨¢s"
... recupera un centenar de im¨¢genes realizadas en la d¨¦cada de 1976 a 1986, la etapa de sus comienzos como fot¨®grafo, un periodo en el que trabajaba en peque?o formato, y dirig¨ªa su c¨¢mara fundamentalmente hac¨ªa su propio entorno vital y generacional. En Tres v¨ªdeos tristes, presenta una trilog¨ªa en v¨ªdeo realizada de 2003 a 2006, entre Par¨ªs y Madrid, que se configura como un gran autorretrato, una mirada interior en la que reflexiona sobre su propia trayectoria, sobre su vida, y tambi¨¦n, impl¨ªcitamente, sobre su modo de entender y practicar la fotograf¨ªa. A la manera de un extenso mon¨®logo en tres partes, Alberto Garc¨ªa-Alix pone adem¨¢s su propia voz al texto que acompa?a a las im¨¢genes.
Si buena parte de su obra puede definirse en cierta medida como una fotograf¨ªa de la experiencia, en la que cotidianidad y memoria encuentran su punto de equilibrio, dicha definici¨®n se ajusta ahora, perfectamente, a lo que ofrecen estas dos propuestas en su conjunto. Un acercamiento al universo emocional del propio artista, a trav¨¦s de un arco temporal que lleva desde su nacimiento como fot¨®grafo a un lugar desde el que mira atr¨¢s y construye el relato de su experiencia. Si en alg¨²n momento Garc¨ªa-Alix se ha definido como cazador de im¨¢genes, esta trilog¨ªa en v¨ªdeo sin duda muestra las "huellas" del cazador.
PREGUNTA. Despu¨¦s de tres d¨¦cadas de trabajo y con un estilo largamente depurado y definido, ?es consciente de haber generado una cierta escuela y haberse convertido en referente creativo?
RESPUESTA. Soy consciente de que a mucha gente le gusta mi trabajo, pero yo no soy santo de mi devoci¨®n.
P. Saca a la luz, en la exposici¨®n No me sigas
... , mucho trabajo in¨¦dito, de un periodo de formaci¨®n de su mirada fotogr¨¢fica, color, peque?o formato... ?c¨®mo definir¨ªa aquel periodo y qu¨¦ papel jug¨® en su trayectoria?
R. En aquel periodo, la fotograf¨ªa me sedujo. Se instal¨® en mi vida. Comenc¨¦ a educar mi ojo y fui aprendiendo a sentir lo que miraba. L¨®gicamente, sin aquel periodo, tanto fotogr¨¢fico como vital, hoy no har¨ªa lo que hago.
P. Encuentro esa etapa, de 1976 a 1986, mucho m¨¢s intuitiva, tambi¨¦n m¨¢s directamente biogr¨¢fica, de cazador de im¨¢genes; frente a un Garc¨ªa-Alix m¨¢s reflexivo, m¨¢s distanciado incluso, especialmente a partir de finales de los a?os noventa.
R. A la fuerza esa primera etapa fue m¨¢s intuitiva. Soy autodidacta y cuando comenc¨¦ a tomar fotos no ten¨ªa referencias. No creo que mis fotos tengan m¨¢s carga biogr¨¢fica ayer que hoy, sucede que entonces s¨®lo fotografiaba mi entorno, pero ahora s¨ª soy m¨¢s cazador de im¨¢genes que cuando empec¨¦, tengo m¨¢s cartuchos. Es decir, m¨¢s conciencia y mayor intencionalidad. Lo que veo por la c¨¢mara me obliga a ello. La presi¨®n de mirar a comprender. La necesidad de ver a buscar. Como fot¨®grafo debo decidir el c¨®mo y el d¨®nde mirar. Fragmentar lo que ven mis ojos y darle sentido. Reconocerme. L¨®gicamente, me he hecho m¨¢s reflexivo. Pero m¨¢s distanciado, no. Justamente lo contrario, cada vez estoy m¨¢s cerca... Quiz¨¢s, m¨¢s abstracto. Las fotograf¨ªas, tal y como yo las entiendo, nacen de un estado interior. Tambi¨¦n de un encuentro. De ah¨ª su magia.
P. Sus pies de foto siempre han sido importantes en sus im¨¢genes y daban cuenta de un impulso narrativo impl¨ªcito. Ahora parece responder a esa intenci¨®n expl¨ªcita de narrar mediante el uso del diaporama y el v¨ªdeo.
R. Los pies de foto las hacen andar. Siempre he tenido ese impulso narrativo, nace en el mismo momento que tomo la imagen. Las fotos son los ojos del narrador de un cuento.
P. En la trilog¨ªa en v¨ªdeo, el texto es la base sobre la que se fundamenta el montaje audiovisual. En este ejercicio la imagen secuencial podr¨ªa variarse y, aun as¨ª, mostrar¨ªa lo mismo.
R. El texto de esta obra, o mejor, las palabras, pueden ver lo que no pueden los ojos.
P. En sus "v¨ªdeos tristes" se inclina hacia la construcci¨®n de una atm¨®sfera on¨ªrica que entra en di¨¢logo y tensi¨®n con la objetividad y la inmediatez de lo fotogr¨¢fico. ?Realidad y sue?o?
R. Creo un mon¨®logo interior con la realidad que vivo. El sue?o es la creaci¨®n.
P. En muchas ocasiones el acto de ver y el de fotografiar se funden en uno solo. En su caso, adem¨¢s, el acto de vivir y el de fotografiar tienden a fundirse.
R. Qu¨¦ le vamos hacer, nunca he podido separarlos. Una forma de ver es una forma de ser.
P. Ha realizado muchos autorretratos a lo largo de su trayectoria. ?C¨®mo ha evolucionado ese juego de miradas entre usted y la c¨¢mara? Ahora, sus "tres v¨ªdeos tristes" vienen a ser como un gran autorretrato.
R. Los autorretratos son siempre un ejercicio interesante. Desde mis comienzos puedo verme transitar por mis fotos como un personaje m¨¢s. L¨®gicamente, los m¨ªos evolucionan, a medida que yo los voy haciendo. La trilog¨ªa en v¨ªdeo es un gran autorretrato porque es un viaje introspectivo en busca de mi identidad. El viaje comienza en Par¨ªs. La ciudad me es extra?a, no hablo el idioma, y no puedo ni quiero regresar. He quemado las naves de retorno. La soledad y el desconcierto me envuelven. Paseo por las calles, tomo fotos y miro en mi interior; la segunda parte transcurre mientras el desconcierto ha dejado paso al dolor; ¨¦ste me envuelve, inevitablemente vuelvo a mirar en mi interior. Vivo en un laberinto; la tercera y ¨²ltima parte, realizada en Madrid durante estos ¨²ltimos meses, es la conclusi¨®n de esa mirada. Un mon¨®logo interior con una estructura visual diferente a los anteriores.
P. Las heridas f¨ªsicas y las heridas simb¨®licas est¨¢n muy presentes en su obra. ?La fotograf¨ªa es una forma de cerrar heridas?
R. La fotograf¨ªa es una forma de evidenciarlas, todos tenemos heridas, cerrarlas es cosa nuestra. Lo que s¨ª creo es que gracias a mis fotos, me he librado de ir al psiquiatra.
P. Entre sus referencias fotogr¨¢ficas ha citado, en algunas ocasiones, a Walker Evans, Arnold Newman o Dianne Arbus: la frontalidad de Evans, los retratos "ambientales" de Newman, la disidencia y la discrepancia de Arbus. ?Se siente c¨®modo en esa compa?¨ªa?
R. Soy fot¨®grafo, c¨®mo no sentirme c¨®modo junto a mis maestros.
P. ?A?adir¨ªa alguno m¨¢s a la lista?
R. S¨ª, a muchos. Ser¨ªa una lista muy larga, s¨®lo entre los amigos llenar¨ªa esta entrevista.
P. Le ha gustado confrontar la fotograf¨ªa con otros soportes, especialmente con la p¨¢gina impresa, con la edici¨®n. Ahora con el v¨ªdeo. ?C¨®mo aborda ese di¨¢logo entre diferentes soportes?
R. Para m¨ª todos son lo mismo. Un cuarto de juguetes.
P. Con estas dos exposiciones parece que vuelve a retomar su proyecto "de echar la vista atr¨¢s", del que ya hablaba cuando realiz¨® en 1993 la exposici¨®n Los malheridos, los bien amados, los traidores. ?Un largo camino desde entonces?
R. S¨ª, un mont¨®n de naufragios, bancarrotas, milongas y qu¨¦ s¨¦ yo.
... Fundaci¨®n Canal. Calle de Mateo Inurria, 2. Madrid. Desde el 27 de septiembre hasta el 26 de noviembre.
Tres v¨ªdeos tristes. Trilog¨ªa en v¨ªdeo de Alberto Garc¨ªa-Alix 2003-2006. Canal de Isabel II. Calle de Santa Engracia, 125. Madrid. Del 27 de septiembre al 5 de noviembre.
No me sigas Editorial La F¨¢brica reedita con motivo de esta exposici¨®n su libro sobre Alberto Garc¨ªa-Alix en la colecci¨®n Photobolsillo, actualizado con nuevas fotograf¨ªas.
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