Bogot¨¢, una ciudad para 'rumbear'
Excursiones, museos y vida nocturna en la capital colombiana
Bogot¨¢ empieza a recuperar la chispa; a chicanear, como dicen sus habitantes, orgullosos de las transformaciones de su ciudad. La capital de Colombia recobra la ilusi¨®n y, poco a poco, lucha por alejarse de la imagen de inseguridad ciudadana. En esta macro¨²rbe de ocho millones de habitantes no hay metro para poder desplazarse a lo largo y ancho de una superficie urbana de 385 kil¨®metros cuadrados. Por ello, desde el a?o 2000 funciona el Transmilenio, una red ¨¢gil de autobuses gusano, veh¨ªculos articulados que se desplazan por un carril-bus exclusivo para ellos y cerrado al resto del tr¨¢fico. Sus estaciones est¨¢n cerradas y funcionan como las de un metro.
Bogot¨¢ es el epicentro de un pa¨ªs que se sabe consciente de la calidad de su lengua, de un castellano que ha sabido conservar sus ra¨ªces y m¨²ltiples giros procedentes de las formas m¨¢s arcaicas, adem¨¢s de diversos vocablos que provienen de las lenguas ind¨ªgenas. El viajero descubrir¨¢ la amabilidad de sus gentes y un castellano muy dulce que sorprender¨¢ con expresiones como, por ejemplo, las de los camareros al preguntar al cliente qu¨¦ desea tomar: "A la orden, ?qu¨¦ le provoca?".
Una gran urbe que destaca por el encanto colonial de su centro hist¨®rico, el imponente cerro de Monserrate o el arte rechoncho de Fernando Botero. Y de noche, comida, bebida y baile.
LA CANDELARIA. El centro hist¨®rico de Bogot¨¢ conserva algunas edificaciones de estilo colonial, con luminosos patios interiores y fachadas de vivos colores. Est¨¢ ubicado entre las calles 9 y 15 y las carreras de la 1 a la 5 (estas ¨²ltimas, siempre paralelas a los cerros que marcan el norte de la ciudad). La plaza de Sim¨®n Bol¨ªvar alberga la catedral, el Palacio de Justicia, la Alcald¨ªa Mayor, la Casa de los Comuneros y el Capitolio, sede del Congreso de la Rep¨²blica. Cerca, en la carrera 2 con la calle 11, se puede visitar la plaza del Chorro de Quevedo, que hace referencia a un riachuelo que manaba en este lugar, donde, seg¨²n la leyenda, se fund¨® la ciudad de Bogot¨¢ y se instalaron las primeras chozas.
EL CERRO DE MONSERRATE.
La altitud media de Bogot¨¢ es de 2.600 metros sobre el nivel del mar, un dato que lleg¨® a inspirar el lema tur¨ªstico "Bogot¨¢, 2.600 metros m¨¢s cerca de las estrellas". La altura se nota sobre todo al subir escaleras o alcanzar, mediante un telef¨¦rico, el punto m¨¢s elevado, el cerro de Monserrate, donde se divisa una magn¨ªfica panor¨¢mica de la gran urbe. En el cerro, que se encuentra a 3.190 metros sobre el nivel del mar, encontramos una bas¨ªlica en cuyo interior destaca una imagen de la Virgen de Monserrate, r¨¦plica exacta de la Virgen catalana, un recuerdo de la fundaci¨®n de este templo a cargo de monjes de la abad¨ªa de Montserrat. Junto a la iglesia hay varios restaurantes y un mercadillo con productos artesanales y tradicionales de la regi¨®n.
LOS MUSEOS.
Bogot¨¢ cuenta con numerosos museos. Uno de los imprescindibles es el reconocido Museo del Oro, que cuenta con una nueva sede muy pr¨®xima a la anterior, en las inmediaciones del Palacio de Justicia. All¨ª se expone el conjunto m¨¢s importante de escultura metal¨²rgica precolombina, adem¨¢s de huesos, herramientas o cer¨¢micas. El centro se cre¨® en 1939 con un fondo de unas 35.000 piezas de oro, de las que se exhiben unas 9.000 representativas, entre otras, de las culturas quimbaya o muisca. Para los amantes del arte contempor¨¢neo es parada obligatoria la Casa Mesa del barrio de La Candelaria, que alberga la colecci¨®n y la donaci¨®n de obras pict¨®ricas del colombiano Fernando Botero. Adem¨¢s de 123 pinturas y esculturas suyas, el museo alberga obras de otros 85 artistas como Degas, Monet, Picasso, Mir¨®, Vald¨¦s, Dal¨ª o T¨¤pies.
DE COMPRAS Y DE COPAS.
En Bogot¨¢ se suceden los grandes centros comerciales, como el centro comercial Andino, Atlantis o el de Santaf¨¦, que ahora se construye en las afueras de la ciudad, y que est¨¢ dise?ado para ser uno de los m¨¢s grandes de toda Am¨¦rica Latina. Por la noche no hay nada como disfrutar del sabor de la fiesta bogotana. Hace escasos a?os, una de las zonas preferidas por los m¨¢s j¨®venes era la conocida Zona Rosa, llena de apartamentos residenciales y que albergaba varios locales y discotecas de moda. Las protestas vecinales acabaron convirtiendo estos locales en lujosos restaurantes. Uno de los ¨²ltimos en abrir sus puertas es el club Colombia, que ofrece t¨ªpica gastronom¨ªa colombiana y se ha convertido en el lugar de moda en la capital. Para rumbear, una mezcla entre los conceptos de comer, beber y bailar al mismo tiempo, existen numerosos locales, pero el m¨¢s recomendable es el Andr¨¦s Carne de Res, una finca a las afueras de Bogot¨¢ en la que la m¨²sica, las copas y la carne asada se funden hasta la madrugada.
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