Silencio en la catedral

arcelona

Como ya es norma en la fiesta mayor barcelonesa, el d¨ªa amaneci¨® nublado, llovizn¨® en algunos momentos y la noche amenazaba lluvia. Con ese panorama, no es de extra?ar que la plaza de Catalunya, lugar de llenazos hist¨®ricos en los ¨²ltimos a?os, estuviera pr¨¢cticamente vac¨ªa cuando, a las 22.00 horas, el bueno de Llibert Fortuny puso en marcha todos sus artilugios electr¨®nicos mientras soplaba con su saxo alto y consegu¨ªa sonar como toda una orquesta. Fortuny no estaba anunciado, era simplemente el presentador, pero tambi¨¦n es l¨®gico que un saxofonista acuda con su saxo. Tras esa peque?a demostraci¨®n de ritmo, Llibert Fortuny ley¨® un peque?o manifiesto para la apertura de miras musicales y present¨® el espect¨¢culo Accent obert, que ha ideado el cantautor Roger Mas y que, como finalmente no llovi¨®, iba a ocupar el inmenso escenario durante las siguientes dos horas.

Accent obert propone cuatro miradas sobre el mundo de la can?¨® actual. Destac¨® la de Marc Parrot con su desinhibici¨®n habitual y su dominio esc¨¦nico. En ese momento la plaza ya mostraba una presencia de p¨²blico bastante mayor, pero sin agobios. Antes de que Accent obert ocupase el escenario, la gente del grupo Cantautar hab¨ªa ofrecido en un lateral su personal homenaje a la nova can?¨®, incluso con una versi¨®n de L'estaca en clave danzante. Una visi¨®n simp¨¢tica, pero todav¨ªa un poco verde.

Mientras Mazoni, que abri¨® Accent obert, luchaba contra una cierta soledad, en la plaza de la Catedral Pitingo ten¨ªa bastante m¨¢s suerte. Todas las sillas colocadas ante la fachada del templo estaban llenas y muchos curiosos se deten¨ªan a escuchar atra¨ªdos por la magia que sal¨ªa simplemente de una voz y una guitarra. Y no era para menos: Pitingo es un reci¨¦n llegado, pero sin duda no se equivocan los que ven en ¨¦l a una de las grandes voces del flamenco no ya venidero sino tambi¨¦n actual.

Fue un acierto programarlo en la catedral, donde pudo demostrarlo ampliamente. Acompa?ado por la sabidur¨ªa guitarr¨ªstica de Juan Carmona, el de Huelva pertrech¨® un gran concierto que acall¨® las ganas de fiesta ruidosa de algunos paseantes y consigui¨® en algunos momentos un silencio total.