Coronado nueva versi¨®n
Est¨¢ al borde de los 50, pero no le asustan las arrugas. Se gusta m¨¢s ahora que cuando era el gal¨¢n oficial del cine espa?ol. Muda de piel, y en su nueva pel¨ªcula, 'La distancia', da vida a un polic¨ªa corrupto y homosexual
Llega en moto y con cinco minutos de retraso; ataviado con vaqueros, camisa negra y zapatillas chinas azules, con las que acabar¨¢ jugando a lo largo de la entrevista, como si quisiera despojarse de ellas. Todav¨ªa huele a loci¨®n de afeitar. Sostiene el casco en una mano y el m¨®vil en la otra. Su educaci¨®n le obliga a pedir perd¨®n por la tardanza m¨ªnima antes de disculparse de nuevo porque a¨²n tiene pendientes un par de llamadas. "Idme pidiendo un caf¨¦", le pide a su representante. Poco despu¨¦s reaparece en la soleada terraza de un lujoso hotel de Madrid, con sonrisa satisfecha porque Nicol¨¢s, su hijo mayor, de 17 a?os, ha aprobado las asignaturas pendientes. Antes de sentarse ha saludado a los camareros con el desparpajo propio de una persona amable que se siente segura de s¨ª misma. Tambi¨¦n ha captado, en este caso con un gesto de timidez dirigiendo fugazmente la vista hacia el suelo, los movimientos de cabeza y la mirada curiosa de los empleados y los clientes del hotel que le han reconocido a la primera.
Jose Coronado goza de una fuerte popularidad. En los ¨²ltimos 20 a?os se le ha visto en televisi¨®n, en algunas de las series de mayor audiencia; en el cine, en todos los papeles posibles, y en el teatro, siempre que ha podido. Debut¨® en La Scala de Mil¨¢n con 29 a?os, con una lanza entre las manos y un par de frases de relleno. Suena a broma, pero en aquel momento su experiencia, preparaci¨®n y vocaci¨®n eran pr¨¢cticamente nulas; tanto es as¨ª que, en alg¨²n momento de la representaci¨®n, dirigida por Llu¨ªs Pascual, tuvo un fugaz ataque de p¨¢nico -"?pero qu¨¦ hago yo aqu¨ª?"-. Pero aquello fue como la botadura de un barco. Desde entonces no le ha faltado el trabajo, aunque ahora, cuando se ve en algunos de esos primeros papeles, su actuaci¨®n le chirr¨ªe un poco. Es cierto que carec¨ªa de m¨¦todo, pero, a cambio, ofrec¨ªa un f¨ªsico potente, as¨ª que le llovieron los papeles de gal¨¢n. "?C¨®mo es que ha contratado a un actor sin experiencia?", le pregunt¨® en una ocasi¨®n un periodista a Ricardo Franco cuando se estren¨® Berl¨ªn blues (1988). "Porque sabe c¨®mo amar a una mujer", fue la respuesta del director ya fallecido.
Pero todo eso ya forma parte de la historia. El Coronado que se sienta hoy bajo la sombrilla de una terraza con un pitillo en la mano no necesita justificaciones de ning¨²n tipo. Un nuevo estreno, La distancia, de I?aki Dorronsoro, le devuelve a la cartelera. Guillermo, el personaje que interpreta -un polic¨ªa corrupto y homosexual-, tiene que hacer trampas todos los d¨ªas para que su vida funcione. ?Se ha sentido alguna vez as¨ª? "En la profesi¨®n en la que yo trabajo hay que hacer ciertas trampas; no tanto como mentir, pero s¨ª decorar verdades, poner buena cara ante personas que en situaciones normales no la pondr¨ªas. Los actores gastamos muchas dosis de paciencia en conservar las formas y en hacer relaciones p¨²blicas. Parece que siempre estemos obligados a lucir una sonrisa eterna; sobre todo, si te encuentras de promoci¨®n. A las entrevistas hay que llegar con buena cara y tratar de decir algo inteligente".
La oscuridad, la culpa y el remordimiento desempe?an un papel destacado en su nuevo trabajo para el cine. Fue precisamente ese lado oscuro del personaje lo que le atrajo de ese polic¨ªa de la Brigada de Homicidios, capaz de ejecutar actos salvajes, pero con una dosis de ternura. "Me gust¨® mucho la fragilidad de Guillermo, un tipo que tiene que parecer fuerte para moverse en un mundo de hombres duros, y que, sin embargo, es d¨¦bil tanto por su condici¨®n de homosexual como por la lucha interna que sostiene consigo mismo entre el bien y el mal", asegura. Coronado suele repetir que prefiere interpretar personajes que no tengan nada que ver con su vida, aunque eso finalmente no sea determinante a la hora de elegir un papel. "Los inteligentes nunca son personajes f¨¢ciles de trabajar, resulta m¨¢s sencillo interpretar a los tontos", dice. Cuando llega un buen gui¨®n y resulta completamente ajeno a lo que conoce o ha interpretado le atrae m¨¢s, porque supone moverse en registros desconocidos. "Desde el punto de vista profesional resultan mucho m¨¢s agradecidos a la hora de abordarlos; incluso dir¨ªa que me resultan m¨¢s f¨¢ciles, porque cuando construyo un personaje empiezo por despojarle de todo lo que hay de m¨ª mismo en ese papel e intento crear algo nuevo. Cuando alguien se encuentra muy lejos de ti, un asesino, un pederasta o un cura, te obligas a trabajar desde cero, empezar en blanco, sin tener que borrar nada".
No es la primera vez en su carrera que interpreta a un polic¨ªa; incluso particip¨® en la serie Brigada Central, que dirigi¨® Pedro Mas¨®. Documentarse como pasma le oblig¨® a pasar un tiempo en la DGS (antigua Direcci¨®n General de Seguridad) viendo c¨®mo se mueven los agentes de la ley y el orden. Esa experiencia modific¨® su opini¨®n sobre la polic¨ªa. Se trata, dice, de una profesi¨®n de las m¨¢s duras que existen. Ha le¨ªdo en alg¨²n sitio que es uno de los trabajos con m¨¢s altos ¨ªndices de divorcio. "Trabajar al lado de los malos y moverse entre el alcohol y el delito crea un car¨¢cter determinado. Est¨¢n constantemente entre esa franja que separa el bien y el mal, y que en ocasiones suele ser demasiado fr¨¢gil; luego tienen muchas tentaciones, por eso creo que la honestidad y la integridad en la polic¨ªa tienen mucho valor".
El polic¨ªa que interpreta en 'La distancia' oculta su tendencia sexual para no ser menospreciado por unos compa?eros que cuando quieren insultarle le llaman maric¨®n. ?Cree que mucha gente sigue pensando as¨ª?
Las formas son diferentes, pero en el fondo creo que persiste algo de ese esp¨ªritu tan a?ejo. Pasa algo parecido con el racismo; as¨ª, de entrada, ninguno nos declaramos racistas, pero luego, cuando rascas un poco, sale una cara que no tiene nada que ver con esa imagen inicial. Personalmente trato de ver las cosas con optimismo, creo que al menos hemos llegado a un punto bastante civilizado en el que las formas se respetan y no se agrede ni se insulta a nadie, aunque por dentro mucha gente piense de esa manera tan retr¨®grada.
En el otro lado estar¨ªan los que parecen decididos, en nombre de la libertad, a 'sacar del armario' a los que no desean que se conozca su homosexualidad. ?Le parece justa esta actitud?
Soy partidario de la libertad por encima de todo y de que las tendencias sexuales de cada uno se sit¨²en en la intimidad. Entiendo tambi¨¦n que mucha gente haya enarbolado la bandera para conseguir unos derechos sociales que en el siglo en que vivimos son? de caj¨®n, y comprendo tambi¨¦n que en un momento concreto eso se haya utilizado; pero una vez que lo tienes conseguido, que cada uno duerma con quien quiera mientras que sea un ciudadano que pague sus impuestos y no cometa delitos.
No es la primera vez que interpreta a un gay en el cine. Su papel en el teatro en 'Algo en com¨²n' fue aplaudido por la cr¨ªtica y el p¨²blico. ?Siente que podr¨ªa convertirse en un icono homosexual?
?Por qu¨¦ no? No me importar¨ªa lo m¨¢s m¨ªnimo. Las mayores satisfacciones que yo he sentido en mi carrera las tuve cuando interpret¨¦ esa obra de teatro. Los mejores premios que he recibido los tuve all¨ª mismo, cuando parejas de homosexuales llegaban con l¨¢grimas en los ojos a darme las gracias. Es de lo mejor que he hecho, y me hizo amar a¨²n m¨¢s esta profesi¨®n porque llegu¨¦ a ahondar en teclas m¨ªas que estaban absolutamente escondidas. Ah¨ª aprend¨ª lo que es el amor con may¨²sculas. Pero bueno, volviendo a la pregunta, no hay que ser gay para ser un icono homosexual.
Para un director novel, en este caso I?aki Dorronsoro, conseguir actores consagrados no debe de resultar sencillo; sin embargo, ah¨ª est¨¢n usted y el incombustible Federico Lupi poniendo lo mejor de s¨ª mismos. ?Encuentra ventajas en trabajar con los realizadores que empiezan?
La ilusi¨®n y la preparaci¨®n de un director que empieza no la encuentras ya en un monstruo consagrado. La gente novel se juega un poco todo en su primera pel¨ªcula, y de ese resultado depender¨¢ en parte que sigan o no en el futuro. Llegan tan cargados de informaci¨®n y de ganas que da gusto; vienen tambi¨¦n con el respeto y la sencillez del que empieza, lo que para un actor suele ser positivo porque van a facilitar mucho las cosas. Un director normal, a lo mejor se limita a decirte: "A ver, llega a la marca y di la frase", y eso es lo que a lo mejor hay que hacer, pero resulta un disfrute personal meterte en un proyecto y que se te contagie toda esa ilusi¨®n de cuando empezabas. Atacas por donde quieras: "Dime un color para esta secuencia", "dame una m¨²sica para este personaje", y ellos te lo buscan. Eso, que a lo mejor no parece importante, despu¨¦s de dos meses de estar trabajando, te permite medir muy bien el criterio del director con respecto al actor que tiene enfrente.
Carmen Maura me dijo durante un rodaje que los directores de cine se divid¨ªan en dos categor¨ªas: los que hablan y los que no dicen nada y dejan que los actores se busquen la vida. ?Est¨¢ de acuerdo con esta afirmaci¨®n, usted que ha trabajado con directores como Mario Camus, Carlos Saura o Vicente Aranda? ?Cu¨¢l es el modelo que prefiere?
Me tengo que quedar y me quedo con los que hablan, con Enrique Urbizu por encima de todo, uno de los mejores realizadores y uno de mis mejores amigos. Me gusta m¨¢s ese modelo, aunque hay gente que no habla pero sabe escuchar, como es el caso de Saura o Camus. Recuerdo a Saura cuando rod¨¢bamos Goya en Burdeos; le fui a preguntar c¨®mo quer¨ªa que acometiera una secuencia y me respondi¨®: "Oye, te he escogido a ti porque me gustas como actor; t¨² tienes que hacer tu trabajo". Me dio tal punto de libertad y de confianza que acab¨¦ escribiendo yo mismo una secuencia con toda mi osad¨ªa de actor. Se lo dije despu¨¦s de darle muchas vueltas y muchas explicaciones, y me respondi¨®: "Vale, la rodamos", y eso me encant¨®. Saura tiene esa sencillez de estar abierto a todo lo que le rodea; un caso aparte son los que van a tiro hecho, los que no hablan y encima no escuchan. ?sos son los peores. Pero si tengo que elegir, me gusta charlar con el director hasta la saciedad, emborracharnos, buscar caminos distintos y jugar hasta encontrar el camino del personaje.
En su caso, Coronado lleva jugando unos cuantos a?os. Debut¨® en el teatro despu¨¦s de haber empezado y abandonado las carreras de derecho y medicina -ha asegurado que pasaba m¨¢s tiempo en el bar jugando al mus que en clase-. M¨¢s tarde mont¨® una agencia de modelos, otra de viajes y un restaurante, hasta que empez¨® con la interpretaci¨®n. Cuando le preguntan c¨®mo descubri¨® su vocaci¨®n de actor responde que fue el azar quien le puso en este camino. No ten¨ªa vocaci¨®n de ning¨²n tipo ni tampoco antecedentes familiares. "En ese momento me encontraba con un negocio de hosteler¨ªa abierto, un trabajo ingrato y estresante, y necesitaba cambiar, olvidarme de las lechugas y de los clientes, y fue una amiga, una actriz que estaba haciendo un curso con Cristina Rota, la que me recomend¨® hacer un curso de interpretaci¨®n para rebajar tensi¨®n", recuerda.
Ahora, Cristina Rota se ha convertido en la maestra de referencia de, al menos, dos generaciones de actores espa?oles, pero entonces apenas acababa de aterrizar en Madrid huyendo de la dictadura argentina, que ya hab¨ªa desaparecido a su marido. Impart¨ªa clases en una buhardilla, en la madrile?a plaza de Santa Ana. Juanjo Artero, Ana Torrent, Pastora Vega y Gabino Diego se contaban entre los alumnos en ese momento.
Al poco de arrancar el curso, Coronado decidi¨® sincerarse con Cristina Rota: "?Crees que tengo posibilidades?". Y ella, que no suele ser nada complaciente, le contest¨® que contaba con presencia y con voz, y que, si trabajaba duro, podr¨ªa conseguirlo. El resultado no se hizo esperar. Al mes se present¨® a una audici¨®n con Llu¨ªs Pascual para el Centro Dram¨¢tico Nacional y debut¨® en La Scala de Mil¨¢n con una obra de Lorca. "Estando en el escenario me acuerdo que pens¨¦: ?pero qu¨¦ hago aqu¨ª, si hace un mes trabajaba en un restaurante? Hay que aclarar que interpretaba a un personaje de lanza con apenas unas frases. Pero ahora puedo decir que aquel mes fue fundamental en mi vida. Tras la experiencia con Cristina Rota me tir¨¦ dos meses viviendo las 18 horas de ensayo del Centro Dram¨¢tico Nacional para empaparme bien, pero enseguida descubr¨ª lo mejor de todo: aquello me apasionaba".
Hasta entonces fue eso que se denomina como un 'culo inquieto'.
M¨¢s que un culo inquieto es que desde los 18 a?os ya me ganaba la vida. Ahora creo que en realidad estaba buscando mi sitio. Me alegro enormemente de haber dado con la profesi¨®n que me permite vivir situaciones distintas con cada uno de los personajes que interpreto. A los 30 a?os tienes ganas de encauzar su vida, y aquello me cambi¨® radicalmente porque descubr¨ª cu¨¢l era mi objetivo profesional, un lugar en el que pod¨ªa aportar algo y centrarme.
Su formaci¨®n puede calificarse de un tanto heterodoxa, ya que su paso por una escuela de interpretaci¨®n fue fugaz. ?C¨®mo prepara sus papeles?
Soy bastante antim¨¦todo. Tengo una diferencia con respecto al resto de los actores, y es que empec¨¦ muy tarde. La segunda pel¨ªcula que hice fue Berl¨ªn blues, con Ricardo Franco. Me acuerdo de que un periodista le pregunt¨® por qu¨¦ hab¨ªa optado por un actor sin experiencia, y ¨¦l respondi¨®: "No tiene experiencia profesional, pero tiene vida por detr¨¢s y sabe de lo que habla. Conoce lo que es amar a una mujer y desearla". Visto con la perspectiva que dan los a?os, creo que haber pasado tanto tiempo buscando y dando bandazos me sirvi¨® despu¨¦s para apreciar lo que ten¨ªa y que no se me llenase la cabeza de estrellitas, una cosa muy f¨¢cil en esta profesi¨®n cuando tienes 19 o 20 a?os. Y as¨ª he seguido hasta el d¨ªa de hoy. S¨®lo intento ser un obrero de mi profesi¨®n y ponerme el casco por las ma?anas.
Como la mayor parte de los actores de su generaci¨®n, se ha curtido en todos los frentes posibles. ?Ha interpretado lo que le dictaba su cerebro y su coraz¨®n sin hacer ascos a nada?
S¨¦ que hice muchos trabajos que ahora los veo y me hacen da?o, pero fue algo necesario mientras iba aprendiendo. Hice la universidad trabajando, que es como m¨¢s r¨¢pido se aprende. Empec¨¦ con el teatro, pero enseguida pas¨¦ a las series de televisi¨®n. Algunos actores, entonces, no entend¨ªan esos saltos, pero no me arrepiento. Cada medio te aporta algo. El buen actor del siglo XXI es el que ha tocado los tres medios. El teatro es voz y expresi¨®n corporal; el cine es ojos y contenci¨®n, y la televisi¨®n, un s¨¢lvate como puedas. Despu¨¦s de pasar por un plat¨® televisivo te pones a hacer cine y te parece f¨¢cil interpretar en medio del silencio y con esas facilidades, porque la tele es un gimnasio fant¨¢stico para el actor.
La serie Periodistas le convirti¨® en un personaje popular, pero C¨®digo fuego fue retirada de la parrilla al sexto cap¨ªtulo. La medici¨®n de audiencia -"la ley de mercado"- como sistema para determinar la continuidad o la retirada de un programa de televisi¨®n le parece tremendamente injusta. Como ejemplo, Coronado cita lo ocurrido recientemente con Vientos de agua, de Juan Jos¨¦ Campanella, una serie de "gran calidad" a la que no le han dado ni un minuto de chance para que pueda progresar.
Ha rozado el Goya a la mejor interpretaci¨®n en dos ocasiones (Goya en Burdeos y La caja 507), pero haberse quedado sin la estatuilla no le ha ocasionado ning¨²n trauma. "Los premios son la guinda de la tarta, pero el pastel sabe bien sin guinda". Llevar 20 a?os trabajando sin haber pasado ni un mes parado, ¨¦sa es la gran recompensa de un actor. "Estoy seguro de que muchos de los que tienen el Goya como pisapapeles en su casa est¨¢n esperando a que suene el tel¨¦fono, y lo cambiar¨ªan por el trabajo continuado". Su idea del reconocimiento pasa porque se le catalogue como un actor honesto, que trata de hacer lo mejor posible su trabajo.
Coronado acaba de cumplir 49 a?os y se enfrenta a una etapa de su vida en la que ya no le asustan las arrugas, aunque tampoco reniega a estas alturas de su consideraci¨®n de gal¨¢n. Su f¨ªsico fue lo que le abri¨® las puertas en el mundo del espect¨¢culo, aunque despu¨¦s se ha pasado diez a?os intentando quitarse esa losa de encima a base de interpretar a "perdedores, homosexuales y antigalanes". Ahora, esa etiqueta "de atractivo o de guapo" se ha convertido en una baza m¨¢s a su favor. "Al p¨²blico en general le gusta que los protagonistas tengan un f¨ªsico potente, y el que s¨®lo pone la cara acaba por caerse del cartel". Se siente mucho m¨¢s guapo a medida que cumple a?os. "Las personas, como el buen vino, van mejorando si su existencia es guapa. Si t¨² sonr¨ªes en la vida, las arrugas de la vejez ser¨¢n bellas. Me gusto m¨¢s ahora".
Sus romances con Paola Domingu¨ªn, madre de su hijo Nicol¨¢s; M¨®nica Molina, con la que tiene una ni?a, Candela, y con la modelo Esther Ca?adas, han sido suficientemente aireados por la prensa del coraz¨®n, aunque, eso hay que reconoc¨¦rselo, ¨¦l nunca haya dicho una palabra al respecto. Se ha visto perseguido por los paparazzi, asediado por los micr¨®fonos y las c¨¢maras en los aeropuertos, cazado a la salida de un restaurante y asaltado en plena calle cuando caminaba en compa?¨ªa de sus hijos; por eso, Coronado lucha por salvaguardar su profesi¨®n y a las personas a las que quiere de la mirada de los dem¨¢s. Ahora, enamorado de una bailarina, parece haber encontrado tambi¨¦n la estabilidad en el terreno de los sentimientos: "Hace unos a?os, todav¨ªa se pod¨ªa hablar de tu vida ¨ªntima, pero el periodismo rosa ha hecho tanto da?o que mucha gente se ha encerrado bajo una concha, porque todo se saca de contexto y se interpreta mal. Tambi¨¦n eso es algo que he aprendido paralelamente a mi profesi¨®n: no s¨¦ casi nada de los actores que m¨¢s me gustan. Las facetas personales acaban por distraer a los espectadores a la hora de contemplar a un personaje. Pero, al margen de consideraciones art¨ªsticas, tenemos derecho a mantener nuestra intimidad. Se han dicho muchas cosas de m¨ª que no eran verdad, y, lo que es peor, se siguen repitiendo con el paso del tiempo; por eso me niego a hablar de mi vida, por inter¨¦s personal y profesional. No me parece digno compartir con otra gente, adem¨¢s de forma desvirtuada, lo que tienes que compartir con tus seres queridos".
Poco antes de viajar a San Sebasti¨¢n -donde, en el apartado de nuevos realizadores, acaba de asistir al estreno de La distancia en el festival de cine- puso el punto final a una pel¨ªcula para Tele 5 con el director de fotograf¨ªa Salvador Calvo, el mismo que realiz¨® Motivos personales. Tendr¨ªan que haber rodado en ocho semanas, pero como tienen ya "el culo muy pelado" en lo que a televisi¨®n se refiere, lo han hecho en la mitad de tiempo. El Instituto de Babel narra la vida en un centro educativo de ni?os emigrantes y sus problemas de integraci¨®n. Y en octubre empieza el rodaje de Todos est¨¢is invitados, la nueva pel¨ªcula de Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n, en la que interpretar¨¢ a un profesor de la Universidad del Pa¨ªs Vasco que est¨¢ amenazado por ETA. El papel supone un gran reto para este actor que se ver¨¢ obligado a hablar a base de silencios. En el filme de Guti¨¦rrez Arag¨®n comparte cartel con ?scar Jaenada, un joven y prometedor actor.
El cine espa?ol parece instalado en las subvenciones, y apenas un pu?ado de directores consiguen que sus pel¨ªculas se aplaudan fuera de nuestras fronteras. La disminuci¨®n de espectadores a las salas aumenta cada a?o, aunque siempre hay alguna pel¨ªcula concreta -'Los otros', 'Torrente', 'Mar adentro'- que, debido a su ¨¦xito, maquilla los resultados. ?Qu¨¦ cree que ser¨ªa bueno para mejorar esta situaci¨®n?
La salud del cine espa?ol anda delicada, pero hemos aprendido a convivir con esa enfermedad. Soy partidario de las subvenciones y tengo bastante confianza en el Gobierno en ese sentido. El cine es uno de los mejores instrumentos para mantener nuestra cultura y nuestras tradiciones, y que se nos reconozca en el mundo, algo que han conseguido los directores que han logrado que sus pel¨ªculas se estrenen fuera de nuestras fronteras. Se trata de una obligaci¨®n cuando tenemos un patrimonio cultural tan rico como el nuestro.
?Es comparable la calidad de nuestras pel¨ªculas con las que se producen en Francia o Italia?
Sin duda alguna. Se trata del cine que a m¨ª me interesa m¨¢s porque te ayuda a pensar, te ense?a y pone de manifiesto cosas que al cine norteamericano no le interesan; salvo excepciones, su objetivo es mantenerte con la boca abierta llena de palomitas, y eso creo que no sucede ni en el cine espa?ol, ni en el franc¨¦s, aunque el franc¨¦s pueda ser tachado de m¨¢s purista frente al espa?ol, que nos atrevemos a meter m¨¢s entretenimiento. El cine franc¨¦s tiene mucho m¨¢s apoyo que el nuestro; pero no s¨®lo el cine, tambi¨¦n la televisi¨®n.
Tiene dos hijos. ?Le gustar¨ªa que fueran actores?
Como a la mayor parte de los padres, me gustar¨ªa que fueran felices; pero ser¨¢n actores porque vivo con ellos mi profesi¨®n, una profesi¨®n que incita al juego, y les motivo para que vivan y cuenten historias desde peque?os. Pero no tengo ning¨²n deseo de que sigan mis pasos profesionales. Me preocupa mucho m¨¢s su educaci¨®n, y que sepan ser tolerantes, y que den gracias por poder comer y sonre¨ªr todos los d¨ªas.
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