Alternativas para las tierras agr¨ªcolas
Casi 1,5 millones de hect¨¢reas pueden tener como salida de futuro la producci¨®n de biocombustibles
La producci¨®n de biocarburantes a partir de materias primas agr¨ªcolas constituye uno de los objetivos comunitarios para reducir la dependencia energ¨¦tica del petr¨®leo. En Espa?a ese compromiso supondr¨¢ adem¨¢s la posibilidad de utilizar casi 1,5 millones de hect¨¢reas de secano y regad¨ªo para el cultivo de cereales y plantas oleaginosas en tierras que hoy corren peligro de quedar abandonadas.
El 50% de la industria y el 70% de su capacidad se hallan ubicados en las costas, con vistas a la importaci¨®n de grasas, semillas y cereales
De acuerdo con los compromisos comunitarios para impulsar el desarrollo de la biomasa y los biocarburantes como sustituci¨®n del petr¨®leo, el Plan de Energ¨ªas Renovables (PER) aprobado por la Administraci¨®n espa?ola contempla el objetivo de que, en 2010, el 5,75% de la demanda de combustible para el transporte proceda de los biocarburantes.
Este compromiso es asumido por Agricultura, industrias y organizaciones agrarias. Si embargo, todas las partes est¨¢n de acuerdo en la conveniencia de acelerar el cumplimiento de ese porcentaje y poder llegar al 10% entre 2010 y 2012.
Para llegar a ese objetivo, las partes m¨¢s importantes implicadas, el sector agrario y las industrias, han planteado sus reivindicaciones. Desde el sector agrario se reclama a la Uni¨®n Europea un aumento del actual nivel de ayudas de 45 euros por hect¨¢rea y que se incremente el techo de 1,5 millones de hect¨¢reas con derecho a subvenci¨®n para toda la UE. La Administraci¨®n y el sector agrario espa?ol coinciden tambi¨¦n en plantear en Bruselas una subida de la ayuda de entre 70 y 90 euros, lo que supondr¨ªa un aliciente a la hora de realizar las siembras. Por su parte, las industrias mantienen sus peticiones de rebaja de la fiscalidad para el uso de los biocarburantes y una normativa m¨¢s favorable para la utilizaci¨®n de esos productos por parte de las compa?¨ªas petroleras, que en el pasado han mantenido fuertes reticencias.
Desde la perspectiva industrial, los ¨²ltimos a?os y sobre todo los ¨²ltimos meses han sido escenario de abundantes iniciativas empresariales para la construcci¨®n de industrias destinadas tanto a la producci¨®n de bioetanol a partir de cereales, biomasa y alcohol v¨ªnico, como de biodi¨¦sel a partir de aceites vegetales y aceites usados. En esta carrera se encuentran algunos de los grandes grupos industriales ya relacionados con el sector de los biocarburantes, as¨ª como otros que han desembarcado en esta actividad, como Abengoa, Repsol, EHN, Biocarburantes de Catalu?a, Acciona, Ecoteo, Sniace, Ebro Puleva, SOS, Acor, ARJ, Simsa y Sesostris, junto a numerosas iniciativas que van desde la Administraci¨®n a trav¨¦s de la empresa p¨²blica Sepides, del IDAE y de peque?as cooperativas agrarias.
En lo que afecta al sector agrario, para la producci¨®n del 5,75% de los biocombustibles para el transporte previsto en el PER es necesario disponer de casi dos millones de materia prima de toneladas equivalentes de petr¨®leo (tep). De esa cifra, 750.000 toneladas deber¨ªan ser para la obtenci¨®n de bioetanol, 550.000 de cereales y biomasa y 200.000 de alcohol v¨ªnico. Para la producci¨®n de biodi¨¦sel se deber¨¢n disponer de 1.211.000 toneladas equivalentes de petr¨®leo, de las que 1.021.800 ser¨ªan de aceites vegetales puros y otras 200.000 toneladas de aceites usados.
Una salida necesaria
Al menos sobre el papel, la producci¨®n de esa materia prima para la obtenci¨®n de biocombustible se presenta como la salida para 1,5 millones de hect¨¢reas ahora dedicadas a la producci¨®n de cereales o grasas tanto para la alimentaci¨®n humana como para la animal. En principio, para lograr esos objetivos de materia prima se estima necesaria la siembra de 546.000 hect¨¢reas de cultivo de trigos, 245.000 hect¨¢reas de cebadas, 52.000 hect¨¢reas de ma¨ªz y otras 50.000 hect¨¢reas de remolacha, en lo que afecta a la producci¨®n de bioetanol.
En el caso de materia prima para la producci¨®n de biodi¨¦sel, las primeras previsiones apuntan a la necesidad de contar con m¨¢s de 400.000 hect¨¢reas para la producci¨®n de colza en tierras de secano y en regad¨ªo, con unas previsiones de cosecha por hect¨¢rea entre los 2.300 y los 2.500 kilos.
El girasol se ha considerado tradicionalmente como un cultivo para el que su uso como biocombustible era una importante salida para grandes superficies de secano y regad¨ªo. Sin embargo, la realidad es que dado su componente de yodo y sus precios, sus posibilidades para utilizar en la producci¨®n de biocombustibles son m¨¢s reducidas que la colza. En la producci¨®n de biodi¨¦sel, los estudios t¨¦cnicos sit¨²an el porcentaje de colza en un 50%, para distribuir el otro 50% entre otros aceites como palma, soja o girasol. El precio m¨¢s alto del girasol puede ser un factor determinante para una menor utilizaci¨®n de la prevista
La Administraci¨®n y el sector agrario coinciden en se?alar las grandes posibilidades que ofrece la producci¨®n de materias primas para biocombustibles en una parte del campo donde se temen graves problemas de abandonos por el pago de las ayudas sin producir y la falta de relevo generacional, sobre todo en la Espa?a interior. Sin embargo, ante esta alternativa hist¨®rica desde el sector agrario ya se han planteado los primeros interrogantes y temores a que el biocombustible sea un negocio para la industria, pero no una salida para las producciones agr¨ªcolas nacionales.
Materias importadas
Desde la organizaci¨®n agraria UPA se advierte que m¨¢s del 50% de las plantas para la producci¨®n de biocarburantes se han establecido en las costas y que las mismas tienen capacidad para producir m¨¢s del 70% del total del biocombustible proyectado. Esa situaci¨®n, se considera en medios agrarios, reflejar¨ªa la posici¨®n de unas industrias interesadas en la obtenci¨®n de los biocarburantes, pero con una clara inclinaci¨®n por la utilizaci¨®n de materia prima procedente del exterior.
De hecho, una de las primeras plantas en entrar en producci¨®n para la obtenci¨®n de bioetanol como la ubicada en Salamanca, propiedad de Abengoa y Ebro Puleva, ya ha utilizado las primeras 300.000 toneladas de trigo ingl¨¦s importado por los puertos del norte, aunque la operaci¨®n se llev¨® a cabo la campa?a anterior, con la cosecha de cereales m¨¢s baja de las ¨²ltimas d¨¦cadas por la sequ¨ªa. Las importaciones no se contemplan, sin embargo, por las industrias como una acci¨®n puntual, sino como una v¨ªa normal de abastecimiento de materias primas simplemente en funci¨®n de los precios de los mercados.
El tren para el campo y el medio rural s¨®lo pasa una vez
La producci¨®n de biocombustibles se presenta como la gran salida para la actividad agraria y, sobre todo, para el medio rural. Sin embargo, para ello, se?alan las organizaciones agrarias, se debe lograr un equilibrio entre los intereses de los agricultores y de los industriales, algo que en su opini¨®n no existe en este momento.
Seg¨²n los datos elaborados por la Administraci¨®n y recogidos en el PER, con las medidas fiscales previstas y los precios actuales del petr¨®leo, las industrias podr¨ªan pagar la cebada a 0,12 euros el kilo; el trigo, a 0,152 euros, y el girasol, a 0,15 euros el kilo. Frente a esas cotizaciones, los contratos realizados en la ¨²ltima campa?a han sido de una media de 0,105 euros por kilo para las cebadas; 0,12 euros, para los trigos, y 0,19 euros el kilo para el ma¨ªz, lo que supone una cifra carente de inter¨¦s al estar por debajo de los precios del mercado y exigir mayores controles burocr¨¢ticos.
Desde medios industriales se alega que el agricultor complementa esa cifra con la ayuda comunitaria, lo que le permite unos ingresos finales iguales o superiores a los del mercado.
Para el responsable t¨¦cnico de UPA, Javier Alejandre, si realmente se pretende que los biocombustibles sean la salida para cientos de miles de hect¨¢reas en el futuro en las zonas menos favorecidas del pa¨ªs, es preciso cambiar esta situaci¨®n. Para ello se reclama un mayor compromiso de Agricultura en esta apuesta y una mayor presencia en las relaciones entre agricultores e industriales. De lo contrario, estima, se puede perder un tren para siempre en el campo y en el medio rural.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Biocombustibles
- Gasolina
- Pol¨ªtica agr¨ªcola com¨²n
- Infraestructuras agrarias
- Energ¨ªas renovables
- Carburantes
- Petr¨®leo
- Productos agrarios
- Uni¨®n Europea
- Combustibles f¨®siles
- Organizaciones internacionales
- Agricultura
- Relaciones exteriores
- Combustibles
- Agroalimentaci¨®n
- Energ¨ªa no renovable
- Fuentes energ¨ªa
- Energ¨ªa