La nueva vida de Steve Case
El ex presidente de AOL, que se enfrenta a una demanda por estafa en Hawai, invierte en cl¨ªnicas y balnearios
Steve Case, nacido y crecido en Hawai, ha vuelto a las islas. El que fuera presidente de AOL, y quien cerr¨® la mayor fusi¨®n de la historia con Time Warner, es ya el segundo propietario de terrenos en la isla de Kauai. Ha comprado once empresas en los negocios de salud y medio ambiente, pero sigue inmerso en pol¨¦micas: se enfrenta a dos demandas por usar informaci¨®n privilegiada para lucrarse.
La compra de Time Warner ha costado a los accionistas 100.000 millones de d¨®lares. Case sigue pensado que la operaci¨®n fue correcta
Trabaja 16 horas al d¨ªa. Un ex compa?ero de AOL cuenta que, en una visita a Par¨ªs, no quiso ir al Louvre. S¨®lo le interesaba trabajar
"Quiz¨¢ le parezca inadecuado o arrogante", dice. "No pienso que necesite rehabilitarme. Miro los pasados 20 a?os con bastante orgullo"
Las demandas afirman que el padre de Case le dio informaci¨®n sobre las ofertas rivales para comprar Grove Farm, en Kauai
Steve Case, que dej¨® el cargo de presidente de AOL Time Warner en 2003, todav¨ªa atrae multitudes. Por ejemplo, cuando describe las ventajas del yoga y de los alimentos org¨¢nicos a unas 600 personas en el d¨¦cimo congreso anual sobre Estilos de Vida, Salud y Sostenibilidad celebrado en el Fairmont Hotel de Santa M¨®nica, California.
Estantes que ofrecen suplementos de c¨¢?amo y lino de Mum's Original, t¨¦ org¨¢nico Numi y camisetas hechas con fibras de bamb¨² y soja cubren las paredes. Case, que el a?o pasado cre¨® una empresa centrada en la atenci¨®n sanitaria y en complejos hoteleros de lujo, dice a su p¨²blico que Estados Unidos est¨¢ maduro para la transformaci¨®n. "El objetivo de este movimiento debe ser el de poner a disposici¨®n de todos los estadounidenses un estilo de vida m¨¢s sano y sostenible", dice Case, de 48 a?os, vestido con una camisa sin corbata y pantalones safari. "Si lo conseguimos, realizaremos una revoluci¨®n en este pa¨ªs".
El fundador de Revolution LLC hace grandes promesas. Ya las hab¨ªa hecho antes. En 2000, cuando era director general de America Online, convenci¨® a sus accionistas para la adquisici¨®n de Time Warner afirmando que ofrecer¨ªa nuevos modos de comprar y comunicarse.
Se equivocaba. Desde su firma en 2001 hasta el 28 de julio, la mayor adquisici¨®n de la historia ha costado a los inversores m¨¢s de 100.000 millones de d¨®lares, de acuerdo con datos recopilados por Bloomberg. Esa p¨¦rdida asombrosa no ha debilitado en Case la opini¨®n de que fue una operaci¨®n correcta. "La fusi¨®n era una buena idea que no se ejecut¨® bien", dice en la sede de Revolution en Washington. "A m¨ª el resultado me decepcion¨® tanto como a cualquiera. Pero me ha llegado el momento de pasar p¨¢gina".
Para la creaci¨®n de Revolution, Case ha reunido un consejo de direcci¨®n que incluye a destacados ejecutivos que, como ¨¦l, han presidido p¨¦rdidas accionariales multimillonarias.
Carly Fiorina, de 51 a?os, fue despedida en 2005 del cargo de consejera delegada de Hewlett-Packard, con sede en Palo Alto, California, despu¨¦s de que las acciones de la empresa cayeran a la mitad durante su reinado de cinco a?os. En 2004, Franklin Raines, de 57 a?os, fue despedido de su cargo de jefe de Fannie Mae de Washington, la mayor empresa de cr¨¦ditos hipotecarios estadounidense, cuando los reguladores concluyeron que la empresa hab¨ªa manipulado su contabilidad, y provocado una p¨¦rdida de unos 30.000 millones de d¨®lares en valor burs¨¢til.
Case, que planea invertir 500 millones de d¨®lares en Revolution, afirma que no s¨®lo le interesa ganar dinero. Con Revolution y Grove Farm (v¨¦ase apoyo), explica, pretende que le vaya bien para as¨ª hacer el bien. "Aspiramos a alcanzar un punto de equilibrio, asumir la responsabilidad con nuestro entorno, con los dem¨¢s y con nosotros mismos", dice. "Queremos ser l¨ªderes en la oferta de productos, servicios e ideas que permitan a todo el mundo actuar de acuerdo con esta idea".
Once compa?¨ªas
Por el momento, ha comprado once empresas, algunas dirigidas a los ricos y otras a un mercado m¨¢s amplio de consumidores interesados por la salud y el medioambiente. Case ha dividido Revolution en tres unidades.
Revolution Resorts dirige un club de vacaciones de lujo y el balneario Miraval, en el sur de Arizona. Por aproximadamente 500 d¨®lares la noche, los hu¨¦spedes de Miraval pueden adquirir conciencia de s¨ª mismos y alcanzar el equilibrio vital, dice la empresa en su p¨¢gina de Internet.
Revolution Living dirige Lime, un canal por cable con programaci¨®n sobre yoga y consejos de belleza natural, y Flexcar, una empresa de alquiler de coches. Los veh¨ªculos h¨ªbridos de gasolina/electricidad componen el 40% de su flota.
Revolution Health, explica Case, mejorar¨¢ la atenci¨®n sanitaria, al ser m¨¢s sensible a las necesidades de los pacientes. La unidad dirige consultas en grandes almacenes, vende planes de seguros sanitarios y espera crear a finales de este a?o un portal de Internet que proporcione noticias e informaci¨®n sobre tratamientos.
Las empresas sanitarias de Case no son exactamente revolucionarias, opina Matthew Hort, asesor sanitario independiente de San Francisco. Afirma que m¨¢s que aportar nuevas ideas al sector simplemente est¨¢ siguiendo tendencias establecidas. El ciberportal de Case, por ejemplo, competir¨¢ con WebMD Health, fundada en 1998.
"Case anunci¨® que la salud necesitaba que lo genial del mundo de Internet la salvara", dice Holt. "Parece ser que cuanto m¨¢s cerca est¨¢ uno de crear una empresa sanitaria, m¨¢s se aleja de su sue?o de cambiar el funcionamiento del sistema sanitario".
En su nueva vida, Case hace jornadas laborales de 16 horas, como hac¨ªa en AOL, y se muestra igual de resuelto en sus objetivos, afirman sus colaboradores. "Steve casi nunca hace nada sin meditarlo antes", declara Miles Gilburne, ex ejecutivo de AOL y ahora miembro del consejo de direcci¨®n de Revolution. "Es muy met¨®dico".
James Kimsey, primer consejero delegado de AOL, cuenta que Case viaj¨® a Par¨ªs para un congreso sobre un servicio de Internet franc¨¦s a mediados de la d¨¦cada de 1980. Un ejecutivo de Commodore International Ltd., fabricante de ordenadores que m¨¢s tarde quebr¨®, sugiri¨® que se quedaran a ver el Louvre. Case se neg¨®. S¨®lo le interesaba el congreso.
Case dice que ahora est¨¢ recuperando parte del entusiasmo que experimentaba en AOL. Prefer¨ªa los primeros d¨ªas de la empresa de servicios de Internet, en la d¨¦cada de 1980, con las dificultades propias de una empresa de nueva creaci¨®n, al periodo posterior, marcado por la adquisici¨®n de Time Warner.
"Steve ten¨ªa una mentalidad de oprimido, y ¨¦se era el papel que mejor se le daba", opina Kathryn Bushkin, vicepresidenta ejecutiva de la Fundaci¨®n de Naciones Unidas en Washington y ex vicepresidenta primera de AOL. "Se sent¨ªa menos c¨®modo siendo jefe de una empresa l¨ªder en el sector".
Stephen McConnell Case, nacido y crecido en Hawai, estudi¨® en Punahcu School, uno de los colegios privados elitistas del estado. Su familia viv¨ªa frente a esa instituci¨®n de 165 a?os, que ahora ocupa 44 edificios en un terreno de 31 hect¨¢reas. Sali¨® de Hawai para asistir al Williams College, una universidad de letras privada y de tendencia progresista ubicada en Williamston, Massachusetts, donde se licenci¨® en ciencias pol¨ªticas en 1980.
Interesado en marketing
En una entrevista concedida en 2005 en el Museo de Historia de la Inform¨¢tica de Mountain View, California, Case explicaba que su inter¨¦s por el marketing lo llev¨® a aceptar un trabajo como director de marcas adjunto durante dos a?os en Procter & Gamble Co, de Cincinnati. Despu¨¦s de trabajar en un acondicionador de pelo que tuvo poco ¨¦xito, en 1982 se traslad¨® a Wichita, Kansas, para dirigir el nuevo marketing de pizzas en Pizza Hut.
Un a?o despu¨¦s, su hermano mayor, Dan, le present¨® al director general de Control Video, una empresa fabricante de videojuegos a punto de quebrar. La empresa contrat¨® a Case para que trabajase en el marketing. En 1983, ayud¨® a fundar Quantum Computer Services, una empresa de servicios por Internet, a partir de los restos de Control Video.
Es f¨¢cil olvidar lo primitivas que eran las comunicaciones por Internet hace 20 a?os. CompuServe, Prodigy Communications y Quantum ofrec¨ªan servicios de marcaci¨®n en propiedad, proporcionando tablones de anuncios por palabras y foros de discusi¨®n limitados a los suscriptores. La principal agudeza de Case fue que comprendi¨® que Internet tendr¨ªa un atractivo enorme si consegu¨ªa ser m¨¢s f¨¢cil de usar, dice Bushkin.
En 1991, Quantum pas¨® a llamarse America Online para aprovechar la creciente popularidad del servicio. Case, que empez¨® en Quantum como vicepresidente, ascendi¨® a director general en 1993, el a?o en que AOL empez¨® a enviar millones de CD-ROM gratuitos para fomentar la suscripci¨®n. A finales de 1999, la empresa ten¨ªa m¨¢s de 20 millones de clientes, que la convert¨ªan en el mayor proveedor de servicios por Internet.
En enero de 2000, Case dej¨® at¨®nito a Wall Street al anunciar que su empresa de reciente creaci¨®n planeaba comprar Time Warner, la mayor compa?¨ªa de comunicaci¨®n del mundo, por 178.000 millones de d¨®lares en acciones. Case afirma que para alcanzar el acuerdo acept¨® que el director general de Time Warner, Gerald Levin, se hiciera cargo de la nueva empresa.
Los accionistas de AOL intercambiaron sus acciones por el control del 55% de la empresa conjunta. En el a?o que deb¨ªa cerrarse el trato, las acciones de AOL cayeron un 38% debido al estallido de la burbuja de Internet, con lo que los accionistas de Time Warner perdieron 54.000 millones de d¨®lares respecto al precio acordado.
Cinco meses antes de que se cerrara la operaci¨®n, en agosto de 2000, Case llev¨® a su familia a la isla hawaiana de Oahu, donde sus padres ten¨ªan una casa en la playa. Su padre le pregunt¨® durante la visita si le interesaba usar parte de la fortuna que hab¨ªa conseguido en AOL para comprar Grove Farm.
Los Case tienen viejos lazos con Grove Farm, que fue plantaci¨®n azucarera hasta 1974. George Wilcox, hijo de misioneros, compr¨® la tierra en 1870 y la convirti¨® en una pr¨®spera plantaci¨®n. Muri¨® soltero y sin hijos en 1933, dejando Grove Farm a sus sobrinos. "En Kauai, los Wilcox son como los Kennedy", explica Richard Wilson, abogado oriundo de Kauai que representa a dos ex accionistas que han demandado a Grove Farm y a sus consejeros.
Granja familiar
El abuelo de Case, A. Hebard Case, viv¨ªa en Grove Farm y su padre, Dan Case creci¨® all¨ª. En 1992, el hurac¨¢n Iniki golpe¨® Kauai, causando p¨¦rdidas por valor de 2.000 millones de d¨®lares y paralizando la construcci¨®n del campo de golf. En 2000, Grove Farm ten¨ªa una deuda de m¨¢s de 60 millones de d¨®lares y su director general afirmaba que estaba pr¨®xima a la quiebra.
En septiembre de 2000, recuerda Case, su padre lo llev¨® al acuerdo con Grove Farm como un caballero blanco dispuesto a comprarles la empresa a los Wilcox. Tres meses despu¨¦s, los accionistas aprobaron la venta.
"Espero que sea una buena inversi¨®n", declaraba Case antes del juicio. "Pero quiero hacerlo porque es en Hawai, y Grove Farm, la verdad, forma parte de mi propia herencia familiar".
Dos a?os despu¨¦s, un grupo de accionistas present¨® una demanda en la que afirmaban que el consejo de direcci¨®n hab¨ªa incumplido con su deber de obtener el mejor precio. Los accionistas de la familia Wilcox presentaron dos demandas m¨¢s en 2005, por fraude y uso de informaci¨®n confidencial. Las tres demandas alegan que Grove Farm favoreci¨® inadecuadamente a Case en el proceso de presentaci¨®n de ofertas.
En septiembre de 2000, seg¨²n la demanda federal, Case planeaba inicialmente ofrecer 24 millones de d¨®lares por Grove Farm.Hugo Klebahn, en aquel momento consejero delegado de Grove Farm, le dijo a Dan Case que si su hijo endulzaba su propuesta, aument¨¢ndola a 25 millones de d¨®lares, obtendr¨ªa el apoyo del consejo de direcci¨®n y congelar¨ªa a un consejero que no quer¨ªa vender, se afirma en la demanda.
Despu¨¦s, en octubre, la empresa recibi¨® otras ofertas no solicitadas de promotoras que estar¨ªan dispuestas a ofrecer un m¨¢ximo de 29 millones de d¨®lares, contin¨²a la demanda. En octubre, Case subi¨® su oferta a 26 millones.
Los Wilcox declaran tambi¨¦n en la demanda federal que los consejeros hab¨ªan ocultado las tasaciones externas que situaban el valor de la empresa muy por encima de los 88 millones de d¨®lares pagados por Case en met¨¢lico y deuda asumida. Bank of Hawai, el acreedor de Grove Farm, en una tasaci¨®n efectuada en agosto de 2000, estableci¨® que el valor de la empresa era de 152,7 millones de d¨®lares, y una valoraci¨®n catastral del Condado de Kauai valor¨® Grove Farm en 146 millones de d¨®lares en 2000, alega la demanda.
"Ah¨ª s¨ª que perd¨ª los estribos", cuenta Guy St. Clair Combs, ex consejero y accionista de Grove Farm, en referencia a cuando se enter¨® de las tasaciones. Simmons, abogado de Combs, afirma que los consejeros ocultaron a los accionistas que Grove Farm posee docenas de kuleanas -t¨ªtulos nativos de terrenos concedidos en el siglo XIX por el rey Kamehameha III- que puede usar para recalificar terreno agr¨ªcola para hacer casas y complejos hoteleros de lujo. De acuerdo con los accionistas, las kuleanas a?aden decenas de millones de d¨®lares al valor del terreno.
"No hab¨ªa necesidad de vender Grove Farm", dice Combs, uno de los demandantes. "La empresa ten¨ªa dinero. Ten¨ªa terreno. Lo ten¨ªa todo. Queremos que nos devuelvan nuestras tierras".
En 2002, Case tambi¨¦n sent¨ªa los ataques de los accionistas de AOL Time Warner. Levin dimiti¨® en mayo de ese a?o despu¨¦s de que una ca¨ªda de los ingresos publicitarios hiciera bajar las acciones de la empresa un 58% en los 16 meses que ¨¦l la hab¨ªa dirigido. El ejecutivo de Time Warner Richard Parsons ocup¨® su lugar.
Dos meses despu¨¦s, la empresa hizo p¨²blico que las autoridades federales investigaban las acusaciones de contabilidad falsa en AOL. La empresa, que negaba los cargos, pag¨® 450 millones de d¨®lares en un acuerdo extrajudicial con la administraci¨®n p¨²blica.
"S¨®lo pienso que era muy, muy dif¨ªcil hacer que estas dos culturas funcionaran juntas", dice Mark Stavish, ex director de recursos humanos de AOL, acerca de por qu¨¦ fracas¨® la fusi¨®n. Dice que los ejecutivos de explotaci¨®n de Time Warner, un grupo empresarial fundado en 1923, promov¨ªan los intereses de sus propias empresas en lugar de prestar atenci¨®n a los llamamientos a integrarse con una ciberempresa de r¨¢pido crecimiento.
La incapacidad para fusionar el servicio de Internet de alta velocidad de AOL con Road Runner, el servicio de Internet por cable de Time Warner, fue s¨®lo una se?al de que las empresas no se acoplaban bien.
Case dimiti¨® de su cargo de presidente en 2003, afirmando que quer¨ªa dedicar m¨¢s tiempo a su familia y a la Fundaci¨®n Case, una organizaci¨®n ben¨¦fica que cre¨® en 1997 con su segunda esposa, Jean, y que financia estudios de tecnolog¨ªa superior a estudiantes pobres. En 2003, tambi¨¦n contact¨® con Exclusive Resorts LLC, un club de viajes de lujo de Denver, para informarse sobre la posibilidad de hacerse socio. "Cuanto m¨¢s lo miraba, m¨¢s me parec¨ªa que podr¨ªa ser un buen negocio", dice.
Exclusive Resorts, que posee m¨¢s de 750 millones de d¨®lares en propiedades inmobiliarias, fue la primera compra de Case para lo que acabar¨ªa siendo Revolution. Los socios pagan un dep¨®sito inicial de 195.000 d¨®lares m¨¢s 9.500 d¨®lares al a?o por alojarse en cualquiera de las 300 casas ubicadas en toda Norteam¨¦rica, el Caribe y Europa Occidental.
La empresa tiene hasta dos tercios del mercado de clubes de vacaciones de lujo, que incluye unos 20 competidores, afirma Dick Ragatz, presidente de Ragatz Associates, una empresa de investigaci¨®n con sede en Eugene, Oreg¨®n. "Hasta ahora parece ser la ¨²nica con un marketing y un sistema de ventas perfecto", dice Ragatz.
Furgonetas
El a?o pasado, Case se hizo con el control de Flexcar, que alquila veh¨ªculos por horas en aparcamientos diseminados por Atlanta, Chicago, Los Angeles, P¨®rtland, San Diego, San Francisco, Seattle y Washington. La empresa, que dispone de furgonetas, todoterrenos, veh¨ªculos familiares y peque?os coches h¨ªbridos (gasolina/electricidad), afirma que facilitar el alquiler reduce la compra de coches, el tr¨¢fico y la contaminaci¨®n.
Mientras Revolution se expande, Case podr¨ªa poner a prueba algunas de sus ideas en Kauai y en Grove Farm. "Tal vez ponga all¨ª una RediClinics, y a lo mejor intentamos convertir a Kauai en la primera isla autosuficiente, con energ¨ªa renovable", adelanta. "Kauai se convierte en campo de pruebas".
Case afirma que sus planes para Hawai y Revolution no son un intento de restaurar su reputaci¨®n en el mundo de los negocios despu¨¦s de que fracasara la fusi¨®n AOL-Time Warner. Los accionistas han recuperado m¨¢s de 2.500 millones de d¨®lares en acuerdos extrajudiciales, y algunos inversores, incluidos fondos de pensi¨®n, siguen demandando a Time Warner, que niega haber actuado de mala fe.
"Quiz¨¢ esto parezca inadecuado o arrogante", afirma Case. "No pienso que necesite rehabilitarme. En realidad miro los pasados 20 a?os con gran orgullo".
Los residentes de Kauai, donde en octubre se ver¨¢ la primera demanda de los accionistas de Grove Farm, se reservan su opini¨®n. Un d¨ªa cubierto de abril, un grupo de turistas visita la antigua casa de George Wilcox, ahora convertida en museo. La gu¨ªa, residente en Kauai, les dice que ahora el propietario de Grove Farm es Steve Case.
"?Est¨¢ en buenas manos, entonces?" pregunta uno de los turistas. "Bueno, esperemos", dice la gu¨ªa, cruzando los dedos de ambas manos.
Un potentado en la isla
Case est¨¢ inmerso en dos demandas judiciales presentadas contra ¨¦l en 2005 acus¨¢ndole de estafa y de utilizar informaci¨®n confidencial para lucrarse.
Case compr¨® con su propio dinero Grove Farm, una empresa que posee un campo de golf en la isla hawaiana de Kauai. Seg¨²n las demandas, estaf¨® a los inversores 750 millones de d¨®lares. La operaci¨®n, y una participaci¨®n que Case compr¨® con anterioridad en una plantaci¨®n de pi?as que cotiza en Bolsa, ayud¨® a convertir a Case en el segundo mayor propietario privado de terrenos en Kauai y en la isla de Maui. Sus propiedades en Hawai valen ahora al menos 150 millones de d¨®lares.
Los litigios iniciados en Hawai acerca de Grove Farm hacen referencia a un supuesto conflicto de intereses que implica al padre de Case, Dan Case, abogado que actu¨® como agente de su hijo mientras su bufete, entonces llamado Case Bigelow & Lombardi, representaba al vendedor, Grove Farm. Las demandas afirman que Dan Case, de 81 a?os, y su bufete ayudaron a alejar a los competidores y proporcionaron a Steve Case informaci¨®n sobre las ofertas rivales, permiti¨¦ndole comprar por el magn¨ªfico precio de 26 millones de d¨®lares.
Steve Case alega que no hizo nada incorrecto. "Por lo que he le¨ªdo, no pienso que las demandas tengan credibilidad alguna", dice. "Es absurdo", dice Paul Alston, abogado de Honolul¨² que representa a Steve Case. "?ste obtuvo la compra de Grove Farm porque ofreci¨® pagar m¨¢s que cualquier otro contendiente cre¨ªble", afirma Alston.
Charles Wolfram, autor de un libro de texto sobre ¨¦tica jur¨ªdica, afirma que Grove Farm no pod¨ªa pasar por alto los conflictos, porque eran muy generalizados. La operaci¨®n "parece estar calculada exclusivamente para servir a los intereses de Case y en absoluto para atender los intereses de Grove Farm y de sus accionistas", escrib¨ªa en febrero.
El tumor cerebral de Dan
El paso de Case a la asistencia sanitaria lo motiv¨® en parte la enfermedad de su hermano Dan, fallecido de c¨¢ncer de cerebro en 2002, a los 44 a?os.
"Le diagnosticaron un tumor en el cerebro", recuerda Case. "No s¨¦ mucho sobre tumores cerebrales. El proceso de descubrir qu¨¦ era, y qu¨¦ significaba, fue incre¨ªblemente dif¨ªcil. Y no deber¨ªa serlo".
Revolution Health est¨¢ pensado para parte del grupo creciente de unos 12 millones de estadounidenses que disponen de planes de seguros altamente deducibles con cuentas sanitarias personales que usan para pagar la atenci¨®n m¨¦dica. El porcentaje de empresas que ofrece estos planes se ha duplicado cada uno de los dos ¨²ltimos a?os, llegando al 20%, de acuerdo con un informe publicado por la Henry J. Kaiser Family Foundation.
Case afirma que su portal de Internet ayudar¨¢ a los usuarios a gastar el dinero de su cuenta sanitaria proporcion¨¢ndoles herramientas para encontrar m¨¦dicos, pedir citas y controlar los gastos. Pero Case est¨¢ entrando en un campo atestado, dominado por la neoyorquina WebMD, que ofrece noticias sobre salud e informaci¨®n sobre enfermedades.
WebMD, cuyo valor burs¨¢til lleg¨® a alcanzar los 20 millones de d¨®lares en 1999, vio c¨®mo sus acciones ca¨ªan un 88% al a?o siguiente. El primer trimestre de este a?o declar¨® unas p¨¦rdidas de 4,17 millones de d¨®lares.
"Ser¨¢ dif¨ªcil conseguir que los usuarios cambien", opina Katy Henrickson, analista jefe del sector sanitario en Forrester Research Inc. de San Francisco. "WebMD tiene mucho renombre. Los usuarios acuden a ella en busca de informaci¨®n".
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