"El franquismo no fue s¨®lo una dictadura, fue un r¨¦gimen asesino"
Su vehemencia y el afecto que le ha mostrado p¨²blicamente el presidente del Gobierno han convertido a Suso de Toro (Santiago de Compostela, 1956) en uno de los escritores m¨¢s pol¨¦micos del momento. Los ¨²ltimos meses ha tenido que compaginar la presentaci¨®n de su novela m¨¢s reciente, Hombre sin nombre (Lumen, en castellano; Xerais, en gallego; Bromera, en catal¨¢n) -los recuerdos de un pistolero falangista que agoniza en un hospital-, con enconadas r¨¦plicas a los que le atacan por considerarle uno de los ide¨®logos del zapaterismo.
Pregunta. ?Se siente en el ojo del hurac¨¢n desde que Zapatero se interes¨® p¨²blicamente por sus escritos pol¨ªticos?
Respuesta. Recuerdo una anotaci¨®n en mi diario, el 27 de mayo de 2005, cuando Zapatero coment¨® que hab¨ªa una relaci¨®n de simpat¨ªa y amistad entre nosotros, y recomend¨® mi libro Otra idea de Espa?a. La anotaci¨®n dec¨ªa: "Jos¨¦ Luis acaba de transformarme en un blanco". Fui muy consciente de que desde ese momento iba a ser tomado como una referencia para atacarme desde una derecha que est¨¢ muy radicalizada.
"Los intelectuales, como los medicamentos, somos ¨²tiles s¨®lo en la dosis adecuada. En exceso, resultamos peligrosos"
"Soy belicoso y pendenciero. Pero tambi¨¦n tengo algo de moralista, de luterano, me exijo un modo de estar en la vida"
P. La ¨²ltima escaramuza ha sido a prop¨®sito de sus opiniones sobre los incendios en Galicia.
R. En Galicia ha habido una especie de r¨¦gimen asentado en estructuras de poder que unieron muy fuertemente la pol¨ªtica con la econom¨ªa y la sociedad a trav¨¦s del clientelismo. Ahora hay una nueva Administraci¨®n que ha roto con lo que parec¨ªa un dominio natural, pero se ha encontrado con resistencias de sectores identificados con las pol¨ªticas anteriores. Este Gobierno amag¨® con algunos cambios en la industria que se ha creado alrededor del fuego o en las pol¨ªticas forestal y urban¨ªstica. Yo se?al¨¦ esto y denunci¨¦ la utilizaci¨®n por parte del PP de la crisis de los incendios. El mismo Fraga dio cobertura expl¨ªcita a los incendiarios al afirmar que hab¨ªa fuegos porque tenemos un Gobierno bipartito.
P. El compromiso pol¨ªtico de artistas e intelectuales puede resultar peligroso.
R. El intelectual es una figura natural en la sociedad liberal-democr¨¢tica, una especie de ciudadano militante que vive en tensi¨®n. Pero tiene contraindicaciones. Al artista y al intelectual nos mueve la vanidad, y eso puede a veces m¨¢s que el rigor del pensamiento o incluso que el sentido ¨¦tico. Los intelectuales somos ¨²tiles s¨®lo en la dosis adecuada. En exceso, resultamos peligrosos. Pero prefiero al intelectual combativo que al que navega entre dos aguas para sacar partido de todos.
P. ?No teme que todo esto eclipse su obra literaria?
R. A veces me fastidia, pero cuando uno ha llegado a los 50 a?os y ha juntado tantos enemigos es porque hay algo en mi naturaleza que me lleva ah¨ª. Soy belicoso y pendenciero. Pero tambi¨¦n tengo algo de moralista, me exijo un modo de estar en la vida. Me muevo m¨¢s por eso que por la ideolog¨ªa.
P. La pol¨ªtica s¨ª est¨¢ muy presente en Hombre sin nombre, que coincide con el movimiento de recuperaci¨®n de la memoria hist¨®rica. ?La coincidencia es premeditada?
R. Escritor es el que mira hacia atr¨¢s y lo cuenta. Y cuando miras hacia atr¨¢s, lo que aparece es la Guerra Civil. Fue el Big Bang que fund¨® el mundo de mis padres, en el que yo nac¨ª. Lo que he intentado es conocer qui¨¦nes fundaron el mundo en que nac¨ª, que no fueron las v¨ªctimas sino los verdugos.
P. M¨¢s que verdugo es un monstruo. ?No es un intento de desmentir que aqu¨ª hubiese una forma de fascismo light?
R. El franquismo no fue s¨®lo una dictadura, fue un r¨¦gimen asesino. Se bas¨® en el militarismo como ideolog¨ªa, junto al nacionalismo espa?ol en su versi¨®n nacional-cat¨®lica. Pero tambi¨¦n tuvo un injerto de nazismo, que es lo que m¨¢s me interes¨® y lo que explica mi personaje. El nazismo consiste en hacer ideolog¨ªa del odio y la deshumanizaci¨®n. El protagonista de mi obra no es un meapilas como Franco. Es un violento nihilista y ateo. Alguien que cree en la vida como muerte y como acci¨®n. Es como Goering, que dec¨ªa que no se hizo nazi por la ideolog¨ªa sino porque le gustaban los disturbios. Mi personaje es un hombre culto, con una argumentaci¨®n ideol¨®gica muy de la ¨¦poca, muy europea. Practica el elitismo y la ¨¦tica guerrera. Y se cree m¨¢s que humano, un semidi¨®s. Nosotros dir¨ªamos un monstruo.
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