Pol¨¦mica por una fetua que cuestiona la autoridad del rey de Marruecos
?Puede un marroqu¨ª pedir un cr¨¦dito hipotecario en un banco para adquirir una vivienda? Desde que el pa¨ªs accedi¨® a la independencia, en 1956, los s¨²bditos del monarca alau¨ª han accedido a la vivienda contrayendo hipotecas, pero esta pr¨¢ctica suscita crecientes reticencias entre los islamistas.
A finales del verano viaj¨® a Meknes (Marruecos) el jeque egipcio Yussef Karadaui, c¨¦lebre en el mundo ¨¢rabe por sus pr¨¦dicas incendiarias en la televisi¨®n Al Yazira. Le invitaron las juventudes del Partido de la Justicia y del Desarrollo, la gran formaci¨®n islamista legal.
Un pu?ado de j¨®venes le visit¨® en su hotel y le pidi¨® una fetua (edicto religioso) sobre la incongruencia, para un buen musulm¨¢n, de solicitar una hipoteca ahora que en Marruecos se est¨¢n construyendo cientos de miles de viviendas sociales.
En su fetua, publicada el 10 de septiembre, en portada del diario islamista At Tajdid, Karadaui contest¨® que pod¨ªan pedirlo en caso de extrema necesidad. Justific¨® esta excepci¨®n a la doctrina del islam, que proh¨ªbe el pago de intereses, porque los marroqu¨ªes padecen la misma suerte que las minor¨ªas musulmanas en Europa y no pueden acceder a instituciones financieras isl¨¢micas que ofrecen la ljara, una modalidad de leasing para costear la compra de casas.
La fetua del jeque egipcio ha hecho correr r¨ªos de tinta en Marruecos y acab¨® movilizando, el pasado fin de semana, a la m¨¢s alta instancia religiosa, el Consejo Superior de los Ulemas que preside el rey Mohamed VI.
Los ulemas concluyeron su reuni¨®n, el domingo por la noche, con un largu¨ªsimo comunicado en el que tachan a Karadaui de "pretencioso" y denuncian su ambici¨®n de alcanzar el "liderazgo de la erudici¨®n". Recalcan, sobre todo, que s¨®lo ellos, sometidos a la autoridad del rey, pueden emitir fetuas.
Los sabios marroqu¨ªes del islam no aclaran, sin embargo, si sus compatriotas pueden contraer hipotecas como es costumbre desde hace d¨¦cadas. Su silencio se explica porque no se atreven a proscribir una pr¨¢ctica generalizada, pero tampoco osan ir a contracorriente de las tendencias conservadoras predominantes del islam.
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