Brasil vive su campa?a m¨¢s triste

La avenida Paulista, una de las m¨¢s importantes del coraz¨®n econ¨®mico y financiero de Brasil, con sus modernos edificios, sedes de bancos y grandes compa?¨ªas, su ir y venir de personas a todas horas y su siempre endiablado tr¨¢fico, presenta un aspecto casi igual al de meses anteriores cuando s¨®lo quedan cuatro d¨ªas para las elecciones presidenciales del pr¨®ximo domingo. Casi nada hace recordar que Brasil est¨¢ lanzado en la ¨²ltima recta de la campa?a. "La verdad es que hab¨ªa m¨¢s color durante el Mundial de f¨²tbol", opina Daniel Reinaldo, mientras fuma un cigarrillo en una esquina, haciendo un peque?o descanso en su trabajo.

Y es que el esc¨¢ndalo por la financiaci¨®n ilegal del Partido de los Trabajadores (PT), que estall¨® durante el a?o pasado, forz¨® al presidente brasile?o, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, a emitir una restrictiva ley sobre financiaci¨®n y propaganda electoral, que en la pr¨¢ctica ha supuesto que, en un pa¨ªs caracterizado por el colorido y el festejo permanente, su proceso electoral se viva pr¨¢cticamente s¨®lo en los medios de comunicaci¨®n.

"La verdad es que hab¨ªa m¨¢s color durante el Mundial", dice un elector

La falta de dinero hay que suplirla con la imaginaci¨®n de los asesores de campa?a. Con esta premisa, los candidatos -el domingo se celebran adem¨¢s de elecciones presidenciales, legislativas y para gobernadores- hacen todo lo posible para acaparar im¨¢genes que les saquen como sea de los tambi¨¦n encorsetados espacios electorales en televisi¨®n. Si el candidato socialdem¨®crata, Geraldo Alckim, segundo en las encuestas, llega tarde y sin corbata a un acto en la Fundaci¨®n Abrinq para la defensa de la infancia, procede a ponerse una delante de una nube de fot¨®grafos y c¨¢maras levantando el comentario casi un¨¢nime de esperanza en que lo haga mejor en pol¨ªtica. Eso s¨ª, la escena es multiplicada en pantallas y diarios.

Tras descubrirse en 2005 que su propio partido era una m¨¢quina engrasada de financiaci¨®n ilegal de campa?as electorales, Lula impuls¨® una ley electoral muy restrictiva, tanto que algunos dicen que se le fue la mano. En Brasil se llama "comicios" a los m¨ªtines, y de ah¨ª deriv¨® la palabra showmicio, haciendo referencia a las actuaciones musicales previas a la aparici¨®n de los oradores. Durante la campa?a de 2002 una de las mayores atracciones de los m¨ªtines de Lula era la actuaci¨®n del cantante Zez¨¦ de Camargo. La nueva ley proh¨ªbe las actuaciones musicales -incluidas aqu¨¦llas en las que los cantantes no cobran- y en el estrado s¨®lo pueden hablar los candidatos. Adi¨®s artistas y adi¨®s p¨²blico. "Brasil est¨¢ viviendo los comicios m¨¢s tristes de la democracia", subraya un voluntario de campa?a que reparte panfletos en la Paulista, algo que s¨ª est¨¢ permitido, pero, por ejemplo, no se pueden fabricar bol¨ªgrafos, camisetas o llaveros con las siglas del partido correspondiente.

Y aunque todos prometen hablar de sus programas en las ¨²ltimas horas antes de la votaci¨®n, desde este martes un jugoso debate que parece sacado de Semana Santa acapara otra vez titulares. Todo empez¨® cuando Lula compar¨® el descubrimiento la semana pasada de otro caso de corrupci¨®n en el PT con la traici¨®n sufrida por Jesucristo. Inmediatamente, el ex presidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), socialdem¨®crata, subray¨® que Lula "no es Cristo, es el demonio", y la candidata del Frente de Izquierda, Helo¨ªsa Helena -tercera en las encuestas- hizo su aportaci¨®n a la pol¨¦mica asegurando que el mandatario brasile?o "es m¨¢s bien Judas o Poncio Pilatos".

Aunque Lula siga en el centro de la pol¨¦mica, lo cierto es que con una frase ha logrado, por el momento, desviar la atenci¨®n de un caso que, t¨¦cnicamente, podr¨ªa llevar a que su candidatura fuera impugnada por violaci¨®n de la ley electoral por parte del PT. Claro que, mientras en las tribunas pol¨ªticas se habla de religi¨®n, en contrapartida en las iglesias se habla de pol¨ªtica; y as¨ª el Partido Comunista de Brasil ha pedido al cardenal de R¨ªo Janeiro, Eusebio ?scar Scheid, que recuerde a sus sacerdotes que no deben hacer comentarios pol¨ªticos durante las celebraciones religiosas.

Mientras la oposici¨®n sigue tratando de profundizar en los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n para restar votos a un Lula que camina hacia la victoria, al menos parcial, el pr¨®ximo domingo, el mandatario brasile?o se reserva un as en la manga que es capaz de poner de acuerdo a todos los brasile?os: el f¨²tbol. Ma?ana, ¨²ltimo d¨ªa de campa?a, recibir¨¢ en Brasilia al secretario general de la FIFA, Joseph Blatter, para convencerle de que el Mundial de 2014, que se jugar¨¢ en Suram¨¦rica, tenga a Brasil como sede. Seg¨²n ha reconocido el mismo Lula, para ello har¨ªan faltan al menos 12 estadios nuevos. Pero tambi¨¦n esto se incorpora al mensaje electoral porque, en palabras del mandatario, "se crear¨¢n muchos puestos de trabajo".