Messi pone a salvo a un mal Bar?a
Desconocido y destemplado por un autogol de Puyol y la lesi¨®n de Eto'o, el equipo azulgrana s¨®lo atrapa el empate al final
A falta de juego, buenos son los futbolistas, que a fin de cuentas son los mejores de Europa, al menos los que est¨¢n en la n¨®mina del Barcelona. La competitividad de Deco y la determinaci¨®n de Messi rescataron ayer en el ¨²ltimo momento al Bar?a en el Weserstadion despu¨¦s de un partido colectivamente muy reprobable. Jugaron mal los azulgrana, irreconocibles anoche con su indumentaria naranja, faltos de apetito y de f¨²tbol. Actuaron con una desgana y comodidad sorprendentes, convencidos de que nada pasaba si no ganaban al Werder Bremen, falto otra vez de fortuna. Los barcelonistas se dejaron ir de mala manera durante el encuentro al punto que se metieron un gol en su propia porter¨ªa y perdieron a Eto'o, que tendr¨¢ para un tiempo. Obligados a un ¨²ltimo esfuerzo, celebraron el empate final como una victoria, sabedores de la importancia de que el equipo alem¨¢n no se metiera en la disputa de la clasificaci¨®n para los octavos de final del torneo.
WERDER BREMEN 1 - BARCELONA 1
Werder Bremen: Wiese; Fritz, Mertesacker, Naldo, Schulz; Baumann, Borowski, Frings, Diego; Klose (Klasnic, m. 90) y Hunt (Owomoyela, m. 90). No utilizados: Reinke, Pasanen, Wome, Vranjes y Zidan.
Barcelona: Vald¨¦s; Oleguer, Puyol, Thuram, Sylvinho (Zambrotta, m. 82); Motta, Iniesta, Deco; Giuly (Messi, m. 64), Eto'o (Gudjohnsen, m. 64) y Ronaldinho. No utilizados: Jorquera, Belletti, Xavi y Edmilson.
Goles: 1-0. M. 56. Hunt centra desde la izquierda y Puyol, al rechazar el bal¨®n, marca en propia puerta. 1-1. M. 83. Messi combina con Deco, se escapa de Frings y Hunt y marca.
?rbitro: Roberto Rosetti, italiano. Amonest¨® a Frings, Naldo y Baumann.
Lleno en el Weserstadion.
No atin¨® Frank Rijkaard con la alineaci¨®n y no funcion¨® el equipo, que se corrigi¨® nuevamente desde el banquillo con la salida de Messi, reactivo anoche como en su d¨ªa lo fueron Gudjohnsen o Iniesta. La agresividad de Messi y la perseverancia de Deco en el tanto del empate fueron decisivas en un plantel demasiado ins¨ªpido privado en el ¨²ltimo tramo de Eto'o, lesionado de importancia.
A cada partido hay que mirar la alineaci¨®n del Bar?a con atenci¨®n no s¨®lo para conocer las intenciones de Rijkaard en el campo, sino tambi¨¦n para saber c¨®mo gestiona el vestuario. Al entrenador le interesa especialmente mantener el equilibrio y no perder jugadores. As¨ª que, despu¨¦s de rehabilitar el s¨¢bado a Saviola, ayer recuper¨® a Oleguer, el zaguero que m¨¢s rezagado se hab¨ªa quedado en la pol¨ªtica de rotaciones, y volvi¨® a contar con Motta como medio centro, una decisi¨®n atrevida despu¨¦s del debate Edmilson-Iniesta del pasado s¨¢bado y de la imprevisibilidad del italo-brasile?o. La presencia de Motta fue generalmente insustancial y Oleguer las pas¨® algo canutas con Hunt.
El escepticismo que provoc¨® el equipo titular del Barcelona contrast¨® con el optimismo que gener¨® el del Werder Bremen cuando se anunci¨® el debut oficial del central internacional Mertesacker y la reaparici¨®n de Klose, pichichi del Mundial, un futbolista capital para explicar la presencia del equipo alem¨¢n en la Champions. Aunque apret¨® en la medular, no mejor¨® el Werder Bremen en las ¨¢reas. Tuvo el partido en franquicia nada m¨¢s empezar por el absentismo azulgrana y, sin embargo, no acert¨® en dos remates frente a Vald¨¦s y, a cambio, concedi¨® dos ocasiones que Ronaldinho y Eto'o desperdiciaron por desidia. Especulaba demasiado el Bar?a, distendido y despistado, empe?ado en enfriar el partido, falto de agresividad y excesivamente permeable a los pases interiores de Diego.
El intercambio de ocasiones favoreci¨® en cualquier caso al Barcelona porque el Werder Bremen se espant¨® por m¨¢s que el partido continuara muy abierto. No les interesaba a los barcelonistas que el partido continuara desmadrado y tomaron la pelota sin excesivas dificultades. El equipo de Rijkaard se junt¨® alrededor de Deco e Iniesta y pas¨® a jugar en campo alem¨¢n. Alcanzada la zona de tres cuartos, a los azulgrana les falt¨® entonces velocidad, profundidad, juego por las dos bandas. Ronaldinho y Giuly se recogieron demasiado, los dos laterales apenas colaboraron en el ataque y el Bar?a se estrangul¨® para suerte del Werder Bremen, que se organiz¨® bien defensivamente y busc¨® el contragolpe a partir del oficio de Frings y los desmarques de Hunt, un delantero con movimientos muy interesantes.
El exceso de conducci¨®n del Bar?a favoreci¨® el repliegue del Werder Bremen y el partido no romp¨ªa por ning¨²n lado. Rijkaard invit¨® al zurdo Sylvinho a asomarse por su banda al mismo tiempo que Hunt romp¨ªa por su ala izquierda y pon¨ªa un centro que remat¨® en su propia porter¨ªa Puyol. Apremiado por la necesidad de ganar, el Werder Bremen encontr¨® la recompensa a su perseverancia. Nadie le exig¨ªa m¨¢s de cuanto ofrec¨ªa, justamente lo contrario del Bar?a, castigado por su indolencia. Los azulgrana fueron largamente sometidos y si no tomaron un segundo tanto fue porque el gatillo de Klose a¨²n no est¨¢ engrasado y a Borowski se le escap¨® por un dedo un remate cruzado poco despu¨¦s de que retiraran a Eto'o en camilla.
A Rijkaard no le qued¨® m¨¢s remedio que cambiar de plan y acelerar el partido con Messi mientras Gudjohnsen sustitu¨ªa al camerun¨¦s. Ayudado por Deco, Messi no par¨® hasta que alcanz¨® el empate despu¨¦s de que el portero ya le hubiera sacado un remate de gol. Los movimientos del argentino redimieron a un equipo plomizo y falto de imaginaci¨®n. Aunque el gol le puso a salvo en la tabla de clasificaci¨®n, no le exime de responsabilidad en el mal partido que disput¨® el d¨ªa en que se aguardaba precisamente un golpe de mano para rematar al Werder Bremen y aguardar con calma sus enfrentamientos con el Chelsea y el Madrid. No estuvo nada fino el Bar?a y, sorprendentemente, no jug¨® a f¨²tbol. Tuvo todos los tics de un administrador m¨¢s que de un conquistador.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.