El legionario retorna a Bissora
Un cabo del Ej¨¦rcito funda una cooperativa en Guinea-Bissau para evitar que los j¨®venes se embarquen en cayucos
En su entorno lo consideran un loco porque emprendi¨® el camino de vuelta. Brahima Sanha, un agricultor de Bissora, al norte de Guinea-Bissau, dej¨® su pueblo para viajar a Espa?a en 1983. El trabajo que buscaba fuera de casa lo encontr¨® en la Legi¨®n, en la que estuvo alistado tres a?os y alcanz¨® el grado de cabo. Con trabajo estable y perspectivas de futuro sinti¨® que lo marcial no era lo suyo. Estudi¨® t¨¦cnicas agr¨ªcolas, volvi¨® a Guinea, compr¨® tierras y empez¨® a plantar. ?l, su mujer y sus dos hijas viven ahora con menos de un euro al d¨ªa en medio de la selva, pero Brahima no quiere volver. Ha fundado una cooperativa con la que pretende crear empleo y evitar el ¨¦xodo de j¨®venes a Europa que lastra la econom¨ªa local.
"Con una bomba, un tractor y un motocultor dar¨ªa trabajo a 100 personas"
Sali¨® de su casa en septiembre de 1983. Cruz¨® Gambia y Senegal para llegar a Nuadib¨² (Mauritania), desde donde pretend¨ªa coger un avi¨®n a Canarias. Trabaj¨® como cocinero en un barco para pagar el billete, pero cuando consigui¨® reunir el dinero, endurecieron las condiciones de entrada en Espa?a. As¨ª que se col¨® como poliz¨®n en un carguero espa?ol llamado Plata. "Hicimos el viaje en la sala de m¨¢quinas. Fue terrible porque se nos acab¨® la comida y tuvimos que beber agua de mar", recuerda Brahima. Tres d¨ªas de pesadilla y atracaron en Las Palmas.
Un compatriota le prest¨® dinero para dar el salto a la Pen¨ªnsula. El 12 de mayo de 1985 aterriz¨® en el aeropuerto de El Prat junto a otros tres paisanos y comenzaron a buscar empleo. "Comimos durante meses los cuatro con el sueldo de dos; as¨ª que fuimos a la Comandancia de Barcelona para alistarnos". De ah¨ª a Ronda (M¨¢laga) para iniciar la instrucci¨®n. El 12 de junio firm¨® su contrato con el Tercio y mes y medio despu¨¦s jur¨® bandera, como muestra la foto que todav¨ªa conserva en su viejo malet¨ªn. Su destino: Segunda Bandera del Primer Tercio Gran Capit¨¢n, con sede en Melilla.
All¨ª conoci¨® a su gran amigo. F¨¦lix P¨¦rez O?ate, de El Herrumblar (Cuenca), coincidi¨® con el guineano durante la mili. Visitando el pueblo de su compa?ero so?¨® con volver a su pa¨ªs y fundar una explotaci¨®n agr¨ªcola. "Estaba convencido de que podr¨ªa salir adelante; de que, m¨¢s tarde o m¨¢s temprano, esta zona se desarrollar¨ªa", dice Brahima en la puerta de su choza. Poco tiempo despu¨¦s, F¨¦lix y Brahima se separaron. El primero se licenci¨® y el guineano emprendi¨® la vuelta.
20 a?os m¨¢s tarde, Brahima escribi¨® a Radio Exterior de Espa?a para pedirles que buscaran a su compa?ero. Su madre, Modesta, escuch¨® el programa en el que difundieron su mensaje y ambos amigos se volvieron a cartear. F¨¦lix no ha dejado desde entonces de enviarle maquinaria a Guinea: primero un molino de uva, despu¨¦s una motosierra con la que tal¨® los ¨¢rboles de sus ocho hect¨¢reas de selva y que ahora se ha estropeado. "Si tuviera una bomba de gas¨®leo para regar los pl¨¢tanos, un peque?o tractor y un motocultor, podr¨ªa dar trabajo a m¨¢s de 100 personas", asegura Brahima.
"El problema es que enviarle las cosas me cuesta m¨¢s que comprarlas", explica F¨¦lix desde Valencia, donde vive. "He buscado bombas, pero funcionan con electricidad, as¨ª que habr¨ªa que comprar antes un generador". "Podr¨ªa ahorrar 6.000 euros para comprarle un tractor, pero ?qui¨¦n me asegura que llegar¨¢? ?Qu¨¦ podr¨ªa hacer si se le rompiera una pieza?".
Mientras, Brahima vive en la miseria. En uno de sus cuartos guarda las tres toneladas de anacardo que cosech¨® el a?o pasado. "Nos dan siete c¨¦ntimos por kilo pero en Europa llega a costar 15 euros
", dice. Su orgullo, por ahora, pesa m¨¢s que su necesidad. Se niega a venderlo.
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