Miedo
Hace una semana, en el estupendo Festival Hay de Segovia, escuch¨¦ la intervenci¨®n de Martin Amis y me sent¨ª desasosegada. El brit¨¢nico Amis es un espl¨¦ndido escritor; siempre me ha parecido un hombre l¨²cido, un intelectual honesto que procura pensar por s¨ª mismo todos sus pensamientos, cosa que es mucho m¨¢s rara de lo que parece en este mundo atiborrado de t¨®picos y de dogmatismos. Pues bien: este hombre notable se pas¨® media tarde hablando de la violencia del islam, as¨ª, sin distinguir, una torpe simplificaci¨®n que, un paso m¨¢s all¨¢, lleva a identificar a todos los musulmanes con el terrorismo. Y, ver¨¢n, es que verdaderamente no es as¨ª. Detesto lo pol¨ªticamente correcto y ese voluntarismo a lo boy scout de algunos progres que se dedican a ensalzar ditir¨¢mbicamente el mundo ¨¢rabe; tambi¨¦n creo que no hay que dar ni medio paso atr¨¢s en nuestros derechos, y apoyo las caricaturas de Mahoma, y me parece fatal que se retire una ¨®pera. Pero unir islam y violencia es una pura y simple falsedad. La mayor¨ªa de los musulmanes rechaza la brutalidad asesina de los integristas. Y la mayor¨ªa de las v¨ªctimas de los fan¨¢ticos islamistas pertenece precisamente al islam.
Por otra parte, hace tres semanas entrevist¨¦ al turco Orhan Pamuk, otro gran escritor. Pamuk es un hombre moderno y cosmopolita que est¨¢ teniendo muchos problemas en su pa¨ªs justamente por eso, por su apuesta por la libertad de expresi¨®n y la democracia. Pero estaba tan susceptible con el tema isl¨¢mico, que, aunque ¨¦l es muy cr¨ªtico con determinados aspectos del mundo ¨¢rabe, no soportaba que yo, una occidental, expresara esas mismas cr¨ªticas. De manera que aqu¨ª tenemos a dos intelectuales, dos cabezas importantes de Oriente y Occidente que, de alguna manera, est¨¢n derivando hacia el enfrentamiento. Y si con ellos ocurre esto, ?c¨®mo no va a ocurrir con la gente de la calle? Amis, quiz¨¢ obnubilado por el miedo (¨¦se es el sentimiento imperante en Occidente), ha llegado a esa penosa simplificaci¨®n. Pamuk, tal vez envenenado por la sensaci¨®n de humillaci¨®n (que es el sentimiento imperante en Oriente), est¨¢ a la defensiva. El miedo y la humillaci¨®n no hacen m¨¢s que crecer, y no ayuda nada, desde luego, decir que los musulmanes son terroristas.
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