Un laberinto para perder el sentido
Guillermo del Toro inaugura con genio la programaci¨®n de Sitges 06
No suele ser frecuente que la pel¨ªcula de inauguraci¨®n de un festival genere la adhesi¨®n un¨¢nime del heterog¨¦neo p¨²blico reunido, pero El laberinto del fauno, de Guillermo del Toro, parece haberlo conseguido. Segunda entrega de su ciclo sobre la Guerra Civil espa?ola, que se abri¨® con la estimable El espinazo del diablo y se cerrar¨¢ con la anunciada 3993, El laberinto del fauno no es s¨®lo una pel¨ªcula fant¨¢stica de factura deslumbrante e inagotable miga conceptual, sino que se trata del mejor trabajo hasta la fecha de su director. Y eso ya es decir mucho, porque, desde la fundacional Cronos, el cineasta mexicano no ha dado ning¨²n paso en falso -ni siquiera cuando asumi¨®, en Blade 2, el rodaje de una secuela de un gran ¨¦xito comercial- y su estilo le ha hecho reafirmarse como uno de los ¨²ltimos poetas en activo de este g¨¦nero que, manejando hadas, monstruos y faunos, no hace otra cosa que hablar de nosotros mismos.
Oscuro cuento m¨¢gico y siniestro sobre una ni?a que cree en las hadas en una tierra donde los ogros visten uniforme fascista y las sombras de los maquis recorren el bosque, El laberinto del fauno podr¨ªa hacer pensar en una versi¨®n freak de El esp¨ªritu de la colmena, pero es mucho m¨¢s que eso. Como en la obra de Erice, la mirada infantil convierte el horror real y el horror imaginario (o no) en vasos comunicantes, pero la pel¨ªcula del mexicano dialoga, tambi¨¦n, con el discurso que ¨¦l mismo ha ido articulando en trabajos como Cronos o El espinazo del diablo y propone un desenlace de abrumadora coherencia y rotundo pesimismo. La magn¨¦tica presencia de la joven Ivana Baquero se convierte en el coraz¨®n de un reparto entregado por completo al dif¨ªcil juego que les propone el director: en especial, un Sergi L¨®pez que asfixia su carisma para dotar de verdad y despojar de t¨®picos a un personaje monstruoso.
Tambi¨¦n huye de caminos f¨¢ciles la francesa Ellos (Ils) de David Moreau y Xavier Palud, pel¨ªcula que abri¨® la secci¨®n oficial a concurso (Fant¨¤stic): un claustrof¨®bico viaje al miedo en tiempo real que logra armonizar ecos del psychothriller modelo Carpenter con la pertinente disecci¨®n de patolog¨ªas sociales a lo Michael Haneke. El trabajo de Moreau y Palud cumple el sue?o del vocacional director de cine de horror: lograr que, tras un carrusel de emociones extremas, el mazazo final sea tan contundente que todo espectador salga de la sala con el coraz¨®n helado. Ellos tambi¨¦n deja en el aire una idea inquietante: debemos de estar viviendo tiempos horribles, porque los universos del nuevo cine de terror cada vez se parecen m¨¢s a nuestro entorno inmediato.
Pulse, de Jim Sonzero, remake americano de la ya cl¨¢sica Ka?ro, abri¨® la secci¨®n oficial Premiere desvelando que, en el subsuelo de la programaci¨®n del certamen, hay un laberinto de s¨®tanos interconectados: en la misma jornada, dio comienzo la estimulante retrospectiva dedicada a Kiyoshi Kurosawa, el cineasta japon¨¦s que firm¨® el original. S¨¦ance y Eye of the Spider fueron las primeras pel¨ªculas proyectadas de este raro autor que la cr¨ªtica francesa ha asociado con la po¨¦tica de la incomunicaci¨®n de un cineasta como Michelangelo Antonioni. Autor de narrativa el¨ªptica y sugeridora, Kurosawa hablaba en Ka?ro del aislamiento contempor¨¢neo y exploraba una suerte de existencialismo apocal¨ªptico al proponer que, en estos tiempos de virtualidad e hikikomori, el mundo de los vivos no se diferencia demasiado del de los muertos. Cuando Hollywood se acerca a este tipo de propuestas para elaborar sus propias versiones, la sutileza suele perderse por el camino.
La secci¨®n paralela Orient Express abri¨® el fuego con una desigual, pero fascinante marcianada: Duelist, del coreano Lee Myung-se, formalista adaptaci¨®n de un manga capaz de transformar un duelo a espadas en un tango simb¨®lico bailado a la luz de la luna por dos amantes condenados.
HOY
The Host (Guimul), de Bong Joon-ho. Un monstruo aterroriza Corea en el nuevo trabajo del autor de Memories of murder.
Right at your door, de Chris Gorak. Una nube t¨®xica y una b¨²squeda desesperada en una inusual pel¨ªcula de cat¨¢strofes.
Tzaneti, de Gela Babluani. Coproducci¨®n francogeorgiana para una historia cruel capturada en blanco y negro.
Babelia
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