"El misterio que me interesa es el hombre"
Peter Brook (Londres, 1925) es uno de los grandes creadores contempor¨¢neos. Con sus 81 a?os sigue plenamente activo, dirigiendo teatro u ¨®pera, recordando por escrito su andanza o atendiendo a la prensa con la mayor cortes¨ªa pero sin hacer concesiones. Ahora llega al Festival de Oto?o Madrid -teatro de la Abad¨ªa, 21 de octubre- para luego viajar a Girona, Terrassa y Reus, con Sizwe Banzi est mort, una obra nacida en las townships de ?frica del Sur, en 1973, en pleno apartheid.
Pregunta. Sizwe Banzi est mort es una obra nacida de la urgencia, de la voluntad de lucha. ?C¨®mo se mantiene viva?
Respuesta. La primera obra universal es Edipo. Y naci¨® de un lugar preciso del mundo, en Grecia, de un problema muy concreto. Hoy todos tenemos nuestro complejo de Edipo. Sizwe Banzi est mort tiene su origen en una ley del Gobierno surafricano, que no permit¨ªa a los habitantes de las townships salir de ellas sin un pasaporte que no les conced¨ªan o s¨®lo en cuentagotas. La gente necesitaba moverse para buscar trabajo, para mantener su familia, para poder tener una casa, pero la ley se lo prohib¨ªa. Tr¨¢gico y rid¨ªculo. No puede decirse que hoy ese problema haya desaparecido sino que, bajo formas s¨®lo un poco distintas, lo vive medio mundo: si no tienes papeles, si no te los han sellado, no existes, no tienes de qu¨¦ vivir. Y para muchas personas el dilema se plantea en esos t¨¦rminos: tiene que elegir entre su identidad y la supervivencia.
"La mejor obra de teatro es 'El rey Lear'. Y el mejor texto 'Los hermanos Kamarazov"
"En Europa el teatro pol¨ªtico nunca ha ido acompa?ado de humor, de risas"
"La televisi¨®n es una m¨¢quina de olvido. El teatro exige un espectador voluntario"
"En ?frica las personas tienen capacidad para re¨ªrse en medio de la desgracia"
P. Antes de presentar el montaje en Madrid ¨¦ste ha sido rodado en lugares muy distintos.
R. En efecto. Lo estrenamos en Lausanne, luego fuimos a Estambul, m¨¢s tarde a Beirut, para luego hacer una peque?a gira por Jerusal¨¦n, Hebr¨®n y Ramala. Las reacciones del p¨²blico fueron muy distintas en cada lugar. Para los banqueros suizos la obra tiene un gran valor informativo, les llega porque les hace vivir algo de lo que est¨¢n enterados pero que no comprend¨ªan en todas sus dimensiones. De pronto se encuentran confrontados con otro mundo. Para los israel¨ªs el texto es terrible porque les descubre que ellos est¨¢n haciendo con los palestinos algo muy parecido a lo que los surafricanos blancos hac¨ªan con los negros. Para los palestinos el montaje es otra cosa, equivale a mostrarles que en otros lugares tambi¨¦n se interesan por lo que les sucede.
P. La pieza puede adjetivarse como "teatro pol¨ªtico", pero es muy distinto del "teatro pol¨ªtico" occidental. La risa est¨¢ muy presente.
R. En Europa el teatro pol¨ªtico nunca ha ido acompa?ado de sentido del humor, de risas. En ?frica las personas tienen capacidad para re¨ªrse en medio de la desgracia. Y esa risa es un gesto de libertad. Si Mandela y los surafricanos no han reclamado venganza, es gracias a la risa que les hac¨ªa ser libres incluso cuando eran prisioneros.
P. ?Qu¨¦ le ha aportado ?frica a su trabajo?
R. Ha significado una gran apertura de esp¨ªritu. Los humanos, todos los humanos, somos fragmentos distintos de un gigantesco puzle. En cada pieza, como con el ADN, est¨¢n contenidos todos los datos, pero son distintos en cada caso. Y no siempre es f¨¢cil hacer encajar las piezas pero hay que intentarlo para tener el dibujo global. Los racistas dicen que su pieza es mejor que las otras. Espa?a es un pa¨ªs rico si sabe sumar todas sus piezas y no busca la pureza, la espa?olidad. Sabe, ?frica es un continente subrespetado, subvalorado. La idea es que ah¨ª s¨®lo hay jazz, tambores y baile. Nadie duda de que Jap¨®n o China son hijos de una cultura milenaria, de una gran cultura, pero eso no se comprende en el caso de ?frica.
P. Precisamente, usted ha trabajado muy a menudo con actores africanos. ?Qu¨¦ encuentra en ellos de distinto?
R. Mire, cuando hicimos una gira, con otro espect¨¢culo, por Hungr¨ªa, Polonia, Rumania y otros pa¨ªses del antiguo bloque del este, descubrimos al p¨²blico de estos lugares que exist¨ªan actores africanos. ?Ellos, en el este, estaban tan orgullosos de su tradici¨®n! No se cre¨ªan que fueran tan buenos, que los negros dijeran el texto mejor que ellos. En Europa, desde los a?os sesenta, el buen teatro intenta recuperar el cuerpo y ponerlo al servicio de la sensibilidad, del pensamiento, de la voz. Ese redescubrir el cuerpo fue una novedad que bautizamos como "expresi¨®n corporal". Los africanos la poseen naturalmente, no necesitan las horas de preparaci¨®n de los occidentales para que su cuerpo sea capaz de transmitir y revivir una experiencia. En su tradici¨®n no se ha producido el corte entre el mundo racional y el mundo sensible, de los esp¨ªritus, de la naturaleza.
P. Para que exista el teatro a usted le basta con un hombre que cuenta una historia.
R. Si tuviese 19 a?os puede que estuviese fascinado con la tecnolog¨ªa, que quisiera investigar todos los efectos de luces o jugar con los decorados, pero tengo 81, y el misterio que me interesa es el hombre. Por eso concibo as¨ª los espect¨¢culos: un espacio vac¨ªo y unos actores. La prensa, a veces, da pie a la confusi¨®n y hay espectadores que vienen a ver uno de mis montajes convencidos de encontrarse ante un despliegue de fuegos de artificio. Es mejor que sepan que se trata justo de lo contrario. Mire, la mejor obra de teatro es El rey Lear. Ah¨ª est¨¢ todo. Al principio tenemos a un dictador sanguinario, una familia cruel, pero al final es un hombre solo. Y el mejor texto es Los hermanos Kamarazov, claro.
P. ?En qu¨¦ sentido la experiencia teatral es ¨²nica?
R. La televisi¨®n puede ofrecerle cosas formidables, impresionantes, asistir en directo a momentos de gran alegr¨ªa o a tragedias horribles, pero su l¨®gica es la del zapping: la televisi¨®n es una m¨¢quina de olvido. El teatro exige un espectador voluntario, con un m¨ªnimo de voluntad propia. Es un espejo de la vida pero un espejo que intensifica. Tras una representaci¨®n, si el montaje, el texto y los actores van en la buena direcci¨®n, hemos aprendido algo, hemos vivido algo nuevo, nuestros ojos est¨¢n m¨¢s abiertos. Una experiencia teatral pervive en el tiempo. Y ese ayudar a abrir los ojos es lo que para m¨ª es hoy hacer "teatro pol¨ªtico". No tiene que ver con el tema sino con la actitud. Es una peque?a gota de agua que sumar a un mayor conocimiento, a una mayor conciencia.
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