"Soy un escritor que explora dos mundos"
El pol¨¦mico Orhan Pamuk es el primer turco que recibe el Premio Nobel de Literatura
"Lo que a m¨ª me ha determinado ha sido permanecer ligado a la misma casa, a la misma calle, al mismo paisaje, a la misma ciudad", ha escrito Orhan Pamuk en su libro autobiogr¨¢fico titulado con el nombre de la ciudad en que naci¨®: "Esa dependencia de Estambul significa que el destino de la ciudad era el m¨ªo porque es ella quien ha formado mi car¨¢cter". El escritor turco, nacido en junio de 1952, obtuvo ayer el Premio Nobel de Literatura. Su nombre era habitual en las quinielas desde hac¨ªa ya varios a?os, y lo era por la riqueza de su desaf¨ªo literario. La voz de Pamuk se sit¨²a en la delgada l¨ªnea que separa Oriente y Occidente, y desde ese lugar ha sabido mirar en ambas direcciones para construir un universo literario estrictamente personal.
"Soy un escritor que explora dos mundos; mis referencias culturales vienen de Oriente y Occidente", dijo ayer Orhan Pamuk en la Universidad de Columbia, en Nueva York, donde es profesor invitado este semestre, en un encuentro p¨²blico en el que respondi¨® durante al menos diez minutos a las preguntas y felicitaciones de estudiantes, profesores y algunos periodistas. "Cuando se dice que yo soy un escritor puente... la met¨¢fora est¨¢ un poco gastada, pero quiz¨¢ sea ¨²til. M¨¢s que un intento voluntario de ser un puente, es que eso es lo que soy, el producto de esas dos culturas". Pamuk record¨® tambi¨¦n los fuertes v¨ªnculos con esa universidad, a la que lleg¨® por primera vez hace 22 a?os: "Hay una secreta coincidencia en las cosas... Aqu¨ª me inici¨¦ como novelista y aqu¨ª recibo la noticia del premio".
Alegr¨ªa y orgullo
Pamuk, que confes¨® que el Nobel le llena "de alegr¨ªa y de orgullo", dijo que es tambi¨¦n "un honor para la literatura y la cultura de Turqu¨ªa" y "un reconocimiento para el arte de la novela, un g¨¦nero literario que invent¨® Europa pero que est¨¢ floreciendo en otros lugares". Nada m¨¢s empezar a hablar, dijo que estaba all¨ª para celebrar el d¨ªa y no para hacer comentarios o declaraciones pol¨ªticas, aunque reconoci¨® que tiene "muchas cosas que decir y muchas cr¨ªticas que hacer". ?C¨®mo recibi¨® Pamuk la noticia? "Anoche me llamaron para decirme que me iba a llamar el presidente de la Academia sueca. Efectivamente, llam¨® para preguntarme que si estaba dispuesto a aceptar el Nobel de Literatura. Le dije que naturalmente, y que era un honor para m¨ª. Quise llamar a mi hija o enviarle un mensaje, pero tengo un m¨®vil nuevo y no acertaba con las teclas... As¨ª que me cost¨® un tiempo. Por fin lo consegu¨ª, pero tuve que colgar enseguida. Le dije: 'Me han dado el premio Nobel', y ella contest¨®: 'Estupendo, pero tengo que irme a clase'. Y cort¨®".
Hasta febrero de este a?o, en que la causa fue archivada, Pamuk estuvo acusado de haber atentado contra la identidad de su pa¨ªs por haber afirmado en una entrevista con un peri¨®dico suizo que "en Turqu¨ªa hab¨ªan muerto asesinados un mill¨®n de armenios y 30.000 kurdos" a principios de siglo. El episodio irrumpi¨® con rudeza en la vida de Pamuk, que se vio lanzado al barullo medi¨¢tico en un momento complejo de la historia de su pa¨ªs en el que pretende incorporarse a la UE. "Siempre me cuesta expresar mis opiniones pol¨ªticas de manera clara, enf¨¢tica y fuerte", escribi¨® en un texto sobre Arthur Miller que ley¨® en un acto organizado este a?o por el PEN de Nueva York. "Y ello se debe a que s¨¦ que no puedo reducir mis ideas sobre la vida a la m¨²sica de una ¨²nica voz : soy, despu¨¦s de todo, un novelista, el tipo de novelista que se toma el trabajo de identificarse con todos sus personajes, especialmente con los malvados". Dec¨ªa tambi¨¦n all¨ª que "vivimos en un mundo donde, en un periodo muy corto de tiempo, alguien que ha sido v¨ªctima de la tiran¨ªa y de la opresi¨®n se convierte s¨²bitamente en opresor", y comentaba que, en ese ¨¢mbito, es una empresa dif¨ªcil tener convicciones f¨¦rreas sobre la naturaleza de las cosas. En tiempos en que las cosas son escurridizas, a?ad¨ªa, "la libertad de expresi¨®n se convierte en algo muy importante: la necesitamos para entendernos a nosotros mismos".
La Academia Sueca destac¨® ayer en su fallo el compromiso de Pamuk con la libertad de expresi¨®n y con la verdad hist¨®rica, informa Ricardo Moreno, y subray¨® que "en la b¨²squeda del alma melanc¨®lica de la ciudad en que naci¨®", el escritor ha encontrado "nuevas im¨¢genes para expresar las controversias y confluencias de culturas diferentes".
"La amargura que proporcionan la sensaci¨®n de hundimiento que dej¨® el Imperio otomano, la pobreza y las ruinas que cubren la ciudad, han sido cosas que han definido Estambul a lo largo de mi vida", escribi¨® tambi¨¦n Pamuk en Estambul. Y sin embargo, aunque tocados por una extra?a melancol¨ªa sus libros reflejan una ciudad viva, poblada por habitantes muy diversos que conviven en medio de la vor¨¢gine de una urbe condenada a precipitarse hacia el futuro. "Creo que he contado lo mismo en todas mis novelas", dijo en la Feria de Francfort cuando le concedieron el Premio de la Paz, "y lo que he contado han sido los ¨²ltimos 200 a?os de Turqu¨ªa, su af¨¢n por acceder a la modernidad, por convertirse en una sociedad laica. Por eso mi obra est¨¢ llena de contradicciones, contradicciones inevitables, de las que no me averg¨¹enzo sino que me hacen feliz".
Las tensiones de un pa¨ªs embarcado en una profunda transformaci¨®n y los m¨²ltiples roces entre las tradiciones heredadas de Oriente y los discursos que proceden de Occidente marcan la obra de Pamuk, que ha volcado todas esas contradicciones recurriendo a m¨²ltiples estrategias narrativas y que s¨®lo ha abordado la novela pol¨ªtica en Nieve. Lo dec¨ªa en una reciente entrevista: "Mi deseo secreto siempre ha sido ser un artista libre. Mi estilo al escribir y mi modo de composici¨®n requieren un inmenso esp¨ªritu infantil. Y la responsabilidad de la escritura para m¨ª se limita en el fondo a un juego demon¨ªaco y m¨¢gico con las reglas del mundo".
Babelia
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