"Nostradamus es mi segundo nombre"
Terry Gilliam, ex integrante de Monty Phyton, muestra su corrosiva creatividad en 'Tideland'
Cabezas de mu?eca rota, el cad¨¢ver momificado de un padre yonqui, una extravagante pareja de hermanos y una ni?a capaz de sobreponerse al infierno gracias al poder de su imaginaci¨®n son los chocantes elementos que maneja Terry Gilliam en Tideland una pel¨ªcula que, en la edici¨®n del pasado a?o, provoc¨® deserciones masivas en el Festival de San Sebasti¨¢n y que, ahora, programada en el ciclo Europa Imagin¨¤ria de Sitges 06, parece haber encontrado a su p¨²blico entusiasta. "Al final de una proyecci¨®n de la pel¨ªcula en Washington", recuerda el director, "una chica de unos veinte a?os se me acerc¨® con todo el r¨ªmel corrido. Parec¨ªa Dirk Bogarde al final de Muerte en Venecia. Me dijo que hab¨ªa estado en un orfanato y que mi pel¨ªcula le tocaba muy de cerca, porque reflejaba lo que le hab¨ªa pasado a ella: s¨®lo esforz¨¢ndose por ver toda la belleza, la magia y la maravilla del mundo y obviando lo malo hab¨ªa sido capaz de sobrevivir".
El creador de Brazil y ex miembro del legendario grupo Monty Python es consciente de que su ¨²ltimo trabajo cinematogr¨¢fico, realizado en condiciones de total libertad creativa, no es plato para todos los paladares: "La mayor parte del p¨²blico se pone de los nervios. Se comportan como padres preocupados por lo que le puede suceder a la ni?a, pero hay que relajarse. Hay una l¨ªnea que la pel¨ªcula no va a cruzar. Est¨¢ basada en una novela de Match Cullin que pertenece al g¨¦nero del G¨®tico Sure?o: las historias de este tipo suelen estar llenas de relaciones consangu¨ªneas y acostumbran a ambientarse en un universo podrido y decadente, pero tienen humor y en ellas siempre se impone la fuerza vital. Vienen a decirnos que las cosas crecen a pesar de que puedan estar cubiertas de excrementos".
Gilliam ha participado activamente en el libro Monty Python. La autobiograf¨ªa, que recientemente ha publicado en Espa?a el sello Global Rhythm en una lujosa edici¨®n que reproduce fielmente la original. Sus antiguos compa?eros de transgresiones c¨®micas siguen siendo sus c¨®mplices: "Terry Jones, Michael Palin y yo vivimos a tan s¨®lo cinco minutos de distancia. Adem¨¢s, seguimos muy conectados, porque, entre otras cosas, compartimos la propiedad de los derechos del programa televisivo. Todo aquello fue muy divertido y, si no fuera por Monty Python, ahora mismo no estar¨ªa aqu¨ª presentando pel¨ªculas".
Spam-a-lot, un musical basado en el primer largometraje del grupo, Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores (que Gilliam codirigi¨® con Terry Jones), llega el pr¨®ximo martes a los escenarios del West End londinense despu¨¦s de haber arrasado en Broadway. Tim Curry, el inolvidable Frank'n'Further de The Rocky Horror Picture Show, encabeza el reparto en la piel del rey Arturo. Seg¨²n Gilliam, "el montaje no es lo suficientemente sucio y enfangado. Es demasiado limpio. Hacer este musical ha sido el mayor ¨¦xito de la carrera del ex Monty Python Eric Idle, que se ha hecho rico con ello. Y ¨¦l es muy feliz siendo rico. Habr¨¢ quien piense que el hecho de llegar a Broadway significa que el humor que hac¨ªamos se ha neutralizado para convertirse en un divertimento burgu¨¦s. Yo prefiero pensar que, quiz¨¢s, hemos hecho cambiar al mundo y lo que antes era visto como exc¨¦ntrico ahora es normal".
Al cineasta no le parece especialmente divertido comprobar c¨®mo el arte imita a la vida: "Creo que voy a demandar a George Bush y Dick Cheney por el ilegal y no autorizado remake de mi pel¨ªcula Brazil que est¨¢n haciendo en la vida real. Nostradamus es mi segundo nombre. El problema es que el mundo se ha convertido en un clich¨¦, en una versi¨®n barata de mis propias pel¨ªculas".
Hace unos a?os, el director tuvo que interrumpir el rodaje de El hombre que mat¨® a Don Quijote cuando una serie de azares se conjuraron contra su ambiciosa producci¨®n. El proyecto, no obstante, sigue en estado latente y Gilliam conf¨ªa en que, tarde o temprano, se haga realidad. "Y esta vez espero estar en lo cierto", remata.
En su pen¨²ltima jornada, el festival ha proyectado en su secci¨®n oficial la cinta danesa de animaci¨®n Princess, de Anders Morgenthaler. Desconcertante historia de una venganza emprendida por un sacerdote contra quienes convirtieron a su hermana en actriz porno, Princess logra convertir el cine de Charles Bronson casi en discurso liberal. Es, con todo, un t¨ªtulo que permite tomarle el pulso a esa animaci¨®n adulta que ha tenido su escaparate en la secci¨®n paralela Anima't, en la que se han visto joyas del calibre de P¨¢prika, de Satoshi Kon -la ¨²ltima palabra del japon¨¦s acerca de las confusiones entre sue?o y realidad, entre ficci¨®n y vida-, y la experimental Tachigui: The Amazing Lives of the Fast Food Grifters, de Mamoru Oshii, avasallador y excesivo falso ensayo visual sobre la evoluci¨®n del activismo dirigido contra los locales de comida r¨¢pida de Tokio. Las proyecciones de Sisters, del norteamericano Douglas Buck, y The Ungodly, de Thomas Dunn, cerrar¨¢n una secci¨®n competitiva rica en t¨ªtulos de peso.
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