Oteiza
Se han publicado las poes¨ªas completas de Jorge Oteiza, en una edici¨®n cr¨ªtica, traducidas al euskera. En su escritura poem¨¢tica est¨¢ el ser disperso, tronante, explosivo, quien arremet¨ªa contra todo y contra todos, con el a?adido pespunteado de la ternura y un anarquizante tono humor¨ªstico. Poes¨ªa escrita a la manera unamuniana en una b¨²squeda obsesiva de Dios.
Por el contenido percibimos la fomentaci¨®n de afectos y desafectos, unidos de modo compulsivo con irrefrenables cambios regidos por un amasijo de filias y fobias. En realidad, escrib¨ªa como era y tal como sent¨ªa, en una fabricaci¨®n continua de darse y guardarse. No pretend¨ªa destacar como poeta. Le bastaba con el placer de escribir. Tomaba el acto de escribir como una experimentaci¨®n de vida y, al tiempo, como una curaci¨®n para la muerte.
Con todo, el verdadero sentido de ponerse a escribir era porque se resist¨ªa a no hacer p¨²blica su vida. Por lo dem¨¢s, daba m¨¢s importancia a los contenidos que a las formas. Es por eso que en algunos poemas se percibe una falta de elaboraci¨®n debido a su preferencia por el valor de las ideas sobre el valor de las palabras. Por si fuera poco, exist¨ªa el empe?o encalabrinado de Oteiza por no aplicar un manoseo excesivo por miedo a caer en el esteticismo de la elaboraci¨®n correctora. Optaba m¨¢s por la emoci¨®n que por la perfecci¨®n.
Es curioso que fuera preciso trat¨¢ndose de la escultura, gracias a su espontaneidad consciente, e impreciso para la poes¨ªa debido a la urgencia imbuida por su impaciencia. Dicho lo cual, hay que recordar que la poes¨ªa se escribe con palabras, por encima de las ideas. Sin palabras las ideas nunca llegar¨¢n a nosotros convertidas en algo reconocible y entendible.
Destaca en el libro el arranque poderoso del poema Androcanto y sigo (1954). A continuaci¨®n se suceden los racimos llenos de esplendentes poemas. Surgen los chispazos fulgurantes, enternecedores, divertidos, experimentales, profundos. La aplicaci¨®n de los toques dada¨ªstas son un puro goce de vitalismo est¨¦tico...
Advierto como error la inclusi¨®n de un ap¨¦ndice pol¨ªtico, aparecido en su momento en el libro Existe Dios al noroeste (1990). Las disputas, heridas y controversias de otro tiempo se perdieron con el paso de los a?os. Dejemos para el olvido lo ido, y recordemos vivo al poeta Jorge Oteiza, con un dibujo trazado por otro poeta: : "El poeta es un dios, el joven poeta es un dios. El poeta viejo es un vagabundo".
Jorge Oteiza. Poes¨ªa. Fundaci¨®n Museo Oteiza. Alzuza, 2006. 828 p¨¢ginas, 42 euros
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