Raz¨®n y pasi¨®n de una pensadora

Celia Amor¨®s (Valencia, 1944), nuevo Premio Nacional de Ensayo, es una figura clave de la filosof¨ªa de nuestro pa¨ªs. Creadora de una teor¨ªa propia, abri¨® tempranamente el camino a la reflexi¨®n feminista. No ha escrito filosof¨ªa desde la torre de marfil del simple erudito, lo ha hecho desde la praxis. En este sentido, cabe recordar sus propias palabras: "El feminismo se encuentra en una posici¨®n privilegiada para elevar a conciencia te¨®ricoreflexiva lo que le ha ense?ado una instructiva experiencia pr¨¢ctica". A su vez, la influencia de su teor¨ªa en el mismo movimiento de mujeres ha sido y es incontestable, produci¨¦ndose as¨ª un extraordinario fen¨®meno de retroalimentaci¨®n entre situaci¨®n hist¨®rico-social y pensamiento.

En 1985, Celia Amor¨®s public¨® Hacia una cr¨ªtica de la raz¨®n patriarcal (Anthropos). Este libro -que, dado su gran ¨¦xito, fue re-editado en 1991- instauraba un nuevo tribunal de la raz¨®n ante el que comparec¨ªan los discursos filos¨®ficos de Arist¨®teles, San Agust¨ªn, Kant y Hegel para revelar sus complicidades patriarcales. No se trataba de rechazar la raz¨®n y sus productos optando por alg¨²n tipo de irracionalismo (nada m¨¢s lejano a esta pensadora), sino de depurar la tradici¨®n filos¨®fica de su sesgo androc¨¦ntrico ya que, pretendidamente universal y neutra, la filosof¨ªa mostraba una clara parcialidad de g¨¦nero. En 1997, public¨® Tiempo de feminismo. Sobre feminismo, proyecto ilustrado y postmodernidad (C¨¢tedra). El intervalo temporal entre ambas obras fue un periodo de intenso trabajo que dio lugar a numerosos art¨ªculos y libros de gran influencia en el panorama filos¨®fico y a la creaci¨®n y direcci¨®n de un equipo investigador en la Universidad Complutense de Madrid en torno al Seminario Permanente Feminismo e Ilustraci¨®n. Esta iniciativa permiti¨® la reuni¨®n de un grupo de investigadoras que reconocen hoy d¨ªa su inmensa deuda intelectual con esta fil¨®sofa.

Para Amor¨®s, el feminismo, hijo de la Ilustraci¨®n, es la vindicaci¨®n de la salida de las mujeres del mundo de "las id¨¦nticas" para alcanzar el estatus de individuo propio del ¨¢mbito de "los iguales". Pero la Ilustraci¨®n ha de ser completada extendiendo a ambos sexos sus abstracciones (individuo, ciudadan¨ªa, derechos humanos...). Para ello, Amor¨®s propone la v¨ªa pol¨ªtica de la acci¨®n positiva para articular medidas correctoras de la discriminaci¨®n sexista que constituye uno de los d¨¦ficit democr¨¢ticos de nuestras sociedades contempor¨¢neas. Se tratar¨ªa de un medio provisional para acceder a la igualdad real.

La obra premiada (La gran diferencia y sus peque?as consecuencias para las luchas de las mujeres, C¨¢tedra) es de una calidad excepcional y de una absoluta actualidad. Participa del debate internacional en torno a las conceptualizaciones sobre los sexos de Judith Butler, Michel Foucault, Nancy Fraser y Luce Irigaray, entre otros. Ya en el t¨ªtulo, la autora recuerda a las te¨®ricas de lo que llamar¨¢ "feminismos helen¨ªsticos" que no es posible obviar el paso por la pol¨ªtica: el consuelo estoico de ser libre en las cadenas es una soluci¨®n falsa al problema de la falta de poder. El discurso que exalta la diferencia sexual y desprecia la reivindicaci¨®n de igualdad no mejora la situaci¨®n del colectivo femenino. Es s¨®lo una "formaci¨®n reactiva compensatoria por la ausencia de los mecanismos habituales de convalidaci¨®n de las identidades". La diferencia es un hecho, la igualdad es un valor del orden de lo ¨¦tico que es necesario construir en lo social.

La obra de Celia Amor¨®s nos permite entrar en contacto con la autenticidad, honestidad intelectual y potencia de un pensamiento que no precisa plegarse a los cambiantes vientos filos¨®ficos. La fil¨®sofa, actualmente catedr¨¢tica de Filosof¨ªa Moral y Pol¨ªtica de la UNED, nos recuerda que la muerte de la raz¨®n, la muerte del sujeto, la muerte de la Historia y de la totalidad tan proclamadas hoy en d¨ªa son costosas exequias que s¨®lo puede permitirse quien ya se encuentra en una posici¨®n de poder. La extraordinaria maestr¨ªa en el manejo del concepto y la pasi¨®n por la justicia hacen de Celia Amor¨®s una fil¨®sofa en estado puro. Por ello, puede decirse que esta pensadora es una maestra, asignando a este t¨¦rmino todas las excelencias que nuestra tradici¨®n filos¨®fica androc¨¦ntrica durante tantos siglos ha reservado en exclusiva al sustantivo masculino. El tan merecido premio que acaba de recibir es un gran paso hacia la correcci¨®n de la parcialidad de g¨¦nero en la historia del pensamiento.

Alicia H. Puleo es directora de la C¨¢tedra de Estudios de G¨¦nero de la Universidad de Valladolid.