Un rumbo distante del de Rouco y Seti¨¦n
La Iglesia vasca apuesta por el final dialogado del terrorismo de ETA
La reacci¨®n de "alivio, alegr¨ªa, prudencia, cautela y responsabilidad" de la Iglesia vasca, incluido el presidente de la Conferencia Episcopal Espa?ola y obispo de Bilbao, Ricardo Bl¨¢zquez, ante el alto el fuego de ETA, del 22 de marzo, contrast¨® con la de su vicepresidente, el cardenal primado de Toledo, Antonio Ca?izares, y de su portavoz, Juan Antonio Fern¨¢ndez Camino. Este expres¨® que "ETA debe ser excluida de todo proceso de di¨¢logo porque no representa pol¨ªticamente a nadie".
Esta pol¨¦mica la zanj¨® la comunicaci¨®n del Papa, del 5 de abril, al pronunciarse por el proceso de paz en Euskadi. Con ella, seg¨²n el coordinador federal de cristianos socialistas, Carlos Garc¨ªa Andoin, qued¨® claro que la competencia en los temas de la violencia vasca corresponde a la Iglesia vasca. As¨ª fue desde la transici¨®n, pero con Aznar al frente del Gobierno se quebr¨® esa l¨ªnea.
Bl¨¢zquez y Uriarte marcan la orientaci¨®n en la postura eclesial frente a la violencia
Aznar logr¨® el apoyo del entonces presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio Mar¨ªa Rouco, y ¨¦ste quit¨® a la Iglesia vasca la competencia que hab¨ªa ejercido en temas de terrorismo, tras varios encontronazos, como la Carta Pastoral de los obispos vascos, de 2002, en la que criticaba la ilegalizaci¨®n de Batasuna.
Tras ellos, la Conferencia Episcopal se aline¨® con la pol¨ªtica de Aznar y lo materializ¨® en la pastoral Valoraci¨®n moral del terrorismo en Espa?a, de sus causas y consecuencias. Adem¨¢s de una condena del terrorismo, en ella se vierte una cr¨ªtica al nacionalismo. A cambio, Aznar facilit¨® a la Conferencia Episcopal sus reivindicaciones educativas, sobre la asignatura de Religi¨®n y financiaci¨®n.
El relevo de Rouco por el obispo de Bilbao, Ricardo Bl¨¢zquez, al frente de la Conferencia Episcopal, en el que fueron decisivos los obispos vascos y catalanes, supuso un giro. Un a?o antes, el Gobierno cambi¨® con la victoria de Zapatero. Con Bl¨¢zquez, la Iglesia vasca recuper¨® sus competencias en terrorismo y cuando ETA declar¨® el alto el fuego, se aline¨® con el Gobierno socialista en su objetivo de un final dialogado.
Hoy es el t¨¢ndem Bl¨¢zquez-Uriarte el que fija en la Iglesia vasca la orientaci¨®n en materia de violencia. Sus posiciones, que vienen de muchos a?os atr¨¢s, son n¨ªtidas y responden a un sentir masivo en la sociedad vasca: condena de la violencia, apoyo a su final dialogado y acercamiento a las v¨ªctimas, se?ala Garc¨ªa Andoin.
Esta posici¨®n no s¨®lo se desmarca de la Rouco. Tambi¨¦n de la que marcaba en la Iglesia vasca el obispo de San Sebasti¨¢n, Jos¨¦ Mar¨ªa Seti¨¦n, "m¨¢s preocupado por la justificaci¨®n ¨¦tica de la autodeterminaci¨®n y equidistante en la condena de la violencia", seg¨²n Garc¨ªa Andoin. En 2000, Uriarte relev¨® a Seti¨¦n.
Pero la nueva orientaci¨®n de la Iglesia vasca ya se manifiesta con el nombramiento de Bl¨¢zquez como obispo de Bilbao, en 1995. En 1997, un obispo vasco acude por vez primera a funerales de v¨ªctimas de ETA: el de Miguel ?ngel Blanco, el de un polic¨ªa asesinado en Basauri y el de un ertzaina asesinado en Bilbao.
Otra expresi¨®n de la nueva l¨ªnea es la Oraci¨®n por la Paz, celebrada en Vitoria en 2001 al poco de la ruptura de la tregua, con la participaci¨®n de todos los obispos vascos y en presencia de decenas de miles de cat¨®licos, en la que se exige a ETA su fin.
Esta orientaci¨®n la segu¨ªa en solitario, tiempo atr¨¢s, Uriarte, obispo auxiliar de Bilbao. En 1982 dec¨ªa: "Tales muertes [las de ETA] merecen un nombre: asesinato. La actividad de sus autores merece este otro nombre: terrorismo. Sus protagonistas son enemigos de la humanidad, la democracia y del pueblo al que dicen querer y defender". Al inicio de los ochenta, Uriarte apoya las primeras manifestaciones contra el terrorismo. En 1989 participa, en Bilbao, en la primera gran manifestaci¨®n que exige a ETA su cese, con el lema "La paz es posible".
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