El consenso, optimista
Hace unas semanas comentaba las previsiones para 2006 y 2007 presentadas por el Gobierno en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2007 (PGE-07). Tambi¨¦n el Fondo Monetario Internacional hab¨ªa publicado las suyas algunos d¨ªas antes. Son dos publicaciones importantes para los analistas, pues aportan informaci¨®n sobre la pol¨ªtica fiscal que pretende desarrollar el Gobierno y sobre el contexto internacional en que previsiblemente se desenvolver¨¢ la econom¨ªa espa?ola a corto plazo. Un poco antes, el INE hab¨ªa publicado la revisi¨®n de la contabilidad nacional de los ¨²ltimos a?os y el dato del segundo trimestre.
Por eso, ¨¦ste es uno de los momentos del a?o en que los analistas privados revisamos tambi¨¦n a fondo nuestras predicciones. Hoy disponemos de las cifras del panel de previsiones FUNCAS, en el que participan 14 instituciones privadas espa?olas, a partir de las cuales pueden extraerse valores medios o de consenso, que vendr¨ªan a ser un buen indicador sint¨¦tico de las expectativas econ¨®micas de los expertos no gubernamentales. Los datos m¨¢s significativos se presentan en los gr¨¢ficos adjuntos.
El gasto en consumo e inversi¨®n de los hogares no puede mantener el ritmo y se ir¨¢ frenando
El consenso sit¨²a las previsiones de crecimiento del PIB en el 3,6% para 2006 y 3,3% para 2007. Ambas cifras son superiores a las del FMI (3,4% y 3%, respectivamente) e incluso a las del Gobierno (3,4% y 3,2%), lo que resulta curioso, pues normalmente los gobiernos son siempre m¨¢s optimistas que los analistas privados. Probablemente la causa de estas diferencias sea que ni el FMI ni el Gobierno tuvieron en cuenta los nuevos datos del INE, que revisaron al alza el ritmo al que creci¨® la econom¨ªa en el primer trimestre del a?o y mostraron una ligera aceleraci¨®n en el segundo. El caso del FMI es disculpable, pues, por la fecha de publicaci¨®n de sus previsiones, dif¨ªcilmente pod¨ªa recoger la nueva informaci¨®n. Pero no es ¨¦se el caso del Gobierno, lo que da la sensaci¨®n de que a los que hacen los PGE les importa poco el cuadro macroecon¨®mico. Espero que sea s¨®lo una sensaci¨®n, pues de otro modo, ?sobre qu¨¦ punto de partida y con qu¨¦ orientaci¨®n y objetivos se hace la pol¨ªtica fiscal?
Pero volvamos a las previsiones del consenso de los analistas. Las cifras se?aladas suponen una nueva revisi¨®n al alza del crecimiento del PIB, en este caso de dos d¨¦cimas porcentuales tanto para el a?o actual como para el pr¨®ximo. Ello no cambia mucho, sin embargo, el diagn¨®stico, pues se sigue pensando que el momento de m¨¢ximo crecimiento ya se ha dejado atr¨¢s y que a partir de ahora el crecimiento del PIB va a iniciar una senda de ligera desaceleraci¨®n, de tal forma que en el cuarto trimestre del pr¨®ximo a?o se est¨¦ creciendo a una tasa interanual del 3,1%. Este perfil es el mismo en los casos del Gobierno y del FMI. Tambi¨¦n son parecidas las razones por las que se piensa que la econom¨ªa se desacelerar¨¢: el gasto en consumo e inversi¨®n de los hogares no puede mantener el ritmo tan elevado de los ¨²ltimos a?os y se ir¨¢ frenando, sin que ello pueda compensarse del todo por una contribuci¨®n de la demanda externa neta m¨¢s positiva.
Un dato de sumo inter¨¦s en el cambio de previsiones a lo largo de este a?o es el que se refiere a las del sector industrial, como se ve en el gr¨¢fico central. Algo similar ha ocurrido con las exportaciones, lo cual nos lleva a un crecimiento m¨¢s equilibrado. Claro que, de momento, el m¨¦rito no es nuestro sino del resto de europeos, que ahora crecen m¨¢s y han puesto a trabajar a nuestra industria.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
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