Daniel Burman salva la jornada
La programaci¨®n del Festival Internacional de Cine de Valladolid pareci¨® contagiarse ayer del plomizo cielo oto?al hasta alcanzar la misma tonalidad triste y gris que desluci¨® el d¨ªa. En una secci¨®n oficial que present¨® hasta tres t¨ªtulos a concurso, tan s¨®lo uno, Derecho de familia del argentino Daniel Burman, fue capaz no ya de arrancar inteligentes carcajadas a la concurrencia, sino de apuntarse prematuramente a la lista de favoritos para el palmar¨¦s. Las otras dos, la filipina Kubrador (La recaudadora de impuestos), de Jeffrey Jeturian, y la iran¨ª Zemestan (En invierno), de Rafi Pitts, presentan esforzados diagn¨®sticos sociales a los que les impide casi toda efectividad la impericia o la timidez de sus autores.
Sabemos de antiguo, al menos desde su segunda, y ya espl¨¦ndida pel¨ªcula, Esperando al mes¨ªas, que el mundo cinematogr¨¢fico de Daniel Burman se configura a partir de elementos constantes: uno, su cultura jud¨ªa; otro, las relaciones paterno-filiales o, m¨¢s gen¨¦ricamente, la vida de familia; otro, el presentar un h¨¦roe que bebe de fuentes ancestrales de una cierta comicidad judaica, y a quien el sobrio actor uruguayo Daniel Hendler presta su peculiar talento. Todo esto vuelve a aparecer aqu¨ª, en la historia de un abogado en la treintena, a quien todos, incluida su bella esposa (Julieta D¨ªaz), llaman Perelman, y la relaci¨®n que mantiene con su progenitor, en toda l¨®gica, Perelman Senior. Hombres de leyes los dos, pero con dedicaciones casi opuestas (profesor el hijo, leguleyo experto en toda suerte de trucos el padre), sus peripecias, a las que una voz en off, la del joven, ordena jocosamente, van entretejiendo una compleja red de simulacros y sobreentendidos mostrados con una fina, sutil iron¨ªa.
Retrato masculino
Sin dejar durar nunca un chiste, sea visual o verbal, m¨¢s all¨¢ de la prudencia, y con di¨¢logos que, marca de la casa, est¨¢n cargados de intenci¨®n y de brillantez ret¨®rica, Burman compone un espl¨¦ndido retrato masculino en el que no cuesta trabajo encontrar no s¨®lo sus anteriores preocupaciones, sino ecos del mejor cine independiente americano y hasta de las neurosis y obsesiones presentes en tantas pel¨ªculas del gran Woody Allen. Es al tiempo liviana y profunda y, de lejos, lo mejor que hemos visto a concurso en los tres d¨ªas que llevamos de competici¨®n.
Babelia
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