"Me gusta actuar aqu¨ª"
Bruce Springsteen triunfa a lo grande en el Palau Sant Jordi con un concierto similar al que present¨® en mayo en Badalona
"Boooooona nit, Barcelona! Esteu b¨¦? Esteu b¨¦? Esteu b¨¦?". El grito cavernoso rompi¨® la oscuridad e inmediatamente despu¨¦s los acordes de John Henry, la vieja balada del hombre enfrentado a la m¨¢quina como met¨¢fora de luchas e injusticias, sonaron atronadores en un Sant Jordi con sus 18.000 localidades agotadas. En pocos segundos todo hab¨ªa quedado ya claro: Bruce Springsteen volv¨ªa a pisar fuerte, sin concesiones. Su vital y vitalista mezcla de compromiso social, tomado del repertorio de Pete Seeger, y de fiesta popular con reminiscencias del Mardi Gras de Nueva Orleans volv¨ªa a sonar plet¨®rica.
Eran las 21.45 horas (15 minutos de retraso respecto a la hora anunciada) y la fiesta lleg¨® para quedarse. La banda sonaba potente, danzante, justo en el borde del escenario. El p¨²blico saltaba y agitaba las manos con una euforia que se contagiaba con facilidad. El estribillo del segundo tema, Old Dan Tucker, ya fue cantado por el p¨²blico justo con las primeras notas de banjo. Todo estaba ganado. Springsteen volv¨ªa a plantar su pica en Flandes con un concierto muy similar al que ofreci¨® el pasado mayo en Badalona. Con la misa intensidad, la misma efervescencia y esa magia que le hace acercarse totalmente al p¨²blico aunque sea con viejas canciones folk, como en este caso. Canciones populares tomadas en su mayor¨ªa del repertorio del viejo luchador Pete Seeger y transformadas en peque?as explosiones de una intensidad asombrosa en las que tanto cabe el rock and roll como el jazz de Nueva Orleans. Una forma magn¨ªfica de reinventar el folclor americano.
La historia de esta nueva cita barcelonesa hab¨ªa comenzado a las 18.24 horas, cuando una camioneta Mercedes de color oscuro pas¨® lentamente entre los dos centenares de seguidores que se agolpaban ante la entrada trasera del Palau Sant Jordi. Casi todos vestidos con camisetas conmemorativas, llevaban toda la tarde esperando que Springsteen apareciera para realizar la prueba de sonido. El Boss, sentado junto al conductor, sonri¨® y agit¨® la mano al pasar. Algunos hicieron fotos con sus m¨®viles. Veinte segundos de felicidad que hab¨ªan compensado la larga espera. La mayor¨ªa, tras haber conseguido vivir ese ritual en primera fila, abandon¨® r¨¢pidamente el lugar para ir a colocarse en la gran cola que, en el otro extremo del polideportivo, reun¨ªa a los que esperaban para conseguir el preciado visado para situarse en el corralito m¨¢s cercano al escenario.
En el interior, la prueba de sonido transcurr¨ªa tranquila pero f¨¦rreamente controlada por Springsteen, desde la sonoridad de una guitarra hasta el eco en la parte posterior del polideportivo. Viejas canciones y, sobre todo, el repaso minucioso de un antiguo ¨¦xito de Waylon Jennings, Love of the common people, que ya interpret¨® por primera vez y por sorpresa en los conciertos de Valencia y Granada. Springsteen se muestras contundente, nadie se mueve de su posici¨®n ni para beber agua, pero tambi¨¦n deja que sus m¨²sicos prueben a cantar como solistas en un ambiente relajado que chocaba frontalmente con la majestuosidad del polideportivo vac¨ªo.
Diecis¨¦is m¨²sicos secundan a Springsteen en el escenario, pr¨¢cticamente la misma formaci¨®n con la que visit¨® Badalona en el pasado mes de mayo, aunque se nota la ausencia de Patti Scialfa, que ha dejado la gira para regresar a Estados Unidos a "hacerse cargo de los ni?os", seg¨²n el propio Springsteen.
Tras la prueba de sonido, el Boss tuvo un breve y distendido cambio de impresiones con la prensa barcelonesa. Record¨® su primer encuentro con Pete Seeger en un homenaje a Woody Guthrie, un ¨ªdolo de ambos; ensalz¨® su capacidad de encontrar el equilibrio entre el compromiso y las canciones, y afirm¨® rotundamente no estar arrepentido de haber participado en la campa?a presidencial de John Kerry. "No me arrepiento en absoluto", explic¨® mientras sosten¨ªa su guitarra a modo de coraza. "Fue magn¨ªfico. Si las elecciones se hubieran realizado dos o tres meses despu¨¦s, seguro que habr¨ªa ganado".
Springsteen tuvo un recuerdo para su primera actuaci¨®n en Barcelona. "La reacci¨®n del p¨²blico es espectacular, siempre ha sido muy calurosa. Me gusta actuar aqu¨ª, es todo muy intenso. Es como un acto de amor". Sin evitar las l¨®gicas comparaciones, Springsteen manifest¨® encontrarse mucho mejor ahora que en sus primeras actuaciones. "El secreto est¨¢ en tener s¨®lo dos ideas en la cabeza cuando subes al escenario. Primera: es la cosa m¨¢s importante que vas a hacer ese d¨ªa y en ese momento. Y segunda: es s¨®lo rock and roll".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.