El peso desigual del enfado y la satisfacci¨®n

Las elecciones catalanas del pr¨®ximo d¨ªa 1 pueden servir, entre otras cosas, para descubrir hasta qu¨¦ punto a un electorado le importa lo que sus gobernantes han hecho bien o si, a la hora de la verdad, pesa m¨¢s lo que han hecho mal, lo que han complicado sin necesidad la situaci¨®n pol¨ªtica o la sensaci¨®n de desconcierto que hayan provocado entre sus propios seguidores. Por lo menos as¨ª lo piensa Joan Saura, candidato por Iniciativa per Catalunya Verds-Esquerra Unida (ICV-EUiA) y quiz¨¢ el ¨²nico pol¨ªtico catal¨¢n que en esta campa?a electoral intenta defender con algo de pasi¨®n el balance de los tres a?os de Gobierno tripartito; el ¨²nico que asegura, sin titubear, que las cosas que se hicieron bien son m¨¢s importantes que todas las que, indudablemente, se hicieron mal.

Lo importante, explica Saura en todos sus m¨ªtines y reuniones, es que en estos tres a?os el Gobierno de la Generalitat hizo una pol¨ªtica de izquierda, una gesti¨®n con un sello progresista inequ¨ªvoco, muy distinto del que desarroll¨® Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU) en los 23 a?os anteriores. Todo lo que se hizo mal, todo el desastre pol¨ªtico que rode¨® al tripartito, mantiene el candidato de ICV, no deber¨ªa pesar m¨¢s que el contenido de izquierda que tuvieron las pol¨ªticas concretas desarrolladas por esos mismos tres partidos.

Los sondeos, incluido el del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS), le auguran una subida de uno a cinco esca?os (de los 9 actuales hasta 14, como m¨¢ximo), pero da la impresi¨®n de que ICV-EUiA est¨¢ m¨¢s preocupada por los resultados del Partit dels Socialistes (PSC) que por los suyos propios. Su mejor esperanza es que el candidato de CiU, Artur Mas, desarrolle una campa?a a lo Angela Merkel (es decir, de gran favorito a vencedor escaso). Y su gran temor, que Montilla pierda demasiados esca?os a favor de CiU y que los dirigentes de Esquerra Republicana (ERC) no resistan la presi¨®n de quienes, entre sus bases, quieren un Gobierno de frente nacionalista. O, peor a¨²n, que el PSC no resista la presi¨®n de quienes, en La Moncloa, desean una Generalitat sociovergente.

Por si acaso al final pesara m¨¢s en el electorado la satisfacci¨®n que el enfado, Saura se dedica disciplinadamente, grupo a grupo, peque?a reuni¨®n a peque?a reuni¨®n, a avivar la memoria de las peque?as o grandes cosas que, a su juicio, cuentan en el activo del tripartito. Saura se asombra de que Montilla y Carod Rovira no hablen para nada de lo que considera un gran ¨¦xito: por primera vez en muchos a?os, dice, el Gobierno tripartito fue capaz de ofrecer a los ciudadanos m¨¢s plazas escolares en escuelas p¨²blicas que en colegios concertados. Este Gobierno, pregona, ha iniciado la rehabilitaci¨®n de los 23 peores barrios de Catalu?a, pero nadie lo recuerda ni lo vocea en esta campa?a, se desespera Saura ante un grupo de unos 25 profesores y maestros a los que ha convocado en un peque?o local de Barcelona para explicarles el programa educativo de ICV-EUiA.

Saura tiene raz¨®n en que esta es una campa?a extra?a y que no existen muchos precedentes de unos partidos que, estando en el Gobierno, acudan a las siguientes elecciones como si no tuvieran nada que ver con lo ocurrido en la legislatura pasada. PSC y ERC pasan por encima como si les quemara y no tuvieran ning¨²n inter¨¦s en reclamar su protagonismo. Se dir¨ªa que ni Jos¨¦ Montilla ni Josep Llu¨ªs Carod Rovira tienen la menor intenci¨®n de buscar una confrontaci¨®n directa con Artur Mas cuando ¨¦ste opone su "governar b¨¦" con lo que ellos han hecho durante estos a?os.

En otras circunstancias, parecer¨ªa realmente extravagante que ning¨²n pol¨ªtico se hiciera responsable en Catalu?a de la legislatura que ahora acaba. En las peculiares condiciones de esta rara convocatoria, no llama mucho la atenci¨®n que sea s¨®lo Joan Saura, el consejero de Relaciones Institucionales en funciones, quien se atreva a reivindicar el trabajo de todo el tripartito. Sus ex colegas prefieren, por lo que se ve, centrarse en lo que har¨¢n a partir de ahora.

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