El duro se pone blando

Ha sido un incorregible seductor, una estrella irascible y agresiva, un rockero incomprendido y un profesional laureado. Son algunos de los papeles que Russell Crowe ha interpretado. No en la pantalla, sino en las revistas, en las galas o en la televisi¨®n. Una galer¨ªa de encarnaciones a la que ahora el actor neozeland¨¦s se esmera en a?adir otra: la de un hombre sensible y entregado a la paternidad. "Las resacas no mezclan bien con los beb¨¦s", afirma en el libreto de su ¨²ltimo ¨¢lbum, My hand, my heart, publicado despu¨¦s del nacimiento de su primer hijo, Charlie, en diciembre de 2003. El pasado mes de julio, ¨¦l y su mujer, Danielle Spencer, tuvieron un segundo v¨¢stago, Tennyson. Y son esos tres nombres los que m¨¢s repite Crowe durante una fugaz visita a Madrid para promocionar su ¨²ltima pel¨ªcula, Un buen a?o, dirigida por Ridley Scott.

Su buen humor desconcierta en la rueda de prensa, la sesi¨®n de fotos y en las entrevistas para televisi¨®n. Y su amable locuacidad desbarata cualquier previsi¨®n. ?D¨®nde est¨¢ el hombre hura?o, maleducado, antip¨¢tico y fiero que pintan las entrevistas? ?El energ¨²meno que lanza tel¨¦fonos a la cabeza de los empleados de hotel? Exista o no, hoy no ha venido. La bestia est¨¢ aplacada. Crowe habla de una pel¨ªcula luminosa y feliz y est¨¢ a tono. Se ha vuelto a reunir con Scott, pero esta vez no hay batallas ¨¦picas de por medio. Es hombre de fieles y largas colaboraciones: ha filmado dos pel¨ªculas con Ron Howard y la tercera con Scott (que no ser¨¢ una secuela de Gladiator, como se anunci¨®) est¨¢ en posproducci¨®n. Pero ha tomado la v¨ªa m¨¢s improbable para el realizador de Blade Runner: una comedia de vino, amor y simpat¨ªa basada en una novela de Peter Mayle (autor del best seller Un a?o en Provenza).

Un cambio de registro con el que Crowe abunda en su gusto por jugar a la contra. Empez¨® a actuar de ni?o en las producciones en las que sus padres serv¨ªan el catering, pero nunca fue un actor infantil. "Como mucho, un extra infantil", matiza. De hecho, a pesar de su precoz acercamiento a la profesi¨®n, no fue hasta bien entrada la veintena cuando empez¨® a trabajar en serio. Sus dientes mellados, que no se arregl¨® hasta los 27, explican en parte ese retraso. Ten¨ªa m¨¢s de 30 a?os cuando en 1997 sedujo a Hollywood en L. A. Confidential, pero aprovech¨® el tiempo perdido. Desde 1999 obtuvo tres nominaciones consecutivas al Oscar como mejor actor y se lo llev¨® por Gladiator, su primer encuentro con Scott y la pel¨ªcula que le encumbr¨® como el icono incontestablemente viril que la generaci¨®n metrosexual necesitaba.

Si George Clooney es el gal¨¢n sofisticado, el de las maneras desenvueltas y el gesto burl¨®n; entonces Crowe es el hombre bruto y torpe, ind¨®mito y rebelde. Clooney se aleja de Hollywood para retirarse al lago Como; Crowe para irse de gira con su grupo, que hace rock de garaje y cerveza. Sentado en una butaca baja, relaj¨¢ndose tras la acelerada jornada de entrevistas de tres minutos, parece m¨¢s c¨¢lido que arisco. El ce?o empieza caracter¨ªsticamente fruncido, es cierto. Pero el gesto se relaja pronto y despeja una mirada azul que puede ser radiante. Tiene un cuerpo compacto, pero no imponente, y su fortaleza f¨ªsica puede emitir tambi¨¦n una sensaci¨®n mullida. Escucha con atenci¨®n y habla con calma, tom¨¢ndose muy en serio, degustando la profundidad de su propia voz.

En el libreto de su ¨²ltimo ¨¢lbum dice que, por fin, tras m¨¢s de 20 a?os componiendo, ha conseguido dejar algo de s¨ª en sus canciones. ?Y en sus pel¨ªculas?

Creo que en realidad eso lo consegu¨ª mucho antes con la actuaci¨®n. No me cuesta nada meterme en los papeles y divertirme con ellos. Hasta los 25 a?os no hice mi primera pel¨ªcula en serio, as¨ª que ya ten¨ªa mucha experiencia, no era un ni?o. La interpretaci¨®n es algo relativamente f¨¢cil para m¨ª. En cambio, alcanzar un determinado nivel como compositor me ha costado bastante m¨¢s. Ser capaz de describir mis sentimientos con la m¨²sica no me sale tan espont¨¢neamente, la verdad.

?Tiene eso algo que ver con su cambio de banda?

La banda anterior no se deshizo realmente. Se hizo evidente que algunos miembros del grupo no estaban igual de implicados que otros. As¨ª que nos tomamos un descanso y s¨®lo los que de verdad est¨¢bamos interesados continuamos juntos. Estos t¨ªos son mis colegas, con los que de verdad me gusta pasar el rato y salir por ah¨ª. Y ya que est¨¢bamos de cambio, decidimos cambiar de nombre. Estaba harto de Thirty-Odd Foot of Grunts. Es una chorrada de nombre que no significa nada. Naci¨® como una broma y diez a?os despu¨¦s segu¨ªamos viviendo con ella. As¨ª que estoy mucho m¨¢s contento con The Ordinary Fear of God.

Es un nombre nuevo, pero mantiene las siglas del anterior?

Como todo el mundo ten¨ªa ya su gorra y su chapa con las iniciales, resultaba m¨¢s barato mantenerlas. As¨ª no hab¨ªa que hacerlas nuevas. En cualquier caso, cuando empezamos a buscar un nombre nuevo lo primero que apareci¨® fue la idea de Fear of God (miedo a Dios). Algo que todos sentimos, incluso los agn¨®sticos.

Parece mantener una relaci¨®n compleja con la religi¨®n. Ha explicado que no fue bautizado de ni?o, y que, de adulto, inici¨® un proceso de investigaci¨®n entre las diferentes opciones. ?Ha llegado a alguna conclusi¨®n?

No, no he tomado a¨²n ninguna decisi¨®n. Estoy a¨²n en el proceso de aprender. Pero he bautizado a mi hijo Charlie y planeo hacerlo tambi¨¦n con mi segundo chico, Tennyson. De hecho, estoy pensando en bautizarme al mismo tiempo que ¨¦l.

Entonces s¨ª se ha decidido por algo.

Bueno, tengo claro que hay alg¨²n tipo de fuerza superior. Lo ¨²nico con lo que no comulgo es con c¨®mo se utiliza esa idea, en la organizaci¨®n de las religiones. Mi punto de vista es que si hay tantas explicaciones alrededor de una misma idea, tiene que ser por algo. Creo que la espiritualidad es muy importante, pero la religi¨®n puede ser muy peligrosa.

?En qu¨¦ sentido?

Por la guerra, por los extremismos, por los integrismos. Deseo que en alg¨²n momento todo el mundo en el planeta entienda que somos esencialmente iguales. Todos queremos lo mismo, todos deseamos y tememos lo mismo. Todos tenemos las mismas prioridades: todos queremos que nuestros hijos est¨¦n seguros. Sol¨ªa decir que puedo ver a la humanidad entera en los 10 mandamientos, porque es algo tan b¨¢sico y tan simple? los par¨¢metros b¨¢sicos para alcanzar la felicidad. En realidad, si la gente los siguiera no har¨ªa falta nada m¨¢s. Ni siquiera normas de tr¨¢fico? ?tiene sentido algo de lo que estoy diciendo? Es que estoy tan cansado...

La frase de la estrella dispara las alarmas de la gente de la compa?¨ªa. Pero ¨¦l frena el avance de los guardianes con un adem¨¢n disuasorio. No hace falta que los relojes se aceleren. Est¨¢ dispuesto a seguir contestando. Es posible que, efectivamente, el alm¨ªbar que desprende el bienintencionado filme de Scott se le haya adherido a la piel. Que haya sufrido un proceso de dulcificaci¨®n parecido al de Max Skinner, su personaje en Un buen a?o que aparca la mand¨ªbula afilada del tibur¨®n de las finanzas por el paladar suave del viticultor. A primera vista parece un papel alejado de los rudos y combativos hombres que le han dado la fama (desde el polic¨ªa brutal de L. A. Confidential al h¨¦roe tr¨¢gico de Gladiator). Y s¨ª, es un giro a la comedia ligera, pero tambi¨¦n un canto al optimismo y al romanticismo que no desentona en una carrera que ha defendido las segundas oportunidades (de un boxeador en Cinderella man), la redenci¨®n de la locura a trav¨¦s del amor (en Una mente maravillosa) y el amor familiar m¨¢s all¨¢ de la muerte (Gladiator). Qui¨¦n iba a tomar por un rom¨¢ntico a semejante tipo duro.

?Hay una decisi¨®n consciente en la elecci¨®n de sus pel¨ªculas por lanzar un mensaje optimista y un tanto idealista?

Hablas de romanticismo, de idealizaci¨®n. Son conceptos fundamentales para m¨ª, pero en la vida real saltas de pel¨ªcula en pel¨ªcula sin pensar en la coherencia o en la unidad de tus decisiones. Cada papel lo eliges por ¨¦l mismo, no en relaci¨®n a otros. Pero los fundamentos, el punto en com¨²n? obviamente con mis elecciones estoy exponiendo mis puntos de vista pol¨ªticos e ideol¨®gicos, lo que pienso de la vida y de las personas. Si miras al cuerpo de mi trabajo en conjunto, puedes ver c¨®mo soy. Creo fervientemente en la visualizaci¨®n: si persigues de verdad las cosas en las que sue?as puedes conseguirlas. Debes esforzarte y no rendirte pensando que lo que deseas es imposible. Y supongo que esta forma de pensar me convierte en algo cercano a un optimista, as¨ª que es posible que eso se note en los papeles que elijo. Pero tampoco soy un ingenuo y me interesa remarcar que las cosas no suceden por magia, sino que son fruto del esfuerzo. No creo en la filosof¨ªa de la loter¨ªa. Y eso vale para todo: si quieres que cambien las cosas en la pol¨ªtica de tu pa¨ªs tienes que hacer algo para ello. Aunque tus acciones parezcan insignificantes, no lo son.

Con ese discurso, ?trata de huir de la banalidad a veces asociada a los actores de Hollywood?

Si dedicas tu vida a hacer pel¨ªculas vac¨ªas s¨®lo para recibir el dinero, si eliges en funci¨®n de lo que est¨¢ de moda, no dejas nada de ti en lo que haces. Caes en la irrelevancia. Hay carreras enteras enfocadas a enriquecerse. Pero luego existen otros actores, los que son una referencia para m¨ª, que s¨ª forman parte de un desarrollo creativo de una narraci¨®n. Aunque todo esto hay que ponerlo tambi¨¦n en perspectiva. Si tengo que interpretar a Shakespeare no voy a ser tan imb¨¦cil como para pretender reescribirlo y mejorarlo.

Crowe se r¨ªe y su risa da un poco de miedo. Un oleaje crespo de carcajadas que, por alg¨²n misterioso motivo, nos traen a la cabeza lo peor de su reputaci¨®n. La agresividad. El malhumor. En un art¨ªculo publicado en junio de este a?o en The Sydney Morning Herald, un periodista australiano pintaba a un Crowe maquiav¨¦lico, deseoso de controlar la prensa hasta el delirio y capaz de las m¨¢s aberrantes estrategias para conseguirlo. Jack Marx, que as¨ª se llamaba el reportero, dec¨ªa haber sido un pe¨®n en una de las enormes operaciones propagand¨ªsticas del que, seg¨²n ¨¦l, es el hombre m¨¢s poderoso de Australia tras el primer ministro y el recientemente fallecido magnate de los medios Kerry Packer. "Cuando fui la v¨ªctima de Russell Crowe", se titulaba de hecho la historia. Crowe se muestra relajado ante la referencia de su mala reputaci¨®n en la prensa. No recuerda ese art¨ªculo en particular, dice. Y asegura que no hay forma de estar al d¨ªa de todas las mentiras que se publican sobre ¨¦l. Aunque es muy posible que algunas de las cosas que sobre ¨¦l se escriben le duelan m¨¢s que otras.

Su m¨²sica no recibe precisamente buenas cr¨ªticas y no parece que la industria le tome realmente en serio.

Sobre este particular he tenido que o¨ªr de todo el mundo las acusaciones m¨¢s absurdas. Se ha dicho que me aprovecho de mi carrera cinematogr¨¢fica para impulsar la musical, sin tener en cuenta que fui m¨²sico mucho antes que actor. ?Por qu¨¦ deber¨ªa abandonar algo que me apasiona s¨®lo por haber tenido ¨¦xito en otra faceta profesional? Adem¨¢s, no busco tener una carrera musical, s¨®lo hago m¨²sica. Trato de sintetizar todo lo que pasa por mi cabeza en esos peque?os paquetes que son las canciones. No me considero un m¨²sico en realidad. Las canciones pop surgen probablemente de mi deseo infantil de ser un poeta. Obviamente, nadie iba a querer leer un libro de poes¨ªa escrito por un chico de 15 a?os, as¨ª que enfoqu¨¦ ese deseo de expresi¨®n hacia la m¨²sica. Como m¨²sico de rock soy un poeta. Y cuanto m¨¢s lo hago, m¨¢s me acerco a lo que me gustar¨ªa, mejor me siento con ello. Estoy cerca de conseguir decir lo que quiero.

Si como m¨²sico se considera un poeta, ?qu¨¦ es como actor?

Soy un instrumento para que el director consiga su prop¨®sito. No hay nada que no est¨¦ dispuesto a hacer para contar la historia que tiene en la cabeza. Si me piden que salte del ¨¢rbol, salto. Ese es mi trabajo. No s¨®lo no limitar la imaginaci¨®n del director, sino tambi¨¦n expandirla. Aceptar sus necesidades y aportar todo lo que pueda. Porque cuando un int¨¦rprete se involucra con un personaje acaba sabiendo m¨¢s de ¨¦l que el propio director.

?Dir¨ªa que esa forma de entender su trabajo explica por qu¨¦ los directores tienden a repetir con usted? ?C¨®mo es su relaci¨®n con Ridley Scott, con quien acaba de rodar por tercera vez?

Por supuesto, despu¨¦s de Gladiator quer¨ªa volver a trabajar con ¨¦l. Aunque en ese momento todav¨ªa no me daba cuenta de lo poderosa que era la conexi¨®n entre nosotros. Ahora adivino lo que ¨¦l piensa y lo que ¨¦l quiere sin necesidad de que diga nada. Nos conocemos y nos entendemos a la perfecci¨®n. Funcionamos con lenguaje corporal, con un gesto. Es lo que ocurre en las relaciones verdaderamente intensas. Como en el matrimonio, como en las mejores amistades. Tienes una profunda comprensi¨®n del otro.

Al principio rechaz¨® el papel en 'Master and commander' porque el gui¨®n no le gustaba y abandon¨® el rodaje de 'Eucalyptus' por el mismo motivo. ?Es usted muy exigente en este aspecto o es que los escritores de cine no dan la talla?

El problema aqu¨ª es la industria. La mayor parte de las veces no estamos hablando de los escritores como individuos que conciben y desarrollan una idea hasta el final. Estamos hablando de textos que pasan por much¨ªsimas manos. Cada insignificante ejecutivo de la cadena va a dar su opini¨®n y va a modificar la idea en funci¨®n de lo que piensa que es mejor, lo cual suele significar en realidad m¨¢s lucrativo. Al final, una veintena de personas que no van a hacer la pel¨ªcula han metido mano al gui¨®n con criterios tales como "lo que se lleva ahora", el "nicho de mercado al que nos dirigimos". Un mont¨®n de argumentos que nada tienen que ver con la esencia de contar una historia.

?Esas interferencias las sufren tambi¨¦n directores tan consagrados como Ridley Scott?

Incluso a alguien como a Ridley pretenden plantearle cosas del tipo: "Tienes que acabar de filmar antes de tal fecha. Con esto est¨¢s por encima o por debajo de la l¨ªnea. Tienes que contratar a dos de estos cuatro actores para estos papeles". Pero, en cambio, Ridley tiene ganas de trabajar con alguien como yo porque yo no voy a abandonar. Voy a trabajar cada d¨ªa para mejorar y no voy a quedarme en lo m¨ªnimo necesario para cubrir el expediente. Hoy en d¨ªa es inusual tener dos semanas para ensayar. Es rid¨ªculo: se gastan miles de millones en los efectos especiales de una pel¨ªcula, pero no quieren gastarse unos pocos cientos en sufragar ensayos. Pero as¨ª funciona este negocio.

En el caso de 'Un buen a?o' estamos ante un libro que Peter Mayle escribi¨®, a sugerencia de Ridley Scott, a partir de un recorte de la revista 'Time', y de un gui¨®n escrito casi en paralelo con la novela. ?Cu¨¢l ha sido la relaci¨®n de todos esos elementos?En el caso de Un buen a?o el proceso ha sido absolutamente particular. Ridley Scott tuvo la idea original leyendo ese art¨ªculo sobre los vinos boutique. Se lo pas¨® a Peter Mayle y a ¨¦ste le gust¨®. Empez¨® a escribir una novela a partir de ¨¦l y el guionista Michel Klein escribi¨® una versi¨®n del libro incorpor¨¢ndole su propia sensibilidad. Cuando finalmente Ridley tuvo el gui¨®n, dijo: "?C¨®mo nos hemos ido tan lejos de la idea original?". Nuestro proceso juntos fue devolver la historia un poco m¨¢s al punto original, a lo que ¨¦l quer¨ªa hacer desde el principio. Es el tipo de trabajo que me interesa, el que me involucra en el proceso creativo.

Si concede tanta importancia al gui¨®n, ?c¨®mo vive el paso de escrito a filmado?

Es un proceso complejo. Es tan distinto lo que tiene sentido en la p¨¢gina y en la pantalla. Escribir una novela es completamente distinto a construir una pel¨ªcula. A veces el director est¨¢ tan obsesionado con ciertos planos que tiene en su cabeza que no atiende a la peculiar qu¨ªmica de lo que est¨¢ sucediendo. Y no es hasta que el plano est¨¢ acabado cuando comprenden que lo que hab¨ªan pensado previamente no funciona. Lo que parec¨ªa obvio en una sola dimensi¨®n queda totalmente ridiculizado en tres dimensiones. La dimensi¨®n extra del cine es la que permite llenar un espacio con una mirada, la que permite que la l¨ªnea de di¨¢logo m¨¢s banal se convierta en un instante de cegadora intensidad. Y eso no es f¨¢cil de escribir.

?Qui¨¦n le parece capaz de hacerlo?

Akiva Goldsman, por ejemplo. He trabajado en tres proyectos con ¨¦l. Es el escritor no acreditado en Master and commander. Reescribi¨® el gui¨®n entero. La estructura y el hilo narrativo estaban ah¨ª, pero no hab¨ªa ninguna personalidad en los personajes. Peter (Weir) no era muy partidario de que viniera a rehacer la historia, pero finalmente vio los beneficios que aport¨® porque vio c¨®mo cambi¨® la energ¨ªa de sus actores. Le¨ªan las p¨¢ginas reescritas y se emocionaban. Por fin pod¨ªan entender a los hombres que iban a interpretar porque, por fin, hab¨ªa humanidad en ellos. Para m¨ª es un genio, pero hay gente que tiene muchos prejuicios. Por ejemplo, dicen: "Hizo Batman forever o Mr. & Mrs. Smith, ?c¨®mo va a ser un genio?". Pero para m¨ª un genio se hace. Cuanto m¨¢s ejercites tu talento, cuanto m¨¢s prol¨ªfico seas, si lo haces con pasi¨®n y enfoque, m¨¢s posibilidades tienes de hacer un trabajo excelente. Y cuando ¨¦l hizo Batman, ¨¦l satisfizo plenamente lo que los productores y el director quer¨ªan. Cuando escribi¨® Una mente maravillosa hizo lo mismo. Con la diferencia de que ese productor y ese director quer¨ªan m¨¢s de ¨¦l.

Habla de ser prol¨ªfico, pero usted no lo es precisamente. En cinco a?os ha protagonizado cuatro pel¨ªculas.

Es cierto que no lo soy. Pero, de nuevo, hay que tener en cuenta que he sido actor desde los seis a?os. Y todo lo que he hecho, m¨¢s grande o m¨¢s peque?o, forma parte de mi experiencia como int¨¦rprete. Debido a que no me dediqu¨¦ a ir a castings para series de la tele s¨®lo por creerme guapo (lo que es la motivaci¨®n para la mayor¨ªa de los actores hoy) pude formarme de otra forma. Yo estaba genuinamente interesado en el arte de la interpretaci¨®n y cualquier cosa que me sirviera para eso estaba bien. Desde cantar n¨²meros en un bingo hasta hacer de disc jockey. Lo importante era que tuviera alguna clase de conexi¨®n con la actuaci¨®n. Soy una persona bastante t¨ªmida, pero con experiencias como esas aprendes a controlar tu nerviosismo, a comportarte ante una audiencia. Puedes sujetar las mariposas del est¨®mago. Cuando te familiarizas con ellas, las disfrutas, las aprecias. Pero s¨ª es cierto que nunca he sido de los que salen de una pel¨ªcula para meterse en otra.

De hecho, tiene fama de haber rechazado muchos proyectos.

Detesto a esa gente que siente que est¨¢s obligado a aceptar cualquier pel¨ªcula que te ofrezca. Hay un mont¨®n de gente en la industria que est¨¢ decepcionada conmigo porque les he rechazado. Pero mientras seas algo que pueden manejar est¨¢s vendido. Tienes que rebelarte a ser usado como un objeto. Y yo he dicho que no a mucha m¨¢s gente en Hollywood de a la que he dicho s¨ª. Eso me ha granjeado muchos enemigos.

Su distancia con Hollywood es tan f¨ªsica, pues vive en Australia, como emocional. Adem¨¢s de a la m¨²sica, dedica su tiempo a actividades tales como reflotar un equipo de rugby de un barrio deprimido de Sidney.

De donde yo vengo es algo muy importante. Porque podemos ense?ar a toda una generaci¨®n de chavales que nunca hay que decir nunca. Supongo que es parte de mi filosof¨ªa vital, pero en cualquier competici¨®n deportiva voy con el equipo que est¨¢ m¨¢s abajo. El que tiene menos posibilidades de ganar. Porque, al final, soy un t¨ªo de Wellington, Nueva Zelanda, ?cu¨¢ntas posibilidades ten¨ªa yo de acabar ganando un Oscar? Pero lo consegu¨ª.

?Qu¨¦ tal va el equipo?

Todav¨ªa no se ha notado mucho nuestra acci¨®n. Bueno, un poco s¨ª. Antes de que lleg¨¢ramos, el equipo no ganaba jam¨¢s. Y hemos ganado ya tres partidos. Pero el a?o que viene ser¨¢ mucho m¨¢s potente. Hemos contratado algunos buenos jugadores y hemos cambiado al entrenador. Tenemos mejores administradores e instalaciones deportivas. No esperamos un ¨¦xito inmediato. Hay mucho que hacer, pero lo importante es no dar ning¨²n paso atr¨¢s.

?Cu¨¢l es su objetivo con todo esto?

Si podemos cambiar la tendencia del equipo, podemos servir como inspiraci¨®n. Ense?arle a un chico de 10 a?os que lo imposible es posible. Tal vez haya nacido en un barrio deprimido, con una familia desestructurada y una madre drogadicta, pero eso no significa que todo est¨¦ perdido para ¨¦l. ?l es un individuo que puede alcanzar sus metas. Me gusta pensar que podemos unir a gente con procedencias, historia y problemas muy distintos y muy graves y darles una esperanza.

El s¨¦quito de Crowe se remueve impaciente. En la puerta del hotel espera desde hace rato una furgoneta de cristales tintados que, seg¨²n el plan, ya deber¨ªa estar de camino hacia el aeropuerto para tomar un jet privado. El actor ni siquiera se quedar¨¢ en la ciudad a pasar la noche. Vuelve a Londres a dormir. "Para estar junto a mi hijo cuando se despierte ma?ana. Ha dormido en cuatro habitaciones distintas en cinco d¨ªas y est¨¢ de lo m¨¢s desubicado el pobre". Antes de irse insiste en mostrar el v¨ªdeo de su ¨²ltimo sencillo, Weight of a man. Una canci¨®n dedicada a su mujer y una muestra m¨¢s de la paradoja Crowe. Opaco en las entrevistas como actor, casi ingenuamente sobreexpuesto en sus canciones. El videoclip se film¨® en los descansos del rodaje de Un buen a?o y es obra de Ridley Scott. Algunos periodistas han encontrado risible su inter¨¦s por mostrar unas im¨¢genes en las que aparece caracterizado de torero. Pero resulta m¨¢s tierno y conmovedor que rid¨ªculo. Hay algo aut¨¦ntico en tan improbable actitud. En cualquier caso, el ordenador est¨¢ ya empaquetado. Resuelto, Crowe pide una direcci¨®n de correo electr¨®nico a la que mandarlo. Guarda el papelito arrancado de una libreta en el bolsillo trasero de su pantal¨®n vaquero y se despide con una amplia sonrisa. El correo prometido llega dos d¨ªas despu¨¦s. Y hay algo aut¨¦ntico en tan improbable actitud.