Escalada en Gaza
Israel ha llevado a cabo uno de sus mayores ataques en Gaza desde que en junio pasado fue secuestrado uno de sus soldados, todav¨ªa en poder de Ham¨¢s. La operaci¨®n, en la que blindados con apoyo a¨¦reo han entrado a saco en Beit Han¨²n, es una de las primeras consecuencias del fortalecimiento del Gobierno israel¨ª tras la incorporaci¨®n de un partido de extrema derecha y la ampliaci¨®n de su base parlamentaria. El gabinete de seguridad de Ehud Olmert ha ratificado en Jerusal¨¦n que continuar¨¢ y aumentar¨¢ la presi¨®n sobre Ham¨¢s en Gaza.
El desarrollo de los acontecimientos en uno y otro bando est¨¢ conduciendo a una nueva fase en los enfrentamientos. Con la incorporaci¨®n al Ejecutivo del ultraderechista Avigdor Lieberman, el primer ministro israel¨ª ha conseguido de un golpe fortalecer su fr¨¢gil coalici¨®n y ampliar su mayor¨ªa parlamentaria a 78 sobre 120 esca?os, una cifra insospechada. Para acomodar a socio tan incendiario, opuesto a cualquier cesi¨®n de territorios, Olmert ha tenido que abandonar sus planes previos de evacuar asentamientos jud¨ªos en Cisjordania. Presumiblemente, no es un gran sacrificio para un jefe de Gobierno muy tocado por la inconclusiva invasi¨®n de L¨ªbano.
Olmert est¨¢ decidido a explotar las debilidades actuales de los palestinos, aunque sea al precio de alejar hasta distancias siderales cualquier posibilidad de compromiso. Se lo pone en bandeja la acrecentada lucha por el poder entre el moderado presidente Abbas y los radicales islamistas de Ham¨¢s. Esta alarmante pugna interpalestina adquiere sus dimensiones m¨¢s tr¨¢gicas en Gaza, que se convierte por momentos en territorio sin ley. En la mis¨¦rrima y superpoblada franja, el movimiento terrorista es m¨¢s fuerte, mientras que en la Cisjordania ocupada es m¨¢s d¨¦bil y moderado. Y ah¨ª golpea Israel, con la esperanza de acabar escindiendo pol¨ªticamente ambos territorios.
Para los palestinos, sus peleas intestinas ceden ya el paso a la mucho m¨¢s acuciante realidad del hambre. Un informe del Fondo Monetario Internacional divulgado ayer calcula que las finanzas de los territorios ocupados se han desplomado un 60% como consecuencia del embargo occidental contra el Gobierno de Ham¨¢s, que asumi¨® el poder en marzo, por su negativa a reconocer a Israel y renunciar a la violencia. En t¨¦rminos pr¨¢cticos, esto significa centenares de miles de personas al borde de la hambruna, sueldos de funcionarios reducidos en m¨¢s de la mitad e imposibilidad de cualquier presupuesto que haga viable Palestina.
Es esta situaci¨®n cr¨ªtica, la de una econom¨ªa asfixiada que debe improvisarse cada d¨ªa, la que explica la embajada de Ham¨¢s a Londres esta semana, buscando los buenos oficios internacionales para hacer prosperar una iniciativa sin futuro. Los radicales islamistas pretenden que Israel se conforme con una tregua a 10 a?os vista. Argumentan que este dilatado periodo de coexistencia enfriar¨ªa los ¨¢nimos lo suficiente como para hacer rebrotar las esperanzas de un acuerdo en Oriente Pr¨®ximo.
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