CiU busca el gran pacto con el PSC, pero los socialistas apuestan por reeditar el tripartito

Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU) comenz¨® ayer su descarte sobre las futuras alianzas. El retrato robot del aliado que buscan los nacionalistas no deja margen al error: el socio deseado es el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC). Pero los socialistas, todav¨ªa en un discreto pulso con el PSOE para dibujar su futuro, siguen apostando de momento por reeditar el tripartito (PSC, ERC e ICV) como primera opci¨®n y mientras su primer secretario, Jos¨¦ Montilla, no rompa su prudente silencio y se manifieste en otro sentido.

As¨ª estaban las cosas en la tarde ayer, despu¨¦s de que los nacionalistas de Artur Mas ya por la ma?ana hubieran dibujado en la reuni¨®n de su ejecutiva esos trazos del socio preferido, que tanto se asemejan al perfil de Montilla.

Esquerra pretende obtener el cargo de primer consejero y la presidencia del Parlamento de Catalu?a

Zapatero corta de ra¨ªz el debate sobre las alianzas del PSC durante la reuni¨®n de la ejecutiva del PSOE

Los nacionalistas de Mas quieren un Gobierno "s¨®lido y estable" capaz de desarrollar el nuevo Estatuto

Las condiciones que la direcci¨®n de CiU ha puesto son: un Gobierno s¨®lido y estable, m¨¢s all¨¢ de una mera mayor¨ªa parlamentaria; un Ejecutivo capaz de desplegar el nuevo Estatuto y con facilidad de interlocuci¨®n con la Administraci¨®n central; que haga cicatrizar las heridas surgidas de la confrontaci¨®n estatutaria en la sociedad y en la pol¨ªtica espa?ola, seg¨²n apunt¨® el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida.

Para acabar de identificar ese perfil deseado, los convergentes no dejaron espacio al m¨¢s m¨ªnimo asomo de imaginaci¨®n pol¨ªtica y subrayaron dos condiciones adicionales: que el socio se comprometa a impulsar un plan de infraestructuras y que apoye el cuarto cintur¨®n -carretera que debe sortear el n¨²cleo de mayor densidad de la gran Barcelona-, propuesta esta ¨²ltima por la que s¨®lo apuestan convergentes y socialistas.

Con un dibujo tan n¨ªtido, los nacionalistas de centro-derecha esperan no dejar nada al azar ni caer en el exceso de confianza del que pecaron en 2003, cuando sus dirigentes se fueron de vacaciones mientras el tripartito fraguaba el acuerdo de Gobierno conocido como el Pacto del Tinell , que les envi¨® a las tinieblas exteriores de la oposici¨®n. En aquella ocasi¨®n, Montilla, uno de los arquitectos del tripartito, dijo a CiU que se hab¨ªa equivocado de puerta llamando a la sede socialista madrile?a de la calle de Ferraz. "El PSC tiene su sede en la calle de Nicaragua de Barcelona", record¨® el primer secretario del PSC. Ayer, el segundo de Artur Mas, Josep Antoni Duran, aseguraba por activa y pasiva que no ha habido ninguna llamada a Madrid y que el PSC debe decidir de forma soberana qu¨¦ quiere hacer. "Ni siquiera hemos recibido una llamada de felicitaci¨®n de Zapatero", sostuvo el propio Mas. Pero en la sede de Converg¨¨ncia hab¨ªa ya quien hablaba claramente, quiz¨¢ entre el deseo manifiesto y la realidad oteada, de que Mas ser¨ªa el pr¨®ximo presidente de la Generalitat y que tendr¨ªa como primer consejero al n¨²mero dos de la lista del PSC, el actual consejero de Econom¨ªa, Antoni Castells.

Reuni¨®n Mas-Montilla

Para el PSC constituye una pesadilla pol¨ªtica, asegura un destacado dirigente, un Gobierno sociovergente, en el que los socialistas quedar¨ªan relegados a tareas auxiliares, mientras CiU acabar¨ªa contando con ministros en Madrid y grupo parlamentario propio, lo que le dotar¨ªa de todas las herramientas pol¨ªticas para rentabilizar en solitario la gesti¨®n de ese Gobierno catal¨¢n de gran coalici¨®n. Mientras, el PSC quedar¨ªa sumido "en el magma" del Grupo Socialista en el Congreso, y su participaci¨®n en el Gobierno, difuminada.

Por eso, el portavoz del PSC, Miquel Iceta, puso ayer ¨¦nfasis ante los medios de comunicaci¨®n en que la prioridad de su partido es "el entendimiento con los progresistas". Y esta vez les puso nombre y apellido: Esquerra Republicana e Iniciativa Verds-Esquerra Unida. No obstante, Iceta quiso subrayar que ese acuerdo no ser¨ªa a cualquier precio y que deb¨ªa debatirse a fondo el funcionamiento del Gobierno para evitar los errores del pasado. En la reuni¨®n de la ejecutiva de los socialistas catalanes celebrada por la tarde, el presidente del partido y de la Generalitat, Pasqual Maragall, expres¨® su apoyo a Montilla y le inst¨® a reeditar el tripartito. Pero la c¨²pula del PSC no quiso cerrar la puerta a otras posibilidades de Gobierno. De hecho, esta ma?ana se producir¨¢ la reuni¨®n entre Artur Mas y Jos¨¦ Montilla.

El grueso del PSOE se inclina por una gran coalici¨®n PSC-CiU -con la consiguiente contrapartido del apoyo de los nacionalistas al Ejecutivo central- y de ah¨ª el conflicto, de momento latente, con los socialistas catalanes, quienes alegan que esa f¨®rmula yugula la alternancia pol¨ªtica en Catalu?a. Pero el PSOE trata de impedir la imagen de f¨¦rreo control sobre el PSC. Ayer, precisamente, el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno central, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, cort¨® de ra¨ªz el debate sobre alianzas y resultados de las elecciones catalanas en la ejecutiva de su partido. "El PSC y Jos¨¦ Montilla tienen la responsabilidad de dialogar y llegar a acuerdos para buscar una soluci¨®n que tenga en cuenta los objetivos de esta legislatura, singularmente el desarrollo del Estatuto", dijo, desde un escritorio del Congreso de los Diputados. "Montilla acertar¨¢", agreg¨®, informa Anabel D¨ªez.

De manera excepcional, no se produjeron apenas diferencias entre el contenido del debate que hubo en la ejecutiva del PSOE, a puerta cerrada, y las manifestaciones p¨²blicas, primero de Jos¨¦ Blanco, secretario de Organizaci¨®n, y despu¨¦s del propio Zapatero. Blanco interpret¨® que su partido hace "autocr¨ªtica", al decir que "los errores" y las "complicaciones" que ha habido "durante el recorrido" de la discusi¨®n del Estatuto, as¨ª como de la gesti¨®n del Gobierno tripartito, los habr¨ªa pagado el PSC "en exclusiva". Tambi¨¦n se reconoci¨® que "no se han cumplido las expectativas", seg¨²n palabras de Blanco, en tanto que Zapatero reconoci¨® que, claro, le hubiera gustado que el PSC "ganara las elecciones". En todo caso, se atribuye al partido hermano la caracter¨ªstica de ser el ¨²nico capaz de estar en todas las combinaciones posibles.

Peticiones de ERC

Mientras, contin¨²an las conversaciones entre fuerzas pol¨ªticas catalanas. Esta vez se acorta el periodo de consultas mutuas: el primero de diciembre, el Parlamento debatir¨¢ investir al nuevo presidente.

As¨ª, ya cuentan con fechas los encuentros entre Mas y el l¨ªder de Esquerra Republicana, Josep Llu¨ªs Carod. ERC, que ha desempe?ado otra vez en esta campa?a electoral la carta de la equidistancia entre PSC y CiU, se dejar¨¢ querer por ambas fuerzas, aunque prefiere reeditar el tripartito. De momento, ya ha comenzado a poner condiciones a cualquier acuerdo: que Carod repita como conseller en cap del nuevo Gobierno (algo que en campa?a, Montilla rechaz¨®) y que el partido vuelva a ostentar, como en la ¨²ltima legislatura, la presidencia de la C¨¢mara legislativa catalana.

Iniciativa per Catalunya (ICV-EUiA) insisti¨® ayer por boca de su l¨ªder, Joan Saura, en la necesidad de reeditar un Gobierno de izquierdas y catalanista. Saura subray¨® que Zapatero "no debe interferir" en las negociaciones.