La 'Rafalution', estancada
"Confiamos en ti, Rafa!", pon¨ªa una pancarta el s¨¢bado pasado en Anfield, el estadio del Liverpool. "Rafa" es Rafael Ben¨ªtez, entrenador del legendario club ingl¨¦s. Lo significativo del mensaje fue que alguien considerara necesario expresarlo. Porque hasta hace muy poco, tan absoluta era la confianza que la ferviente afici¨®n del Liverpool depositaba en el espa?ol, que s¨®lo decirlo era redundante.
Pero hoy Ben¨ªtez ha vuelto a bajar al planeta tierra. La Copa de Europa que coron¨® la primera temporada del espa?ol en el Liverpool lo elev¨® al pante¨®n de los dioses de la ciudad, junto a Lennon y McCartney y el no menos m¨ªtico entrenador Bill Shankly. Ganar al Milan en la final de la Champions, en Estambul el a?o pasado, tras ir al descanso 0 a 3 en contra -despu¨¦s de haber derrotado al Chelsea y la Juventus en el camino- convenci¨® a los fieles de que Ben¨ªtez pose¨ªa poderes supernaturales.
Pero ya no. Lo respetan, le estar¨¢n sempre agradecidos, pero empiezan a cuestionarle. Los periodistas tambi¨¦n. El cr¨¦dito acumulado por Ben¨ªtez era tal que la prensa deportiva le hab¨ªa concedido una moratoria. No se le criticaba. Hasta ahora. Dieciocho meses despu¨¦s de Estambul crece la percepci¨®n de que la Rafalution se ha estancado. Como dijo un osado columnista de The Guardian, "Ben¨ªtez no se puede esconder detr¨¢s de la Copa de Europa para siempre".
El problema es que este Liverpool no da se?ales de ganar la liga. Y para un club tan tribal y localista, cuya leyenda se forj¨® en los a?os setenta cuando el equipo de Shankly ejerci¨® un dominio aplastante sobre el f¨²tbol ingl¨¦s, la liga es el santo grial. Por eso, al aterrizar Ben¨ªtez en Liverpool hace dos a?os y medio (reemplazando a un franc¨¦s, G¨¦rard Houllier) hubo bastante escepticismo. Cuando Ben¨ªtez empez¨® a fichar un jugador espa?ol tras otro (Houllier hab¨ªa fichado a mucho franc¨¦s), para muchos se confirmaron las peores sospechas "?Qu¨¦ poco feeling tienen estos continentales por nuestro club!", dec¨ªan.
Estambul, donde Xabi Alonso y Luis Garc¨ªa brillaron, call¨® todas las bocas. Ganar la Copa la temporada pasada, y quedar terceros en la liga, gener¨® a su vez nuevas expectativas. Quiz¨¢ demasiadas. Se lleg¨® a pensar que Ben¨ªtez, creador de un equipo s¨®lido y tenaz al que le faltaba dinamismo creativo, estaba a un salto de dar con la f¨®rmula m¨¢gica. Lo dio en el verano, seg¨²n se convencieron los devotos, cuando fich¨® a cuatro delanteros veloces: Bellamy, Pennant, Gonz¨¢lez y Kuyt. ?Ahora s¨ª que Ben¨ªtez hab¨ªa dado con la f¨®rmula! ?La Rafalution hab¨ªa llegado a su punto de maduraci¨®n! ?El Liverpool volver¨ªa por fin a ser campe¨®n de Inglaterra!
Pero no. A 11 puntos hoy del l¨ªder Manchester, que les gan¨® de manera apabullante hace dos semanas, una vez m¨¢s los reds s¨®lo parecen aspirar a acabar entre los primeros cuatro. La decepci¨®n ha sido tal que hace diez d¨ªas pas¨® lo impensable para un club tan monol¨ªtico como el Liverpool: un directivo filtr¨® a un diario su descontento con las rotaciones permanentes (99 seguidas, hasta que el martes pasado por fin repiti¨®) de Ben¨ªtez, al que acus¨® de haber fichado ma.
Ahora no es que Ben¨ªtez tenga que temer por su puesto, ni mucho menos. El directivo, que llevaba 20 a?os en el club, tuvo que renunciar el martes pasado. Dos buenas victorias en casa en la ¨²ltima semana le han dado a Ben¨ªtez un respiro. La afici¨®n le sigue aclamando al comienzo de cada partido con c¨¢nticos de "?Rafa! ?Rafa!". Pero, lejos de la catedral de Anfield, en sus casas y en los pubs, los fans, animados por la prensa, murmullan:
-Qu¨¦, ?por qu¨¦ asfixia el talento voraz del capit¨¢n Steven Gerrard, conden¨¢ndolo al ala derecha del mediocampo? Qu¨¦, ?cu¨¢ndo va decidir cual es su mejor d¨²o en la delantera y darles tiempo para que se compenetren? ?C¨®mo es que hace rotaciones con los defensas centrales tambi¨¦n? ?Ser¨¢ que tiene un problema de autoridad?
En fin, Ben¨ªtez ha vuelto a ser mortal; un entrenador m¨¢s, sobre cuyas decisiones todos sienten el derecho de opinar. La palabra de Ben¨ªtez ya no es la palabra de Dios. No es que la pancarta del fin de semana pasado mintiera. La afici¨®n de Anfield quiere al espa?ol. Conf¨ªa en ¨¦l. Pero ya no tanto.
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