El misterioso c¨®rner de Ra¨²l
El Bernab¨¦u nunca es previsible. Ayer era el d¨ªa de Ronaldo. Todo el mundo preguntaba por el brasile?o. El p¨²blico que se acercaba al campo quer¨ªa saber si jugar¨ªa por fin. Y Ronaldo jug¨®. Por primera vez fue titular en la Liga. Sin embargo, la canci¨®n del fondo sur tuvo otra letra. Un gui¨®n de una sola palabra repetida con cacofon¨ªa de aullido: "?Raaaauuuuuul-Ra¨²l-Ra¨²l-Ra¨²l-Raaaauuuul-Raaauuuul!".
El p¨²blico del Bernab¨¦u es especial, y Ronaldo lo sabe. El d¨ªa que present¨® su bal¨®n de oro en Chamart¨ªn, en 2002, la gente le recibi¨® con el mismo c¨¢ntico que ayer. Como si quisiera recordarle que nunca, por m¨¢s que se esfuerce, lograr¨¢ alcanzar cierta categor¨ªa en la mitolog¨ªa local. A Ronaldo esto pareci¨® no importarle ayer, y en dos acciones, en los dos ¨²nicos balones que le llegaron al pie en las inmediaciones del ¨¢rea de Pinto, lanz¨® dos tiros que obligaron al portero del Celta a estirarse hasta la cepa de sus palos. Fueron las mejores ocasiones que tuvo el Madrid en la primera parte, adem¨¢s del gol. El gol del Madrid, que lleg¨®, seg¨²n los augurios inescrutables del Bernab¨¦u, tras un c¨®rner botado por Ra¨²l. Un hecho hist¨®rico.
Despu¨¦s de una era en la que los saques de esquina se los disputaron Figo y Beckham, con Capello esta labor ha pasado a formar parte de las funciones exclusivas de Guti, puesto que Beckham juega poco. Ayer, sin embargo, Ra¨²l se interpuso al especialista cuando al Madrid le toc¨® lanzar su tercer tiro de esquina. El perfil era el ideal para un zurdo. Como Ra¨²l tambi¨¦n lo es, all¨¢ fue agitando los brazos para animar a la grada y pedir el bal¨®n al recogepelotas con urgencia. Se agotaba el primer tiempo y el Celta ganaba 0-1. As¨ª que el capit¨¢n lanz¨® su primer c¨®rner en muchos a?os. Lo hizo con clase. La pelota se fue abriendo y Emerson se la encontr¨® de frente para producir un remate violento de cabeza al palo contrario. Fue gol. Y Ra¨²l corri¨® a celebrarlo como si lo hubiera hecho ¨¦l. Como si valiera para lograr muchos puntos. Pura ilusi¨®n, a la vista de los acontecimientos: Capello quit¨® a Robinho en el descanso, mand¨® a la ducha a Ronaldo en el minuto 65, y el Celta gan¨® el partido en el 85. Para entonces en el Bernab¨¦u ya no cantaba nadie.
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