'D¨ªa D' para los socialistas franceses
Royal, Fabius y Strauss-Kahn han intentado atraer a las distintas corrientes de la izquierda
En poco m¨¢s de un mes el Partido Socialista franc¨¦s (PS) ha conseguido cambiar, no s¨®lo el ritual pol¨ªtico de la lucha por el poder, sino tambi¨¦n la percepci¨®n del mismo por parte de la sociedad. Al organizar unas elecciones primarias internas entre tres aspirantes para elegir al candidato a la presidencia de la Rep¨²blica y abrir los debates a la curiosidad general dejando entrar a las c¨¢maras de televisi¨®n, su primer secretario Fran?ois Hollande ha conseguido un ¨¦xito indiscutible. Ha acaparado la atenci¨®n de la opini¨®n p¨²blica y ha cambiado las reglas de juego del modelo de campa?a electoral franc¨¦s.
Los militantes socialistas est¨¢n llamados hoy a elegir al que podr¨ªa llevarles de vuelta al palacio del El¨ªseo la pr¨®xima primavera. Esta noche puede conocerse su nombre; y quien tiene m¨¢s posibilidades es una mujer: S¨¦gol¨¨ne Royal, 53 a?os, presidenta de la regi¨®n de Poitou-Charentes y ex ministra de Medio Ambiente y de Familia. Si no fuera as¨ª, y la favorita de los sondeos no alcanzara la mayor¨ªa absoluta, dentro de una semana, el d¨ªa 23, la segunda vuelta podr¨ªa dar la victoria a cualquiera de los otros dos candidatos: Laurent Fabius, 60 a?os, ex primer ministro con el presidente Fran?ois Mitterrand, el m¨¢s joven de la historia de Francia con 36 a?os; y Dominique Strauss-Kahn, conocido por sus siglas DSK, de 57 a?os, titular de Econom¨ªa y Finanzas del Gobierno socialista de Lionel Jospin (1997-2002).
Si ninguno de los tres candidatos logra la mayor¨ªa absoluta, habr¨¢ segunda vuelta el d¨ªa 23
Cuando en 2002 el candidato socialista Lionel Jospin, entonces primer ministro, qued¨® fuera de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, apartado por el ultraderechista Jean-Marie Le Pen, nadie hubiera podido imaginar que cinco a?os despu¨¦s toda Francia estar¨ªa pendiente del resultado de estas primarias internas que colocan al PS en inmejorable posici¨®n para recuperar el inmenso poder de la presidencia, y que no ejerce desde 1995. El m¨¦rito hay que atribu¨ªrselo a Fran?ois Hollande, pareja de Royal y padre de sus cuatro hijos, que ha conseguido mantener un equilibrio casi imposible, pero que se evidencia en la ausencia de cr¨ªticas hacia su gesti¨®n.
La derecha gubernamental es la que tiene ahora la pelota sobre su tejado. Pillada a contrapi¨¦, la Uni¨®n por un Movimiento Popular (UMP) no sabe c¨®mo evitar la m¨¢s que previsible elecci¨®n -previsiblemente por aclamaci¨®n-, de su l¨ªder Nicolas Sarkozy, cuando en enero voten los militantes.
Pero no todos los obst¨¢culos est¨¢n salvados. El riesgo de ruptura entre los socialistas existe. La victoria de Royal en la primera vuelta podr¨ªa desencadenar la salida de sus m¨¢s ac¨¦rrimos enemigos: aquellos que consideran que sus proposiciones, su defensa de la democracia participativa o sus ideas calificadas de derechas, son un peligro para el partido y para Francia. Y a la inversa, una derrota de Royal en la segunda vuelta levantar¨ªa sospechas entre sus fieles seguidores.
La cortes¨ªa -no exenta de tensi¨®n- que caracteriz¨® los dos primeros debates televisados entre los candidatos se rompi¨® por primera vez en el cuarto de la serie (segundo de los celebrados ante la militancia y lejos de las c¨¢maras). Fue en Par¨ªs, en la sala Z¨¦nith, cuando ante m¨¢s de 4.000 personas, un grupo abuche¨® a Royal y tambi¨¦n -aunque menos- a Fabius. Todas las miradas se dirigieron hacia el ex ministro de Econom¨ªa, Dominique Strauss-Kahn, gran beneficiado de los debates, por m¨¢s que su ascenso en los sondeos se haya quedado todav¨ªa muy lejos de las cifras de Royal.
El tercero y ¨²ltimo de los debates televisados, centrado sobre pol¨ªtica internacional, erosion¨® algo m¨¢s la imagen de Royal, a la que se le descubrieron m¨¢s de una laguna, aunque en el c¨®mputo total fuera el envite en el que m¨¢s ten¨ªa que perder; y fue poco lo que cedi¨®.
Pero acabados todos los debates p¨²blicos entre los aspirantes, estos ¨²ltimos d¨ªas de campa?a el juego limpio ha desaparecido por completo. El golpe m¨¢s bajo -la difusi¨®n de un v¨ªdeo pirateado en el que Royal criticaba a uno de los colectivos m¨¢s importantes del PS, los maestros y profesores, sugiriendo que deben trabajar 35 horas-, rompi¨® las barreras de la cortes¨ªa.
Royal, que ha mantenido en todo momento la iniciativa del debate y ha evitado las referencias a sus competidores, entr¨® al trapo el lunes. En el Gimnasio Japy, de Par¨ªs, un lugar emblem¨¢tico en el que, en diciembre de 1899 se celebr¨® el primer congreso de los socialistas franceses presidido por Jean Jaur¨¨s, vestida con el mismo traje de chaqueta de color fucsia con el que aguant¨® los abucheos del Z¨¦nith, acus¨® a sus dos rivales de machistas, aireando algunos de los zafios comentarios de este tipo que se les atribuyen.
Fabius y DSK lo han sentido como un puyazo. Hasta el punto de que este ¨²ltimo -cuya relaci¨®n con la difusi¨®n del v¨ªdeo parece evidente- calific¨® ayer de "bastante indigno" el fin de campa?a de Royal y se mostr¨® convencido de que habr¨¢ una segunda vuelta.
Fabius, por su parte, a quien todas las encuestas sit¨²an en tercera posici¨®n, tambi¨¦n rechaz¨® las acusaciones de machismo provinientes de Royal y se agarr¨® al clavo ardiente de la segunda vuelta. Pero el hombre que ha encarnado en la campa?a el ala izquierda del PS, el que fuera l¨ªder del no a la Constituci¨®n Europea, pese al voto interno favorable de la militancia del PS, fue un paso m¨¢s all¨¢ y dej¨® caer dudas sobre la limpieza del sistema de votaci¨®n. "Desgraciadamente, tengo dudas sobre la sinceridad del escrutinio en algunos departamentos del sur", dijo. Y a?adi¨®: "Deseo, tras el bello debate que hemos tenido, que ¨¦ste no se vea enturbiado por algunas pr¨¢cticas que no estar¨ªan a la altura del Partido Socialista".
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