Cornudos y contentos
Primero nos aterrorizan, a continuaci¨®n nos someten a medidas de control que supuestamente nos protegen y, como corolario, alguien pasa factura y el Estado, es decir, nosotros, pringamos como de costumbre.
Terror Sociedad An¨®nima se ha convertido en un gran campo de inversi¨®n. La Seguridad Sociedad Ilimitada es hoy d¨ªa el m¨¢s lucrativo de los negocios. Por ejemplo, L¨ªbano, cuya econom¨ªa no es precisamente boyante en estos momentos -y cuyo futuro resulta del todo impredecible-, puede vanagloriarse de tener situadas a tres o cuatro de sus compa?¨ªas aseguradoras en la lista de las m¨¢s importantes del mundo (m¨¢s seguras para invertir en ellas, podr¨ªamos decir).
Alguien tendr¨¢ que explicarme por qu¨¦ he de subirme a un avi¨®n con una bolsita transparente en la mano (transparente: que te zurzan a ti y a tu intimidad), s¨®lo debido a que el jefe de la polic¨ªa del Reino Unido (el mismo que permiti¨® a un agente fre¨ªr a tiros a un brasile?o inocente y aducir que era terrorista; el mismo que ha permitido al mismo agente fre¨ªr a tiros a un delincuente menor) ha declarado (sin aportar pruebas p¨²blicamente) que unos terroristas se dispon¨ªan a mezclar no s¨¦ qu¨¦ l¨ªquido con no s¨¦ qu¨¦ crema para hacer saltar en pedazos no s¨¦ qu¨¦ aviones.
La bolsita transparente, dec¨ªa. Vamos a ver: ?no van a salir a defenderme Est¨¦e Lauder, Christian Dior, Yves Saint Laurent, Carolina Herrera, Coco Chanel o lo que de ellos reste? ?Nadie va a romper un arp¨®n (a ser posible, en la cabeza del jefe de la polic¨ªa del Reino Unido) para impedir que yo tenga que facturar mi r¨ªmel y mi perfilador de ojos marca Entre Tennebres y que, por consiguiente, aterrice en Barajas despu¨¦s de siete horas de viaje con cara de pie con gota, corriendo el riesgo de no ser reconocida por el hombre de mi otra vida?
?Por qu¨¦ esos desconocidos que har¨¢n cola conmigo tienen que enterarse de los medicamentos (varios) que necesito s¨®lo para subirme a un avi¨®n o de los mejunjes l¨ªquidos que he de soplarme para no bajarme en marcha? ?En d¨®nde quieren que me meta la met¨¢fora de aspirina infantil contra la coagulaci¨®n r¨¢pida? ?Por qu¨¦ han de saber los controladores que tiendo a la coagulaci¨®n r¨¢pida?
Como Tolst¨®i ante la abrumadora pobreza que contempl¨® en derredor, repitamos nosotros ante el asolador saqueo de nuestras libertades m¨¢s privadas: "?Qu¨¦ podemos hacer? ?Qu¨¦ podemos hacer?". Rebeli¨®n, queridos. Rebeli¨®n. Porque no nos fastidian y registran por nuestra seguridad, como por desgracia demostrar¨¢ cualquier canalla en cualquier momento con cualquier invento. Nos fastidian para fingir que nos dan seguridad y cobrar por ello. Al mismo tiempo, la simple aplicaci¨®n de medidas tan est¨²pidas, la simple aceptaci¨®n y pr¨¢ctica forman parte de la escalada del sometimiento que se nos est¨¢ imponiendo desde el 11-S. Cuando Blair dijo que el terrorismo traza un arco mundial, es probable que estuviera hablando en clave autobiogr¨¢fica. S¨ª, el terrorismo de Estado traza un arco que va de Guant¨¢namo y Abu Ghraib a mi neceser, con escala en Palma de Mallorca.
Como he de viajar de Beirut a Barcelona para pasar diciembre con la familia, he decidido que mi primera acci¨®n gamberra consistir¨¢ en presentarme en todos los aeropuertos que me toquen con una bolsita transparente en la que habr¨¦ introducido previamente una docena de condones rellenos de leche condensada. A ver qui¨¦n es el chulo que se organiza para determinar qu¨¦ debe hacer con ello. Tengo un amigo m¨¦dico que ha accedido a extenderme un certificado: "Se ruega dejen pasar a la se?ora. El contenido de la bolsa, esperma fresco de la mejor calidad, puede caducar si la espera es larga. La se?ora precisa una inseminaci¨®n artificial de urgencia con destino a una investigaci¨®n de c¨¦lulas madre para poder realizarse un autotrasplante de m¨¦dula".
Mi idea no es m¨¢s absurda que los registros que al parecer permitimos que nos impongan. De seguir as¨ª, cualquier d¨ªa vendr¨¢ la poli a casa para asegurarse del material de que est¨¢n hechas nuestras s¨¢banas. Y la dejaremos entrar. Cornudos y contentos.
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