El m¨²sico que compet¨ªa con Mozart
Rusia celebra el bicentenario del compositor Vicente Mart¨ªn y Soler
Si de Lorenzo da Ponte hubiese dependido, Vicente Mart¨ªn y Soler, compositor valenciano contempor¨¢neo de Mozart, muerto en San Petersburgo en 1806, no habr¨ªa ca¨ªdo en el pozo negro de la historia. Pero el caso es que la pasi¨®n con que lo defiende en las Memorias el libretista de Las bodas de F¨ªgaro, Cos¨¬ fan tutte y Don Giovanni no ha tenido la fuerza, ni ha impuesto la arrolladora justicia a veces antipo¨¦tica de los music¨®logos y los programadores musicales con un autor para el que Da Ponte escribi¨® varias ¨®peras.
Hoy, 200 a?os m¨¢s tarde, se ha querido enmendar el error y colocar a Mart¨ªn y Soler en el lugar que merece. Los homenajes le llueven y los expertos entonan en los simposios el mea culpa para explicarse por qu¨¦ un m¨²sico fresco, divertido y original, al que el p¨²blico de la ¨¦poca adoraba, ha sido dram¨¢ticamente despreciado por la posteridad. Pero el lugar donde m¨¢s hubiese querido el propio Mart¨ªn y Soler ser recordado es en los escenarios y en las salas de conciertos, donde durante este a?o tambi¨¦n han sonado algunas de sus 30 ¨®peras, y de sus cerca de 20 ballets adem¨¢s de algunas de sus piezas orquestales olvidadas.
El pasado mes se estrenaba en la Universidad Carlos III de Madrid y en el Real Il tutore burlato, dirigida por Lorenzo Ramos en la orquesta, e Ignacio Garc¨ªa, en escena. No ser¨¢ la ¨²nica recuperaci¨®n importante en Espa?a. Valencia, donde el compositor naci¨® en 1754, ha sido centro neur¨¢lgico de la memoria de Mart¨ªn y Soler en el segundo centenario de su muerte. All¨ª se ha puesto en pie L'Isola del piacere y Andr¨®maca, en el Palau de les Arts, adem¨¢s de haberse celebrado un congreso auspiciado por el Instituto Valenciano de M¨²sica, que ha publicado seis partituras recuperadas del m¨²sico.
Pero ma?ana ser¨¢ uno de los grandes d¨ªas de Mart¨ªn y Soler en San Petersburgo, donde se estrena por primera vez despu¨¦s de su muerte en la entonces capital rusa El ¨¢rbol de Diana, una de sus ¨®peras con libreto de Da Ponte. Alexis Soriano, director de orquesta del teatro Ermitage e invitado en el Mariinski de la misma ciudad, la conduce. Ser¨¢ en el marco del Festival de M¨²sica espa?ola que se celebra todos los a?os en la ciudad rusa. "La memoria de este compositor ha estado m¨¢s presente en San Petersburgo que en Espa?a", seg¨²n el director, que afirma que el teatro estar¨¢ ma?ana lleno a rebosar.
No se explica Soriano este abandono. "En su ¨¦poca, su frescura, su sentido del humor, ten¨ªan mucho gancho con el p¨²blico". Y sobre todo con el p¨²blico joven. "Porque es chispeante y por ese car¨¢cter mediterr¨¢neo que engancha con las ganas de vivir", afirma. Esa chispa, esa picard¨ªa aut¨¦nticamente dieciochesca la pone Mart¨ªn y Soler deliberadamente en obras como El ¨¢rbol de Diana. "Trata un tema como la lucha entre el amor y la castidad con absoluta falta de seriedad", cuenta Soriano.
La versi¨®n que se presentar¨¢ ma?ana en la ciudad rusa que le vio morir despu¨¦s de haber llevado una vida m¨¢s que intensa por Viena, donde triunf¨® al tiempo que Mozart en su pleno apogeo, o Italia, ser¨¢ en concierto. Pero puede que, como es de desear despu¨¦s de la pompa de los centenarios, la estela del m¨²sico valenciano perdure ya en los teatros de todo el mundo. De hecho, Valeri Gergiev, el director ruso titular del Mariinski, a su paso por Valencia este mes, asegur¨® que Mart¨ªn y Soler podr¨ªa ser la figura que hermanara futuros proyectos entre su teatro y el Palau de les Arts, con quien el poderoso m¨²sico ruso quiere mantener una colaboraci¨®n estable en el futuro.
Los dos favoritos de Lorenzo da Ponte
No era Lorenzo da Ponte un tipo condescendiente ni amigo de los piropos baratos. El m¨ªtico escritor y libretista de ¨®peras que han pasado a la historia en la categor¨ªa de iconos y mitos transversales en el tiempo, como Don Giovanni, asegura expl¨ªcitamente en sus Memorias que hab¨ªa s¨®lo dos m¨²sicos dignos de su trabajo: "Mozart y Martini". Al primero, le conocer¨¢n; el segundo, no era otro que Vicente Mart¨ªn y Soler, el espa?ol que triunf¨® en la deslumbrante Viena de la ¨¦poca.
Fue el preferido del emperador Jos¨¦, cuenta Da Ponte, y ¨¦ste propici¨® algunos ¨¦xitos del valenciano en la corte, como El ¨¢rbol de Diana y La cosa rara, que arrasaron al tiempo que Las bodas de F¨ªgaro, el primer libreto que Da Ponte hizo para Mozart. El genio muerto en plenitud admiraba a Mart¨ªn y Soler lo mismo que el libretista, con quien le un¨ªa un gusto por la buena vida y las mujeres que despu¨¦s reflejaban en sus obras. Da Ponte disfrutaba tanto con Mart¨ªn y Soler que estuvo dispuesto a seguirle a San Petersburgo, aunque finalmente no logr¨® los permisos necesarios.
A Rusia acudi¨® por invitaci¨®n de la zarina Catalina, que quer¨ªa emprender una reforma nacionalista de la ¨®pera en su pa¨ªs que acabara con el gusto imperante por lo italiano. Su obsesi¨®n por este arte como instrumento propagand¨ªstico de la emoci¨®n era tal que dict¨® al compositor algunos de los argumentos de sus ¨®peras, como Gor¨¨ Bogartyr Kossom¨¨tovich, en la que ridiculizaba a Gustavo III de Suecia. Pero de Rusia volvi¨® a salir antes de regresar definitivamente en 1796 hasta su muerte. Fue para acudir a Londres de nuevo junto a Da Ponte. All¨ª, en el teatro Haymarket, volvieron a hacer t¨¢ndem en dos ¨®peras: La capricciosa corretta y L'Isola del piacere. La ¨²ltima fracas¨® y dejaron de colaborar, pero sus diferencias no vinieron a cuento por desaprobaci¨®n del p¨²blico. Fue por un asunto de faldas, naturalmente.
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