Los comicios en Holanda fragmentan m¨¢s el mapa pol¨ªtico y dificultan las coaliciones
Ganan los democristianos, con menos esca?os, y el Partido Socialista radical se coloca tercero
Peter Balkenende, el primer ministro holand¨¦s, democristiano, consigui¨® ayer en las urnas la revalidaci¨®n personal que buscaba a cambio de enfrentarse al muy dif¨ªcil problema de formar la coalici¨®n con un espectro pol¨ªtico muy fracturado. Anoche todas las posibilidades quedaban abiertas, lo que garantiza semanas de negociaciones. La gran novedad fue el arrollador avance del Partido Socialista, que triplica sus nueve esca?os y se convierte en tercera fuerza, y la inesperada demostraci¨®n de apoyo recibida por el xen¨®fobo Geert Wilders y su Partido de la Libertad.
Los analistas aventuraban que Balkenende empezar¨¢ intentando una coalici¨®n de centro izquierda con los socialdem¨®cratas y el partido Uni¨®n Cristiana, capaz de sumar 79 esca?os en una C¨¢mara de 150.
La situaci¨®n era de una complejidad casi nunca vista en los Pa¨ªses Bajos. Ya antes de votar, los electores dejaban traslucir desorientaci¨®n, reflejo tanto de una falta de fidelidad a los partidos que ha ido creciendo en la sociedad holandesa como de una situaci¨®n de gran fluidez pol¨ªtica. Como ejemplo, el xen¨®fobo Geert Wilders, cuyo grupo de nueva planta, el Partido de la Libertad, consigui¨® nueve esca?os.
El 15% de los votantes se plant¨® ante la urna sin tener decidida la intenci¨®n de su sufragio, atra¨ªdos hacia Balkenende por las buenas cifras de la econom¨ªa y hacia la izquierda por sus promesas de ser menos agresiva en la imposici¨®n de reformas. "Lo acabo de decidir, pero no estoy segura de lo que he hecho", confesaba una mujer a la salida de un colegio de La Haya. "Me ha resultado muy dif¨ªcil".
Fueron palabras premonitorias. Los resultados anunciados anoche dan a Balkenende la victoria que le concede el derecho constitucional a ser el primero en intentar la formaci¨®n de Gobierno, algo impensable antes del verano, cuando en las municipales de marzo la izquierda consigui¨® resultados tan avasalladores que se lleg¨® a vaticinar hasta 60 esca?os para los socialdem¨®cratas del PvdA (Partido Laborista) en unas eventuales eleccionesanticipadas. Ayer se cayeron de los 42 hasta los 32.
El radical cambio del panorama pol¨ªtico y la resurrecci¨®n de Balkenende ha tenido que ver con el nuevo ¨¢nimo ciudadano, gratificada la poblaci¨®n por una econom¨ªa que ya tira con fuerza. Balkenende lleg¨® al Gobierno en 2002 con un crecimiento del 0,1% y ahora el PIB progresa al 3%, seg¨²n datos para el conjunto del a?o hechos p¨²blicos en Bruselas. Las mismas previsiones hablan de una tasa de paro del 3,9%, la segunda m¨¢s baja de la eurozona, y de una inflaci¨®n del 1,6%. Las cuentas del Estado han sido equilibradas y para el a?o que viene se prev¨¦ un ligero super¨¢vit. Hora de prometer menos impuestos y de recolectar votos.
"Nos hemos mantenido, ?qui¨¦n lo iba a haber dicho hace s¨®lo seis meses?", dijo anoche Balkenende a un grupo de entusiasmados seguidores. El de las elecciones es un "resultado muy complicado, porque los electores nos dicen que quieren una Holanda m¨¢s social" agreg¨®.
Fracaso de los liberales
Balkenende recibi¨® el cr¨¦dito que buscaba. Pero su coalici¨®n con los liberales se qued¨® coja con el estruendoso fracaso de los liberales, que de 28 esca?os pasaron a 22 esca?os. El jefe del Ejecutivo advirti¨® hace unos d¨ªas: "Holanda necesita una econom¨ªa fuerte. Me preocupa que un Gobierno de izquierda vaya a desmontar lo hecho por este Gobierno".
El desglose de esca?os de los partidos enfrenta al primer ministro saliente con la ardua tarea de conseguir el m¨ªnimo de 76 esca?os que garantiza la mayor¨ªa. Los polit¨®logos especulaban con que Balkenende intentar¨¢ formar una coalici¨®n de su CDA (41 actas) con los socialdem¨®cratas del partido laborista (32) y la Uni¨®n Cristiana (6), un grupo conservador en lo moral y abierto en lo social.
La buena marcha de la econom¨ªa se ha conseguido a base de reformas que han llevado a la izquierda a acusar al primer ministro de anteponer los intereses de las empresas a los del ciudadano de a pie, reproches que beneficiaron m¨¢s al Partido Socialista (SP), con or¨ªgenes mao¨ªstas, que a los socialdem¨®cratas.
Los votantes de izquierda consideran a los laboristas demasiado complaciente con el jefe del Gobierno. Esta desconfianza desvi¨® el desencantado voto de la izquierda dura hacia el SP, convertido en tercera fuerza parlamentaria, con 26 esca?os a partir de s¨®lo 9 diputados. Su l¨ªder, Jan Marijnissen, fue felicitado p¨²blicamente anoche por Balkenende y por Wouter Bos, l¨ªder de los laboristas.
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