La redenci¨®n de Milagrosa Estrella
La v¨ªctima de un delito se retracta de su testimonio siete a?os despu¨¦s y exculpa a un condenado a 10 a?os de c¨¢rcel
Milagrosa Estrella Company quiere enmendar un error que, seg¨²n asegura, provoc¨® la condena de un inocente. Hace siete a?os identific¨® como uno de los autores del incendi¨® de su casa de Algeciras a Abdeselam Amar Mohamed, un ceut¨ª que siempre neg¨® los hechos. Ahora dice que se lo invent¨® todo, inducida por su marido. Y que la culpa la ha perseguido durante todo este tiempo.
En 1999 Estrella era heroin¨®mana. Su marido, Mart¨ªn, estaba en la c¨¢rcel por tr¨¢fico de hach¨ªs. El 4 de mayo, con el esposo en prisi¨®n, tres personas fueron a casa de Estrella a cobrar una deuda pendiente. Como ella no supo decirles d¨®nde estaba "la mercanc¨ªa", prendieron fuego a su vivienda. Los agresores eran, seg¨²n asegur¨® en la denuncia, tres marroqu¨ªes: dos de 40 a?os, -uno con una enorme cicatriz que le cruzaba la cara- y otro de 30.
"Quiero quitarme el peso que llevo encima desde hace tantos a?os", dice Estrella
En los ¨¢lbumes de la polic¨ªa reconoci¨® sin duda a dos de los autores, a los que jam¨¢s localizaron. Faltaba el de la inmensa cicatriz. Vio la foto de Abdeselam y dijo que se parec¨ªa "un poco". "Pero no estaba segura", relata Estrella en una conversaci¨®n telef¨®nica desde Algeciras. "La Guardia Civil me dijo que me tomara mi tiempo, que la noche de los hechos estaba oscuro y yo drogada". Al d¨ªa siguiente volvieron a ense?arle la foto. En la sala estaba su marido. Lo hab¨ªan sacado de la c¨¢rcel para que se?alara a las personas que pod¨ªan estar implicadas en el ajuste de cuentas. "Mart¨ªn me dijo que Abdeselam era uno de ellos. Y la Guardia Civil, que ten¨ªa antecedentes, que pod¨ªa ser ¨¦l. Creo que todos vieron el cielo abierto cuando lo se?al¨¦. Mi marido quer¨ªa que alguien pagara la indemnizaci¨®n por la casa".
Lo identific¨® como el tercer sospechoso, a pesar de que ten¨ªa 29 a?os, no 40, y no hab¨ªa ninguna cicatriz en su rostro. "No s¨¦ exactamente por qu¨¦ pas¨® todo", dice Estrella. "Yo estaba muy mal. Consum¨ªa mucha droga. Hice lo que me dijo mi marido, pero Abdeselam no era culpable. No s¨¦ si la polic¨ªa lo quer¨ªa pillar por alguna otra cosa, pero desde luego esto no lo hizo ¨¦l".
Lo volvi¨® a se?alar en una rueda de reconocimiento, y en el juicio. Fue condenado a diez a?os de c¨¢rcel y a pagar 10 millones de pesetas con la ¨²nica prueba del testimonio de Estrella. Ninguna otra prueba ni ning¨²n indicio corroboraron la acusaci¨®n. Abdeselam huy¨® al conocer la sentencia, y lleva desde entonces en alg¨²n lugar de ?frica.
Estaba recien casado cuando lo detuvieron y su mujer, Nawal, esperaba su primer hijo. Recibi¨® una citaci¨®n y se present¨® voluntariamente en la Guardia Civil de Algeciras. "Nos equivocamos en todo", relataba ayer Nawal en una cafeter¨ªa de Madrid. "Est¨¢bamos seguros de su inocencia y cre¨ªamos en la justicia, as¨ª que ni buscamos a un buen penalista". La abogada que llev¨® el caso era una amiga con solo tres a?os de experiencia, y en asuntos inmobiliarios. "Cometi¨® muchos errores", opina Nawal. "Ni impugn¨® la rueda de reconocimiento, que fue irregular, ni busc¨® testigos". Estrella, la v¨ªctima, vio esposado a Abdelselam antes de reconocerlo. La familia indica que dos de los cebos eran polic¨ªas a los que Estrella hab¨ªa visto, y que los otros no se le parec¨ªan en nada.
Lo detuvieron el 14 de junio. "Al principio no se acordaba de lo que hab¨ªa hecho el 4 de mayo", relata Nawal. "Pero fue haciendo memoria, y d¨ªas m¨¢s tarde record¨® que hab¨ªa pasado esa noche con un amigo y un conocido, funcionario de prisiones, tomando algo en un hotel de Ceuta". Ambos corroboraron su coartada. Los dos recordaban que en el hotel estaba el alcalde con sus escoltas, y que saludaron a uno de ellos. "Pero ni la abogada ni el fiscal buscaron a estos testigos", se lamenta Nawal.
La sentencia condenatoria afirma que los dos testigos no eran fiables, y que hab¨ªa pasado m¨¢s de un a?o cuando declararon. Y este argumento fue recogido por el Tribunal Supremo en la casaci¨®n, que confirm¨® la condena. Sin embargo, a pesar de lo que dicen los jueces, la fecha de las declaraciones consta clara en el sumario: 21 de junio de 1999, tan solo siete d¨ªas despu¨¦s de la detenci¨®n de Abdeselam.
Nawal asegura que todos estos a?os han sido un calvario de idas y venidas de los juzgados y largos meses sin ver a su marido. "Y de repente aparece hace dos meses Estrella para abrir la puerta otra vez. Vamos a pedir amparo al Defensor del Pueblo para que interceda ante el Supremo y se reabra el caso". No sabe muy bien porqu¨¦ Estrella ha decidido hablar siete a?os despu¨¦s. "S¨¦ que se ha convertido al cristianismo, que pas¨® un tiempo con las monjas y que ahora sigue un programa de metadona. Quiz¨¢ quiera limpiar su conciencia".
Estrella lo resume as¨ª: "Me educaron en unos principios. La droga me apart¨® de ellos, pero estaban ah¨ª. Quiero quitarme el peso que llevo encima. S¨¦ que he destrozado a una familia". Se arriesga a una condena por falso testimonio. "Pero eso es lo de menos, porque yo me he buscado el problema". Teme que no la crean. "Pido que si me creyeron entonces, que tambi¨¦n era toxic¨®mana, que lo hagan ahora".
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