White Stripes con tut¨²

El rock crudo, elemental, neopunk de los White Stripes est¨¢ rompiendo barreras en la Opera House de Covent Garden. En una apuesta de vanguardia de la elitista instituci¨®n londinense, la compa?¨ªa del Royal Ballet, con Tamara Rojo entre sus principales estrellas, presenta una nueva coreograf¨ªa sobre versiones orquestales de temas del influyente d¨²o de Detroit. Es la cita de la temporada con su peculiar fusi¨®n del mundo cl¨¢sico y contempor¨¢neo y de sus respectivas audiencias.

"Me recuerda la agresividad de los adolescentes en la discoteca. Esa actitud de creerse el m¨¢s guapo de la noche, de llamar la atenci¨®n desde el centro de la pista". As¨ª describe Tamara Rojo, bailarina principal del Royal Ballet, los sentimientos que le suscita Chroma, la nueva coreograf¨ªa creada por el brit¨¢nico Wayne McGregor para la compa?¨ªa del Covent Garden. Est¨¢ inspirada en la m¨²sica de los rompedores The White Stripes, formaci¨®n surgida del rock garage de Detroit en 1997. La integran dos m¨²sicos, Meg y Jack White, de esp¨ªritu minimalista y una est¨¦tica de color limitada al rojo, blanco y negro.

"Me gusta mucho el rock de los White Stripes. Se reconocen sus canciones aunque han perdido fuerza y ataque en la versi¨®n que bailamos. Es m¨¢s sinf¨®nica y mel¨®dica", aclara Rojo. Creada para diez bailarines, la pieza avanza sobre un mar de atm¨®sferas sonoras: desde la serenidad de un piano a golpes mec¨¢nicos, pasajes de chill out y un potente torbellino final. Abstracta, y sin una narrativa obvia, Chroma sugiere soledad, rechazo y pasi¨®n en sus vers¨¢tiles juegos de movimiento. "La chica saca a bailar a un chico. Le aborda con sus mejores armas, mir¨¢ndole a los ojos y bailando sensualmente, pero ¨¦l se da la vuelta", explica Tamara Rojo retomando su s¨ªmil discotequero.

McGregor, de 36 a?os, ha revolucionado la danza con sus estudios de interacci¨®n de la mente humana en la Universidad de Cambridge. Arropa las nuevas tecnolog¨ªas e introduce en sus trabajos figuras y paisajes digitalizados o acopla ¨®rganos mec¨¢nicos a los brazos de sus bailarines. En Chroma se contagia del minimalismo de los White Stripes en un decorado absolutamente blanco, dise?ado por el tambi¨¦n arquitecto minimalista John Pawson. "Nunca hab¨ªa bailado con McGregor y se trabaja muy bien con ¨¦l. Tiene ideas claras, es r¨¢pido en sus decisiones y exige una entrega total. Te renueva las ganas de aprender y te ayuda a ver las cosas desde otra perspectiva", comenta la estrella del Royal Ballet, que pelea por fundar una compa?¨ªa similar en Espa?a. "El proyecto est¨¢ en manos del Gobierno. Ya no puedo hacer m¨¢s sino esperar su decisi¨®n. Ser¨¢ una l¨¢stima desaprovechar la oportunidad porque una generaci¨®n de bailarines espa?oles como la actual puede no volver a surgir. Salir al extranjero es la ¨²nica alternativa que tenemos".

Es hora de retornar al ensayo de Chroma en un luminoso estudio de la Opera House. La orquesta reproducir¨¢ esa noche las canciones que McGregor hace sonar en su reproductor de MP3. Joby Talbot ha hilado composiciones propias con versiones instrumentales de tres temas de los White Stripes recogidos en el disco Aluminium. Los bailarines conjugan sus pasos entre segmentos orquestados de Blue orchid, The hardest button to button y Aluminum, tomados, respectivamente, de los tres ¨²ltimos discos de Meg y Jack White: Get behind me Satan (2005), Elephant (2003) y White blood cells (2001).