El episcopado reitera que la unidad nacional es un bien que no puede ponerse a subasta
La instrucci¨®n pastoral advierte que crece el germen de maquiavelismo y autoritarismo
"?Qu¨¦ razones hay que justifiquen la ruptura [de Espa?a]?", se preguntan los obispos en la instrucci¨®n pastoral sobre La situaci¨®n actual. El documento, de 54 p¨¢ginas, fue avanzado la semana pasada y contiene las "orientaciones morales" que la Conferencia Episcopal cree que debe aportar ahora a una sociedad "cada vez m¨¢s dividida y enfrentada" por culpa del Gobierno, de los pol¨ªticos y del Parlamento. Sobre los nacionalismos, el portavoz episcopal, Juan Antonio Mart¨ªnez Camino, reiter¨® ayer que la unidad nacional "es un bien que no puede ponerse a subasta".
"Nos preguntamos qu¨¦ quiere Dios de nosotros en estos momentos". Con esta premisa inician los obispos este documento doctrinal, d¨¦cimo de esta categor¨ªa en la historia de la Conferencia Episcopal Espa?ola. Los debates fueron animados porque, en palabras de su portavoz, unos quer¨ªan "que se precisase m¨¢s", y otros quer¨ªan "que se precisase menos". La pastoral ha sido ratificada con 63 votos a favor, seis en contra, tres abstenciones y la ausencia intencionada de siete prelados.
La pastoral entra a fondo en los temas que preocupan al episcopado desde que gobierna el PSOE, es decir, la "reconciliaci¨®n amenazada", los riesgos de la unidad de Espa?a, el laicismo beligerante, el desprecio a lo religioso, incluso el anticlericalismo renaciente, escriben.
"Nuestra historia reciente es m¨¢s agitada y convulsa de lo que ser¨ªa deseable. Una sociedad que parec¨ªa haber encontrado el camino de su reconciliaci¨®n, vuelve a hallarse dividida y enfrentada. Una utilizaci¨®n de la memoria hist¨®rica, guiada por una mentalidad selectiva, abre de nuevo viejas heridas de la Guerra Civil y aviva sentimientos encontrados que parec¨ªan estar superados", dicen del primer tema.
Tambi¨¦n perciben los prelados el resurgir del "viejo anticlericalismo". Escriben: "Muchos ten¨ªan la esperanza de que el ordenamiento democr¨¢tico de nuestra convivencia, regido por la Constituci¨®n de 1978, nos permitir¨ªa superar los viejos enfrentamientos que nos han dividido y empobrecido a nuestra patria, uno de los cuales era el enfrentamiento entre catolicismo y laicismo. Vemos con pesadumbre que en los ¨²ltimos a?os vuelve a manifestarse un rechazo de la Iglesia que se presenta como algo m¨¢s radical y profundo que la vuelta al viejo anticlericalismo". Afirman, incluso, que "en no pocos ambientes resulta dif¨ªcil manifestarse como cristiano". Tambi¨¦n ven crecer "un peligroso germen de pragmatismo maquiav¨¦lico y de autoritarismo".
Los obispos observan como "antesala del totalitarismo" el que los parlamentarios y dirigentes de un grupo pol¨ªtico que est¨¢ en el poder crean que "pueden legislar seg¨²n su propio criterio". "Una pol¨ªtica que pretenda emanciparse del reconocimiento de la moral socialmente vigente degenera en dictadura, discriminaci¨®n y desorden; es una sociedad desvertebrada, literalmente desorientada, f¨¢cil v¨ªctima de la manipulaci¨®n, de la corrupci¨®n y del autoritarismo", a?aden.
Respecto a la unidad de Espa?a, el episcopado hace esta reflexi¨®n. "Si la coexistencia cultural y pol¨ªtica, largamente prolongada, ha producido un entramado de m¨²ltiples relaciones familiares, profesionales, intelectuales, econ¨®micas, religiosas y pol¨ªticas, ?qu¨¦ razones actuales hay que justifiquen la ruptura de estos v¨ªnculos? ?Ser¨ªa justo reducir o suprimir estos bienes y derechos sin que pudi¨¦ramos opinar y expresarnos todos los afectados?".
Lo que pueden los jueces
Los obispos dicen en la instrucci¨®n pastoral que "es absolutamente necesario respetar el recto funcionamiento de las instituciones, especialmente la libertad de los jueces". Es una andanada contra los pol¨ªticos, que ayer mismo rebot¨® sobre los prelados cuando su portavoz, Mart¨ªnez Camino, tuvo que salir con ardor en defensa del arzobispo de Granada, Francisco Javier Mart¨ªnez.
Un juzgado de Instrucci¨®n de esa ciudad ha ordenado abrir proceso contra ese arzobispo por posible delito de injurias y calumnias, acoso moral, coacciones y lesiones psicol¨®gicas a un ex can¨®nigo y ex archivero de la catedral. Se trata del primer juicio contra una jerarqu¨ªa de esta confesi¨®n en Espa?a.
"Las autoridades del Estado no pueden intervenir en la vida religiosa, no es su competencia. Los jueces no pueden gobernar a la Iglesia, no es su competencia", sostuvo ayer el portavoz episcopal.
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