La 'cancillera' y el 'azafato'
El Instituto de la Mujer pide a la Academia que corrija el lenguaje sexista
?Por qu¨¦ no llamar cancillera a Angela Merkel? "Hace 15 a?os tambi¨¦n sonaba raro decir ministra o presidenta, y ahora ya no choca". Es cuesti¨®n de ponerse a ello, de llamar a las cosas por su nombre y tambi¨¦n por su sexo, defienden las fil¨®logas Mercedes Bengoechea y Eulalia Lled¨®.
Las dos expertas presentaron ayer en la sede madrile?a del Instituto de la Mujer sus ¨²ltimos trabajos en contra del lenguaje sexista: una base de datos con alternativas para evitarlo, nombra.en.red, y un libro, Las Profesiones de la A a la Z, con t¨¦rminos en femenino y en masculino. Incluyen propuestas como sustituir el gen¨¦rico alumnos por alumnado (o alumnas y alumnos / alumnos y alumnas) y emplear los t¨¦rminos bedela o azafato.
"Siempre se va en la misma l¨ªnea, resistirse a feminizar una profesi¨®n cuando es prestigiosa"
"La lengua es mucho m¨¢s flexible de lo que la Real Academia Espa?ola deja ver. En el Diccionario Panhisp¨¢nico de Dudas se opone a que se use la doble forma del plural para evitar t¨¦rminos como las ni?as y los ni?os. Pero, si se usa el plural masculino, las ni?as son invisibles", plantea Bengoechea, decana de la Facultad de Filosof¨ªa y Letras de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares. "Adem¨¢s, la gente tiene que poder elegir", a?ade. Y en caso de duda o en aras de la econom¨ªa tambi¨¦n se puede optar por t¨¦rminos neutros. De ah¨ª que en la base de datos que ha dirigido esta fil¨®loga figure el t¨¦rmino infancia para quien quiera evitar un plural prolijo.
"La Real Academia Espa?ola dice que el masculino gen¨¦rico tiene una funci¨®n de econom¨ªa ling¨¹¨ªstica. Es cierto, pero no es la ¨²nica", asegura Mercedes Bengoechea. "Es el ladrillo simb¨®lico del patriarcado", resume. La directora general del Instituto de la Mujer, Rosa Peris, comparte el planteamiento. Por eso, en la presentaci¨®n de los nuevos materiales que avala su organismo, pidi¨® a la Real Academia Espa?ola que avance "hacia el reconocimiento de f¨®rmulas no sexistas". A?adi¨®, de paso, que la instituci¨®n que limpia, fija y da esplendor al idioma -am¨¦n de elaborar el diccionario- "deber¨ªa articular medidas para incorporar a m¨¢s mujeres". La entidad
responsable de la referencia m¨¢xima para el uso normativo del espa?ol tiene ahora 40 acad¨¦micos y tres acad¨¦micas.
"Hablar no es nunca neutro y las normas de uso defienden la subordinaci¨®n de las mujeres", seg¨²n Peris, defensora -y practicante- de la doble forma del plural. El instituto que dirige tiene, desde hace m¨¢s de una d¨¦cada, la comisi¨®n Nombra para luchar contra el lenguaje sexista. A ella pertenecen Bengoechea y Lled¨®. Esta ¨²ltima ha analizado a fondo el Diccionario de la Lengua Espa?ola y denunciado, por ejemplo, que en la entrada hu¨¦rfano se defina: "A quien se le han muerto el padre y la madre o uno de los dos, especialmente el padre".
"Se puede hablar de cancillera tranquilamente", asegura Lled¨®. El diccionario s¨®lo admite el masculino. En su obra sobre las profesiones, esta fil¨®loga tambi¨¦n ha hecho el viaje inverso para incluir t¨¦rminos como azafato. Aunque los hombres tambi¨¦n lleven bandejas a bordo, la Academia s¨®lo admite el t¨¦rmino en femenino y se refiere en exclusiva a su desempe?o por mujeres.
"Siempre se va en la misma l¨ªnea: resistirse a feminizar una profesi¨®n cuando es prestigiosa", a?ade Lled¨®. En cambio, s¨ª se ha admitido alguna masculinizaci¨®n, "para dar m¨¢s prestigio", puntualiza. Y ello incluso en una palabra candidata a invariable, como modista. La Academia admite modisto. Como quiz¨¢ alg¨²n d¨ªa periodisto.
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