El futuro est¨¢ aqu¨ª

La devastada Nueva Orleans ha servido de escenario para que el habitualmente excesivo Tony Scott haya filmado su ¨²ltimo juguete de feria: D¨¦j¨¤ vu, historia con muchas posibilidades acerca del terrorismo internacional y la obsesi¨®n por la custodia de los ciudadanos que termina descarrilando por los caminos del falso thriller rom¨¢ntico y de la acci¨®n desmesurada cuando hab¨ªa terreno para indagar en temas tan actuales como pol¨¦micos.

El futuro est¨¢ aqu¨ª. Una idea descabellada que se incrusta en la mente del espectador cuando ve que en el mundo contempor¨¢neo las paranoias perge?adas por Philip K. Dick en Minority Report (y filmadas por Steven Spielberg) est¨¢n m¨¢s cerca de lo que nos creemos. Al menos eso se nos vende en la pel¨ªcula, centrada en un atentado terrorista a bordo de un ferry de Nueva Orleans. Un ataque que, por una vez en a?os de conjura antimusulmana en Hollywood, es perpetrado por un ciudadano americano anglosaj¨®n, "patri¨®tico" seg¨²n su propia definici¨®n, y de los que opinan que "los da?os colaterales van a favor de la libertad". La pena es que cuando se espera que, adem¨¢s del entretenimiento, se instaure una reflexi¨®n sobre la hipervigilancia (inmersa, aunque en pa?os menores, en Enemigo p¨²blico, otra cinta de Scott), el director se pierde intentando arreglar lo mismo que Marty McFly en Regreso al futuro, pero en clave terrorista.