"Hay que pensar en el sida los 365 d¨ªas del a?o, no s¨®lo hoy"
Marisa Sisam¨®n (Bilbao, 1963) es menuda, con el pelo muy negro y los ojos muy brillantes. Habla con frases cortas y con un tono seguro. Es portadora del virus del sida al menos desde 1996, a?o en el que se enter¨® que su cuerpo albergaba el VIH. Se lo transmiti¨® su marido, un toxic¨®mano enfermo de sida desde 1986. "Me cas¨¦ en 1988. ?l hab¨ªa dejado las drogas y estuvo limpio 10 a?os", recuerda. En 1990 naci¨® su hijo y, al ser el padre ex toxic¨®mano, le practicaron al ni?o las pruebas de la enfermedad. "Nada. No lo ten¨ªa", indica ella. Su marido no le dijo que ¨¦l s¨ª estaba enfermo.
La situaci¨®n empeor¨® para el matrimonio porque la muerte del padre del hombre le hizo recaer en la droga. Y ella se enter¨® de que le hab¨ªa contagiado el virus. "Fuimos a hacerle una desintoxicaci¨®n ambulatoria y descubr¨ª all¨ª unos an¨¢lisis suyos de 1986. Inmediatamente ped¨ª que me hicieran las pruebas", comenta. Y ah¨ª estaba el VIH.
"Al VIH hay que ponerle cara para que la gente vea que no hay que tenerle tanto miedo"
"Soy asintom¨¢tica. En nada se nota ni noto que soy portadora del virus. No vivo agobiada. No me siento una enferma", apunta. No cree que los dem¨¢s deban mantener ninguna prevenci¨®n hacia ella, "salvo evitar mi sangre si tengo una herida".
Se presta a salir en los medios de comunicaci¨®n y contar su caso porque est¨¢ convencida de que "al VIH hay que ponerle cara para que la gente vea que no hay que tenerle tanto miedo". Ella, desde luego, no se lo tiene. "S¨¦ que no me voy a morir de esto. Me pasar¨¢ cualquier otra cosa, un accidente, o llegar¨¦ a viejita, pero de sida no me voy a morir", afirma convencida.
Cada seis meses, ha de realizarse unos an¨¢lisis para conocer cu¨¢l es su carga viral y c¨®mo est¨¢n sus defensas. "Mientras tenga las defensas bien, no hay problema. Mi carga viral ahora mismo es indetectable", precisa ufana. "Hago mi vida normal. Tener el VIH no me ha cambiado en nada".
Sisam¨®n, quien siempre ha ido con la verdad por delante, asegura que s¨®lo se ha sentido discriminada una vez por una pareja que tuvo que "desapareci¨®" en cuanto ella le comunic¨® que era portadora del virus. En su trabajo nunca ha tenido problemas y con su pareja actual, tampoco. Y menos los ha sufrido su hijo en el colegio, un ni?o que con seis a?os explicaba perfectamente a quien le acusaba de tener una madre con sida que su madre era seropositiva, pero no ten¨ªa el sida. El esposo de Marisa muri¨®, aunque no de la enfermedad, sino de sobredosis.
En el D¨ªa Mundial del Sida, que hoy se celebra, pide que se sigan tomando medidas preventivas. "La gente tiene que pensar que el sida est¨¢ todo el a?o, no s¨®lo hoy. Hay informaci¨®n, pero falta concienciaci¨®n".
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