Ni?os escritores...
El C¨ªrculo de Bellas Artes acerca la literatura a los m¨¢s peque?os a trav¨¦s del juego
Adri¨¢n (de 10 a?os), Carla (13), Elena (7) y Borja G¨®mez (11) tienen algo en com¨²n: son autores literarios. Su obra ha sido publicada en Cantos y p¨¢jaros (2003), el primer libro salido del taller infantil de creaci¨®n literaria que organiza, a?o tras a?o, el C¨ªrculo de Bellas Artes. A esa primera entrega le siguieron otras dos, Teatrillos de cart¨®n y Don Quijote, los dioses y el Olimpo, que vieron la luz en 2005. Conseguir que los ni?os se acerquen a la literatura es la misi¨®n de Silvia Donoso, directora del taller. Su arma: la magia del juego.
?Qu¨¦ busca el taller? "Que los ni?os hablen, que desarrollen su imaginaci¨®n, que se atrevan, que hablen en poes¨ªa, que jueguen con las palabras", responde Donoso, que ha encontrado en el juego la varita m¨¢gica que prende la mecha de la creatividad en los peque?os.
Su experiencia como docente en primaria, secundaria y superior le ha llevado a este taller, en el que participan los s¨¢bados por la ma?ana ni?os a partir de cinco a?os. Tambi¨¦n ha trabajado con algunos de apenas dos, a los que, sin saber escribir, ha logrado arrancar poemitas y cortas historias orales. Tratar de ense?ar a un chiquillo lo que es la met¨¢fora, la metonimia o el s¨ªmil partiendo de la definici¨®n acad¨¦mica puede complicar mucho las cosas. "Pero si se recurre a un juego en el que sustituye la palabra oso con la palabra barco y la palabra barco con el nombre de un personaje conocido, estar¨¢ creando una met¨¢fora y lo estar¨¢ entendiendo sin esfuerzo".
Un requisito fundamental para la creatividad es lograr la desinhibici¨®n en la escritura. "Si a un ni?o le das un cuestionario y le preguntas qu¨¦ piensa de algo, su discurso ser¨¢ lo que sospecha que va a quedar bien decir", dice Donoso.
En el taller, los ni?os tienen completa libertad para expresarse. Sus ejercicios parten de propuestas sorprendentes que abren las puertas de la imaginaci¨®n: qu¨¦ piensa el codo, qu¨¦ siente la rodilla o qu¨¦ le dice febrero a abril.
Los alumnos tambi¨¦n se acercan jugando a los mitos literarios. Los retan incluso y los convierten en personajes cercanos, al alcance de su pluma. En 2005, el a?o de El Quijote, por ejemplo, los ni?os descubrieron al personaje de una manera muy distinta de la tradicional. Con desparpajo, pusieron en su boca lo que pensar¨ªa del mundo si viviera hoy; le obligaron a dialogar con Zeus sobre sus respectivos amores a Dulcinea y Afrodita; y lo enfrentaron al rey Minos, padre del Minotauro. De esta manera, el caballero manchego se convirti¨® en alguien mucho m¨¢s atractivo que una aburrida referencia que hay que estudiar a la fuerza.
Cada sesi¨®n del taller de Donoso se cierra con la puesta en com¨²n del trabajo de cada ni?o. Uno por uno, micr¨®fono en mano, todos leen en voz alta lo que han escrito. Con ello se cumplen varias funciones. La m¨¢s importante es que se completa el circuito de la comunicaci¨®n porque todo escritor necesita que alguien le escuche.
Pero, adem¨¢s, los peque?os autores aprenden a someterse al escrutinio del p¨²blico, representado por sus compa?eros.
?VIVA LA IMAGINACI?N!
- "De d¨®nde viene la 'e'? ?Eh, no me acuerdo de todo!" (Florencia Weihm¨¹ller, 3 a?os).
- "?rase un l¨¢piz que escrib¨ªa poes¨ªas. Una dec¨ªa: 'El tuc¨¢n pica loco pero pica poco'. Otra: 'La cacat¨²a, cacat¨²a, se sienta en una p¨²a". (F¨¦lix Tusell, 6 a?os).
- "Un d¨ªa estaba en la playa con un gorro muy grande. De pronto, una luz levant¨® el gorro. El gorro empez¨® a brillar y yo a volar. Adem¨¢s, me convert¨ª en un p¨¢jaro con gorro amarillo y verde y era demasiado feliz recorriendo todo el mundo. Un d¨ªa atraves¨¦ la atm¨®sfera y me convert¨ª en un astronaup¨¢jaro. Yo soy una ni?ap¨¢jaro con poderes". (Clara P¨¦rez,
9 a?os).
- "Las olas caminan por el mar, las nubes por el cielo, las ilusiones por los ojos, los presagios por el miedo, las historias por la mente de los ni?os". (Paula Alamillo, 10 a?os).
- "?Por qu¨¦ discut¨ªan Perico y Perica? Porque Perica quer¨ªa amor y Perico quer¨ªa dinero". (Gabriela Sosa, 9 a?os).
- "El ojo aburrido le dice al divertido que por qu¨¦ se cree tan payaso. Y el divertido le dice: '?Pues anda que t¨²! Est¨¢s m¨¢s aburrido que una ostra. No diviertes ni a medio ni?o". (Jos¨¦ R¨²a, 7 a?os).
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