Ver lo irreal
Al erguirse sobre el suelo los protohombres que caminaban a cuatro patas dejaron de percibir el espacio a trav¨¦s del tacto y tuvieron que empezar a confiar el reconocimiento del mundo al sentido de la vista. Desde entonces la vista ha ido cobrando protagonismo sensorial hasta conformar hoy una "cultura visual". Pero, a pesar de la enorme destreza con que hemos llegado a percibir los complejos fen¨®menos que continuamente nos rodean, no todo lo que se presenta ante nuestros ojos reclama la misma atenci¨®n ni es reconocido con igual facilidad por eso, durante buena parte de la historia de la pintura occidental se ha invertido un enorme esfuerzo en analizar y desarrollar t¨¦cnicas, como la perspectiva, el escorzo o las sombras, que han permitido la representaci¨®n de esos fen¨®menos proyectados sobre el plano del lienzo. El dominio de las t¨¦cnicas del ilusionismo di¨® fama a los m¨¢s grandes pintores, pero al final del siglo XIX se empieza a pensar que la pintura (una cosa mentale) debe ser algo m¨¢s que mera representaci¨®n imitativa para intentar mostrar lo incorp¨®reo, surgiendo as¨ª la abstracci¨®n.
ALEJANDRO CORUJEIRA
Galer¨ªa Marlborough
Orfila, 5. Madrid
Hasta el 5 de enero de 2007
Casi cien a?os despu¨¦s de los albores de la abstracci¨®n, Alejandro Corujeira (Buenos Aires, 1961) realiza una pintura que no pretende la representaci¨®n de la apariencia de objetos o lugares concretos que puedan ser reconocidos, pero no por ello se aleja de la experiencia de la mirada, sin embargo, lo que el artista mira y reproduce en sus cuadros no parece estar en la escala de lo real ya que aquello que aparece en sus telas se puede describir como sinuosas l¨ªneas arri?onadas que se cruzan entre s¨ª formando mara?as que ocupan todo el lienzo, contrastando con otros elementos pl¨¢sticos, de menor tama?o, que construyen unos mosaicos de formas veladas que parecen tomadas del mundo de la citolog¨ªa.
Frente al automatismo su
rrealista o expresionista, en los cuadros de Corujeira cada trazo, cada color y cada figura parece pensado y ensayado para producir un determinado efecto global en la retina del espectador. As¨ª, los matices tenues pero agrios con que inunda los fondos sobre los que se ubican los "elementos figurativos" parecen estudiados para generar un estado de atenci¨®n que, sin agredir a la vista, mantenga al espectador alerta. Sobre esa base crom¨¢tica las sinuosas l¨ªneas y los elementos contorneados parecen flotar e insin¨²an alg¨²n conato de oscilaci¨®n que no llega a desestabilizar la composici¨®n. A pesar de prescindir intencionadamente de las tramas geom¨¦tricas y del recurso a las proporciones aritm¨¦ticas, el conjunto de la composici¨®n parece equilibrado pero, a la vez, se detecta un grado de inestabilidad que procede de la vibraci¨®n crom¨¢tica, conseguida por medio de tonos pr¨®ximos que quedan muy matizados por el efecto de las veladuras.
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