En un lugar, un manhattan

Me siento culpable. En el peri¨®dico del viernes he le¨ªdo unas declaraciones de Albert Boadella que hablan de m¨ª. Dice que el p¨²blico catal¨¢n ha "boicoteado" su obra En un lugar de Manhattan. (Y es cierto, yo no he ido a verla). Dice el director que la cosa ha sido as¨ª por su apoyo al partido pol¨ªtico Ciutadans y por sus declaraciones antinacionalistas. Por eso, ahora que acaba de estrenar una obra en la que defiende las corridas de toros, ha dicho en el mismo peri¨®dico: "Y si a los catalanes no les gusta, qu¨¦ le vamos a hacer".

Como cuenta el manual del buen columnista, si quieres que te endilguen unas cuantas cartas al director en contra y a favor, tienes tres temas que no fallan. Los perros, el tabaco y los toros. Siempre te encontrar¨¢s con unos pertinaces partidarios y unos pertinaces contrarios dispuestos a comerte la olla con igual fervor. Convencerte es su raz¨®n de ser. De manera que, si todo va bien, a Boadella no le faltar¨¢ alg¨²n piquete antitaurino a las puertas del teatro, y eso har¨¢ que no le falte tampoco alg¨²n piquete pro taurino que proteste por el piquete antitaurino. Claro que, ahora, con lo de las compras navide?as, igual los antitaurinos y los taurinos est¨¢n por otras cosas y Boadella se queda sin protestas. Ser¨ªa horrible. Pero si es as¨ª, yo le aconsejo meterse con el islam. Lo del islam no falla. Siempre te aseguras unas amenazas de muerte (que no son broma, tambi¨¦n es verdad). En cambio, como ya sabr¨¢ ¨¦l, ahora meterse con la Iglesia ya no es como antes. Ahora, los de la Iglesia se lo tragan casi todo.

Pero esto no quita que Boadella me haya abierto los ojos. No he ido a ver su espect¨¢culo y, por tanto, soy, como algunos de ustedes, una boicoteadora. En el fondo me consuela saberlo. Eso significa que no es por pereza, ni porque prefiera quedarme en casa viendo el programa de Jordi LP Dissabte show, en el inenarrable Canal Catal¨¤, ni porque prefiera ir a la cocteler¨ªa a tomarme un manhattan tras otro. Es boicoteo. Y las razones, seg¨²n Boadella, est¨¢n muy claras. A pesar de que Els Joglars han hecho muchas obras en catal¨¢n, ahora les consideramos unos traidores. Sobre ¨¦l hemos descargado toda la ira que no descargamos sobre Tomeu Penya, otro traidor que se pas¨® al castellano. Algunos pusil¨¢nimes como yo, en lugar de boicotear su genial canci¨®n Me gusta hacer el amor por la ma?ana, corrimos a compr¨¢rnosla, porque explica las c¨®micas vivencias de un hombre que si copula al despertarse, se va al trabajo "m¨¢s relajado".

Por eso, una vez desenmascarados, confes¨¦moslo todo. Seg¨²n el art¨ªculo en el que Boadella denuncia lo suyo, En un lugar de Manhattan ha tenido 13.080 espectadores, lo que supone el 40,9 % de la ocupaci¨®n. Y seg¨²n el mismo art¨ªculo, esta cifra no est¨¢ lejos de la media de la ocupaci¨®n en Barcelona. Es decir, que hemos boicoteado muchas m¨¢s obras. Yo, la primera. Lo digo bien alto. Igual que boicote¨¦ En un lugar de Manhattan tambi¨¦n he boicoteado la obra Nadals m¨¤gics, de la compa?¨ªa Germans Guasch, en el Guasch Teatre. Y tambi¨¦n he boicoteado La revolta po¨¨tica dels titelles, en el Espai Brossa. Y tambi¨¦n Pels p¨¨ls (la com¨¨dia on el p¨²blic decideix el final). Y, para mi verg¨¹enza, tengo previsto boicotear la Gala de Amnist¨ªa Internacional por los Derechos Humanos en el Barcelona Teatre Musical. Me perder¨¦ a los irrepetibles Antonio Orozco, Chambao, Ojos de Brujo y Asha Mir¨®. Es terrible tener que quedarse en el bar en lugar de disfrutar del arte y la sostenibilidad de todos ellos por culpa de los ideales.

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