Pintas literarias en nueve 'pubs'

Whiskey, eres el demonio", canta una balada irlandesa. Los hay que por apartarse del maligno prefieren arrojarse en brazos de la diosa cerveza. Y en Londres siempre es posible hacerlo al abrigo de la literatura. Dispuesto a tomar unas cuantas pintas por entre los renglones de la ciudad me dejo caer por donde la City empieza. All¨ª, Ye Olde Cheshire Cheese, pub de aliterativo y arcaico nombre (Ye es forma a?eja del art¨ªculo The), concita muchos recuerdos de escritores. Est¨¢ en Wine Office Court (lugar donde vivi¨® Oliver Goldsmith, el autor de El vicario de Wakefield), pasaje que sale de Fleet Street. El lugar, de aspecto tan antiguo como su nombre, una topera llena de barras y salas en un d¨¦dalo de escaleras y estancias irregulares, fue muy frecuentado por el doctor Samuel Johnson, cuya monumental biograf¨ªa, obra de Boswell, se acaba de publicar por vez primera ¨ªntegra en espa?ol. Fue Johnson hombre de apetitos y curiosidades infinitas, autor del paradigm¨¢tico Diccionario de la lengua inglesa. En la planta baja, una placa se?ala d¨®nde acostumbraba a sentarse, y su empelucado retrato luce, alto como ¨¦l lo era, junto a una chimenea.

El Cheshire Cheese se construy¨®, tras el gran incendio de Londres de 1666, sobre un lugar que hab¨ªa albergado varias tabernas. De su longevidad da cuenta un panel que a su entrada enumera los 15 monarcas que han reinado durante su existencia, y en estos siglos ha atra¨ªdo, adem¨¢s de a Goldsmith y Johnson, a Yeats y la caterva de poetas malditos del llamado Rhymers Club, con Lionel Johnson y Ernest Dowson a la cabeza. Yeats se dirige a ellos en un poema de Responsabilidades (1914), y Ezra Pound refiere en un verso de Hugh Selwyn Mauberley (1921) c¨®mo Lionel muri¨® tras caerse de un taburete en un pub, se supone que en este establecimiento. Tambi¨¦n se ve¨ªa por aqu¨ª a Oscar Wilde (a quien le disgustaba el sitio y sacaba a sus contertulios a cenar a otros lugares), Chesterton y Dylan Thomas, que frecuentaba la estancia conocida como The Chop Room, "el cuarto de las chuletas". Es el reino de las maderas oscuras y los techos bajos, entre huellas de Dickens o Thackeray... Las bodegas se remontan al siglo XIII, cuando se levantaba en el lugar un monasterio carmelita.

Para¨ªso del l¨²pulo

Hay buena y contundente comida tradicional, y las cervezas, el amante de ellas lo agradecer¨¢, no son de las marcas omnipresentes, sino de fabricaci¨®n propia, de la cadena Samuel Smith, originaria de ese para¨ªso del l¨²pulo que es Yorkshire. La que fuera casa del otro Samuel (Johnson) est¨¢ a unos pasos en Gough Square, y se puede visitar. Tambi¨¦n est¨¢ cerca, en Fleet Street, Ye Old Cock Tavern. El que ahora se levanta en el n¨²mero 22 ha venido a sustituir al original, que se encontraba justo enfrente, demolido en 1887. Entre la clientela del viejo se contaban Samuel Pepys, Dickens y Tennyson. Entre la del nuevo, T. S. Eliot. Su interior, tras un incendio sufrido en 1990, no guarda mucho inter¨¦s, de forma que contin¨²o mi periplo sin detenerme.

Volviendo por The Strand, en Northumberland Street, The Sherlock Holmes saca mesas a la calle, en las que si no llueve se puede dar cuenta de uno de los relatos protagonizados por el famoso detective. Tomo otra pinta. En la primera planta se reproduce lo que ser¨ªa la salita del 221b de Baker Street, en cuyas estanter¨ªas se apilan libros y frascos con productos qu¨ªmicos propios del doctor Watson. Los personajes de sir Arthur Conan Doyle figuran en las vidrieras esmeriladas, y un retrato del autor preside una de las salas.

Luego, cuando la noche empieza a animarse, dirijo mis pasos a Fitzrovia y a la fachada de madera bajo un edificio de ladrillos rojos de The Fitzroy Tavern, donde sol¨ªa ponerse ciego uno de los m¨¢s redomados alcoh¨®licos de la literatura, y ha habido muchos. Dylan Thomas escrib¨ªa aqu¨ª poemas en esos mantelillos de felpa sobre los que rezuma la cerveza, los cuales luego regalaba sin pens¨¢rselo mucho, y tambi¨¦n abrevaban aqu¨ª George Orwell, Virginia Woolf y George Bernard Shaw. Su edad dorada fueron los a?os cuarenta del pasado siglo. Otros pubs de la zona son The Marquis of Granby y The Wheatsheaf, ambos frecuentados por el ubicuo -o si se me permite el neologismo, pubicuo- Thomas.

Una rara pareja

M¨¢s al sur, en un local con flores de lis como corresponde a su nombre, el French House de Dean Street, en el Soho, es un bar renombrado por su sidra venida del otro lado del Canal de la Mancha. Aqu¨ª sedujo Rimbaud a Verlaine, "rara pareja", como se refiere a ellos el poema de Cernuda Birds in the night, que rememora la colocaci¨®n de una placa donde ¨¦stos habitaron m¨¢s al norte, en Camden Town. Fue centro de la Resistencia Francesa en Londres, y aqu¨ª estuvieron a punto de irse al traste las hipn¨®ticas voces de la obra de teatro de Dylan Thomas, Under milk wood. Corr¨ªa el a?o de 1953, el pen¨²ltimo de su vida, y el poeta estaba ebrio, como casi siempre, as¨ª que no es de extra?ar que perdiera el manuscrito. El due?o, el galo Gaston Berlemont, encontr¨® el texto debajo de un asiento a la ma?ana siguiente y se lo devolvi¨® al gal¨¦s. Otra versi¨®n cuenta que lo hall¨® un productor de la BBC a quien Thomas dijo que si lo encontraba podr¨ªa qued¨¢rselo. Y lo hizo, embols¨¢ndose al venderlo la suma de 2.000 libras de la ¨¦poca.

En Greek Street tambi¨¦n sienta sus reales The Pillars of Hercules: el peque?o pub aparece citado en Historia de dos ciudades, de Dickens, y fue frecuentado en fechas recientes por novelistas como Martin Amis, Ian McEwan y Julian Barnes. No hay que confundirlo con otro del mismo nombre mencionado profusamente en los Diarios de Pepys. En la misma calle, The Coach and Horses, donde acaba el recorrido y donde me aventuro a entrar a tomar la pen¨²ltima, ahora que se ha jubilado el que se reputaba como el due?o de pub m¨¢s lenguaraz y grosero de Londres.

A veces, al beber uno se vuelve locuaz. Otras, taciturno. Yo converso con mi voz interior, que me aconseja que me retire. El local rebosa como una pinta mal echada. Es hora de regresar a la habitaci¨®n del hotel y sufrir la despechada mirada del celoso minibar.

Antonio Rivero Taravillo (Melilla, 1963) es traductor y autor del libro Con otro acento, divagaciones sobre el Cernuda "ingl¨¦s" (Diputaci¨®n de Sevilla, 2006)