La persecuci¨®n de los intelectuales turcos
Se han registrado 185 causas contra escritores y profesores por denigrar la identidad nacional
Las calles del barrio de Nisantasi de Estambul se parecen a las de cualquier otra gran ciudad europea. En ese acomodado distrito naci¨® en 1952 y sigue viviendo el premio Nobel de Literatura Orhan Pamuk, siempre en la misma casa familiar. Los juzgados de Nisantasi fueron tambi¨¦n el lugar elegido por el aparato del Estado turco para castigar al escritor turco contempor¨¢neo m¨¢s conocido en el mundo, con una obra traducida a m¨¢s de 30 idiomas, por haber roto los tab¨²es del r¨¦gimen. El autor de Nieve, entregado a la creaci¨®n literaria desde los 23 a?os, se atrevi¨® a declarar en una entrevista con el diario suizo Tages Angeizer que en Turqu¨ªa no era posible hablar de hechos como la muerte violenta de "30.000 kurdos y un mill¨®n de armenios".
"Antes de exculparnos en el juzgado, se nos da un escarmiento en la calle", dice Magden
Su procesamiento y posterior exculpaci¨®n, hace ahora un a?o, parecen ya historia. Pero como en muchas otras de las 185 causas a¨²n abiertas por delitos de opini¨®n contra intelectuales turcos, seg¨²n la asociaci¨®n Iniciativa por la Libertad de Expresi¨®n, Pamuk tuvo que soportar, a su paso por los juzgados de Nisantasi, los amenazadores gritos e insultos de los grupos ultranacionalistas que le acusaban de "traidor a la patria".
"La concesi¨®n del Premio Nobel de Literatura a Pamuk supone tambi¨¦n, en gran medida, un reconocimiento a la lucha de los escritores turcos por la libertad de expresi¨®n", admite Ahmet ?mit (Gaziantepe, 1960), representante junto a Elif Shafak de una nueva generaci¨®n de novelistas en Turqu¨ªa. "Yo tambi¨¦n he tenido problemas con la justicia por uno de mis libros", asegura ?mit. El autor de Patasana, una novela de intriga en la era del imperio hitita en Anatolia, cree que el suspense y la intriga que se han generalizado en la narrativa contempor¨¢nea turca sirven sobre todo para que "caigan las m¨¢scaras" de la realidad. "S¨®lo si avanzamos en el camino de la integraci¨®n en la Uni¨®n Europea podr¨¢ consolidarse la libertad de expresi¨®n en Turqu¨ªa", argumenta ?mit. "Ha habido problemas en las negociaciones y los seguir¨¢ habiendo, pero al final nosotros somos el puente cultural y econ¨®mico entre Oriente y Occidente".
El genocidio armenio, que caus¨® m¨¢s de un mill¨®n de muertos durante la I Guerra Mundial, y el conflicto kurdo, que se ha cobrado m¨¢s de 30.000 vidas desde 1984 en el sureste de Anatolia, siguen sin existir oficialmente, pero han dejado de ser un coto vedado a los escritores y periodistas turcos, aunque est¨¢n pagando un alto precio por ello. El Gobierno de Ankara insiste en que nadie va a ir a la c¨¢rcel en Turqu¨ªa por expresar su opini¨®n. Pero como recordaba la escritora Perihan Magden poco despu¨¦s de ser absuelta de un proceso el pasado verano: "Estamos sometidos a tortura psicol¨®gica. Antes de quedar exculpados en el interior de los juzgados, se nos da un escarmiento en la calle". Un grupo denominado Uni¨®n de Juristas de Turqu¨ªa, pr¨®ximo a los movimientos nacionalistas de ultraderecha, denuncia sistem¨¢ticamente a los intelectuales que rompen los tab¨²es del kemalismo por "denigrar la identidad nacional turca", seg¨²n la ambigua redacci¨®n del art¨ªculo 301 del C¨®digo Penal. La Uni¨®n Europea ha hecho llegar a Turqu¨ªa, pa¨ªs candidato a la adhesi¨®n, su preocupaci¨®n por el creciente n¨²mero de procesos abiertos por delitos de opini¨®n.
Pero los tab¨²es siguen cayendo en Turqu¨ªa como piezas de domin¨®. El profesor de Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad de Ankara Atila Yaila ha sido apartado de la docencia despu¨¦s de haber criticado en una conferencia p¨²blica la era de Mustaf¨¢ Kemal, Atat¨¹rk, fundador de la Turqu¨ªa moderna en 1923, tras la desaparici¨®n del Imperio Otomano, como "un periodo regresivo" en la historia de Turqu¨ªa. El profesor Yaila se enfrenta a ser juzgado tambi¨¦n por el delito del art¨ªculo 302 al haber criticado el culto a la personalidad de la figura hist¨®rica de Atat¨¹rk, cuyas fotograf¨ªas y esculturas son omnipresentes en Turqu¨ªa. Atat¨¹rk orden¨® en 1928 la abolici¨®n del alfabeto ¨¢rabe y su sustituci¨®n por el latino, al tiempo que se depuraba la lengua turca de las influencias ¨¢rabes y persas. En sus or¨ªgenes, los n¨®madas turcos del centro de Asia se expresaban a trav¨¦s de cuentos de tradici¨®n oral, precisa Pablo Mart¨ªn Asuero, director del Instituto Cervantes de Estambul y experto en literatura turca. A su llegada a Anatolia, su cultura se enriqueci¨® al entrar en contacto con el refinamiento de ¨¢rabes y persas, hasta llegar al Div¨¢n, la literatura turca cl¨¢sica. "La poes¨ªa medieval de Yunus Emre, y la m¨ªstica de Mevlana, el fundador de la orden de los derviches gir¨®vagos, est¨¢n en el origen de la actual cultura turca", explica Mart¨ªn Asuero, "que llega hasta la poes¨ªa popular de Nazim Hikmet y la prosa realista de Yasar Kemal en el siglo XX". Los conflictos sobre el ejercicio de la libertad de expresi¨®n se deben, a su juicio, al acelerado proceso abierto de "revisionismo de la historia".
La modernizaci¨®n a ultranza emprendida por el kemalismo acab¨® petrificando el idioma, al despojarlo no s¨®lo de sus palabras de origen ¨¢rabe y persa, sino tambi¨¦n de sus ra¨ªces isl¨¢micas, como la cultura suf¨ª. "Nuestro vocabulario naufrag¨®. Nuestro idioma no tiene pasado", asegura una periodista turca. Las ¨¦lites laicas de la Turqu¨ªa moderna, de donde proceden tanto Pamuk y Shafak como los principales escritores, han huido hasta ahora de la tradici¨®n popular y del mestizaje cultural que se viv¨ªa bajo el Imperio Otomano.
Ertugrul Onalp, catedr¨¢tico de Lengua Espa?ola en la Universidad de Ankara, considera que el premio Nobel supone un "reconocimiento internacional" para toda la literatura turca, aunque tambi¨¦n tiene "un componente pol¨ªtico".
En el Nisantasi del autor de Mi nombre es rojo, cerca de donde se halla la legaci¨®n vaticana donde pernoct¨® el papa Benedicto XVI durante su reciente visita a Estambul, tambi¨¦n se oye la llamada del almu¨¦dano al rezo. En la "b¨²squeda del alma melanc¨®lica de su ciudad natal", Orhan Pamuk ha encontrado, seg¨²n el veredicto de la Academia sueca al concederle el ¨²ltimo Premio Nobel de Literatura, "nuevos s¨ªmbolos para reflejar el choque y la interconexi¨®n de las culturas".
PROCESOS CONTRA LA LIBERTAD DE EXPRESI?N EN TURQU?A
La asociaci¨®n Iniciativa por la Libertad de Expresi¨®n tiene registrados al menos 185 procesos por delitos de opini¨®n en Turqu¨ªa.
Orhan Pamuk fue procesado por declarar en una entrevista que en Turqu¨ªa no se pod¨ªa hablar de la muerte violenta de "30.000 kurdos y un mill¨®n de armenios". Fue exculpado, pero grupos de ultraderecha le insultaron a la puerta de los juzgados.
La novelista Elif Shafak fue encausada tambi¨¦n por el delito de "denigrar la identidad nacional", recogido en el pol¨¦mico art¨ªculo 301 del C¨®digo Penal turco. La acusaci¨®n denunci¨® que uno de los personajes de la ¨²ltima novela de Shafak, El padre y el bastardo, defend¨ªa la existencia del genocidio armenio, que Turqu¨ªa no reconoce.
La escritora y periodista Perihan Magden fue juzgada por "denigrar a las Fuerzas Armadas" turcas. En la columna que habitualmente escribe en un semanario defendi¨® el derecho a la objeci¨®n de conciencia al servicio militar obligatorio de un joven gay y pacifista.
El director del semanario turco-armenio Agos, Hrant Dink, ha sido juzgado varias veces por referirse al genocidio armenio, la muerte de m¨¢s de un mill¨®n de miembros de esta comunidad a manos de las tropas otomanas durante la I Guerra Mundial.
Pinar Selek, soci¨®loga y feminista, fue detenida y encarcelada durante dos a?os por sus publicaciones sobre el conflicto kurdo en Turqu¨ªa, que ha causado m¨¢s de 30.000 muertos y desplazamientos masivos de poblaci¨®n en el sureste de Anatolia. La polic¨ªa la acus¨® de estar implicada en un atentado contra el Bazar Egipcio de Estambul que caus¨® siete muertos. Fue absuelta el pasado mes de junio.
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