El modelo de la BBC
Pol¨¦mica por la cuant¨ªa del canon para 2007
En las pr¨®ximas semanas, el Gobierno va a decidir cu¨¢nto van a pagar los espectadores brit¨¢nicos por la BBC a lo largo de los pr¨®ximos siete a?os. En la actualidad pagamos un poco m¨¢s de 130 libras al a?o (192 euros) mediante un canon obligatorio que se cobra a todo el que posee un televisor. La BBC ha pedido que se incremente justo por encima de la inflaci¨®n, de forma que en el a?o 2013 pagar¨ªamos alrededor de 150 libras anuales, en dinero actual. Es decir, 41 peniques diarios, que es menos de lo que cuesta un peri¨®dico. Curiosamente, un sondeo independiente encargado por el Gobierno ha llegado a la conclusi¨®n de que la mayor¨ªa de los entrevistados est¨¢n dispuestos a pagar incluso m¨¢s, alrededor de 160 libras al a?o, cuando se les explica toda la variedad de servicios que debe proveerles la BBC de acuerdo con su nuevo estatuto, de 10 a?os de vigencia.
Si la BBC tiene alg¨²n sesgo, es un sistema de valores y prejuicios laicos, liberales, urbanos, europeos, tan arraigados que muchos ni se dan cuenta de que est¨¢n ah¨ª
La cadena de televisi¨®n PBS y la Radio Nacional P¨²blica de EE UU no pueden ni compararse, ni tampoco los dignos canales de servicio p¨²blico de Alemania
Nadie sabe c¨®mo ser¨¢ el cambiante panorama mundial de los medios en 2013, y es posible que haya que revisar por completo las soluciones actuales
Sin embargo, ahora parece que el Gobierno va a decir a los brit¨¢nicos que no podemos pagar todo lo que queremos por la BBC. Seg¨²n algunos rumores bien informados, el Ministerio de Hacienda y el gabinete del primer ministro quieren desautorizar a la ministra de Cultura, Tessa Jowell, e implantar un canon no por encima sino por debajo de la inflaci¨®n. Hay que dar ejemplo con la BBC al comienzo de una dif¨ªcil ronda de gasto p¨²blico, y, por otro lado, es preciso evitar que los Murdoch, Rupert y su hijo James -esos amigos tan especiales del n¨²mero 10 de Downing Street- y otros due?os de cadenas privadas tengan una competencia excesiva. Al mismo tiempo, este Gobierno pretende empujarnos a una decisi¨®n prematura y apresurada de gastar al menos 25.000 millones de libras en renovar nuestro m¨¦todo de disuasi¨®n nuclear de la guerra fr¨ªa, el submarino Trident.
En realidad, es muy dif¨ªcil decidir cu¨¢l es el nivel apropiado que debe tener el canon de la BBC. Cuanto m¨¢s se piensa, m¨¢s complicado resulta, sobre todo porque el Gobierno pide a la BBC que preste ciertos servicios p¨²blicos que no ha prestado hasta ahora, como guiar a todo el pa¨ªs en el paso de las emisiones anal¨®gicas a las digitales. No obstante, tras sopesar todos los factores, estoy convencido de que un canon por debajo del ¨ªndice de inflaci¨®n disminuir¨ªa considerablemente la capacidad de la BBC de ofrecer informaci¨®n, educaci¨®n y entretenimiento de gran calidad, en un periodo en el que los medios de comunicaci¨®n est¨¢n experimentando unos cambios t¨¦cnicos vertiginosos. El Gobierno brit¨¢nico no deber¨ªa poner en peligro una de las mejores cosas que tiene Gran Breta?a por unos cuantos puntos porcentuales de diferencia.
Porque la BBC es, sin ninguna duda, uno de los mejores y m¨¢s conocidos valores de Gran Breta?a. La semana pasada, en Roma, me ense?aron un ejemplar de una revista llamada Reset. El art¨ªculo de fondo se titulaba "Il modello BBC, unicum mondiale". Italia, dec¨ªa, deber¨ªa aprender de ese modelo. En un hotel de Teher¨¢n, un camarero estaba tratando de decirme alguna cosa agradable. "?Es usted alem¨¢n!", exclam¨®. "?Mercedes-Benz!". No, respond¨ª, soy ingl¨¦s. Una larga pausa. (A los iran¨ªes, muchas veces, les cuesta encontrar algo positivo que decir sobre los ingleses). Y de pronto sonri¨® de oreja a oreja. "?BBC!", grit¨®. Y pronto dispondr¨¢ de la BBC en lengua persa.
A veces, estas reputaciones de dimensi¨®n mundial son mitos que la realidad actual ya no justifica. No es el caso de la BBC. Cada vez que regreso a Gran Breta?a despu¨¦s de una estancia en el extranjero, me vuelve a impresionar la calidad de la radio y la televisi¨®n de la BBC. La cadena de televisi¨®n PBS y la Radio Nacional P¨²blica de Estados Unidos no pueden ni compararse, ni tampoco los dignos canales de servicio p¨²blico de Alemania. Programas como la serie de David Attenborough sobre la naturaleza, Planet Earth, te dejan sin aliento. Para poder hacerlos hacen falta las facultades y los recursos econ¨®micos de una superpotencia period¨ªstica.
Independencia editorial
Ahora que el Gobierno nos pide que aceptemos cada vez m¨¢s cosas s¨®lo fi¨¢ndonos de su palabra ("nuestras fuentes de informaci¨®n nos dicen que...") y muchos de los sistemas tradicionales de control y equilibrio impl¨ªcitos en la constituci¨®n no escrita de Gran Breta?a est¨¢n debilitados, es fundamental la existencia de un escrutinio independiente de la pol¨ªtica por parte de un medio escrupuloso pero seguro de s¨ª mismo. Si se tiene en cuenta que la BBC ha pasado los ¨²ltimos a?os tratando de ganarse al Gobierno para que renovara su estatuto y su canon, su independencia editorial ha sido extraordinaria, mucho m¨¢s en el caso de Irak, por ejemplo, que durante la crisis de Suez de hace 50 a?os.
Como destac¨® hace poco su director general, Mark Thompson, "vivimos en un pa¨ªs en el que la principal cadena de televisi¨®n de servicio p¨²blico inicia el ¨²ltimo tramo de la pelea por el canon con una investigaci¨®n de Panorama sobre el marido de la ministra", es decir, David Mills, el marido separado de la ministra de Cultura, Tessa Jowell, acusado de corrupci¨®n con Silvio Berlusconi por la justicia italiana. Estoy orgulloso de vivir en un pa¨ªs as¨ª. Si la BBC tiene alg¨²n sesgo persistente, m¨¢s que pol¨ªtico es, por as¨ª decir, de actitud, un sistema de valores y prejuicios laicos, liberales, urbanos, europeos, tan arraigados que muchos ni se dan cuenta de que est¨¢n ah¨ª.
Existe un problema estructural con la BBC, por supuesto. A medida que las barreras entre los distintos tipos de medios -radio, televisi¨®n, Internet, reproductores digitales, tel¨¦fonos m¨®viles, DVD- van desapareciendo por los avances de la tecnolog¨ªa, y a medida que la BBC se siente obligada, por su ambici¨®n y a instancias del Gobierno, a entrar en todos ellos, es inevitable que tenga cada vez m¨¢s impacto en todo el mercado del sector. Y el elefante de la BBC, en el ¨²ltimo decenio, no siempre ha sabido avanzar con delicadeza. Hay emisoras privadas de radio estupendas, locales o especializadas, que, cuando la BBC llega dispuesta a crear una suya, pueden verse llevadas a la quiebra. Los editores de material educativo gritan "?juego sucio!" cuando la BBC invade su mercado a instancias del Gobierno. "La BBC ha molestado a casi todo el mundo en el mercado comercial", me cuenta un observador que conoce bien el sector.
Por eso seguramente est¨¢ bien que el acuerdo sobre el nuevo estatuto para la BBC ofrezca, como parte de una prueba de "valor p¨²blico", que el organismo regulador del sector, Ofcom, lleve a cabo un an¨¢lisis del impacto probable en el mercado que tendr¨ªa cualquier iniciativa. Por ejemplo, la p¨¢gina web de la BBC es una de las mejores del mundo, pero si -ante las presiones del Gobierno para que tenga un car¨¢cter m¨¢s empresarial- empezara a recurrir a la publicidad por Internet, estar¨ªa haciendo competencia desleal a otras p¨¢ginas informativas que no cuentan con ninguna subvenci¨®n p¨²blica.
Lo que hace falta es que la BBC proporcione puntos de referencia en materia de calidad, que sea "la competencia", con la p¨¢gina web, la informaci¨®n internacional, Planet Earth o la brillante adaptaci¨®n de la novela de Charles Dickens, Bleak house, sin eliminar precisamente, con su presencia subvencionada, toda posibilidad de competencia por parte de otras empresas medi¨¢ticas con financiaci¨®n privada pero aspiraciones de servicio p¨²blico. Todo esto exige cierta regulaci¨®n externa y m¨¢s sensibilidad interna, en el sagrado elefante de la BBC.
Siete a?os es un siglo
Siete a?os, en los medios de comunicaci¨®n, son un siglo. Nadie sabe c¨®mo ser¨¢ el cambiante panorama mundial de los medios en 2013, y es posible que haya que revisar por completo las soluciones actuales. Lo que s¨ª sabemos es que la BBC, hoy, es una de las mejores cosas que tenemos en Gran Breta?a y la mejor empresa de radio y televisi¨®n del mundo. Nosotros lo sabemos y el mundo lo sabe. Ante este siglo de siete a?os, un acuerdo sobre el canon que se quede por debajo de la inflaci¨®n ser¨ªa verdaderamente da?ino para este tesoro nacional. Ser¨ªa una triste manera de que Tony Blair acabara su mandato y Gordon Brown empezara el suyo. Merecemos algo mejor.
www.timothygartonash.com. Traducci¨®n de M. L. Rodr¨ªguez Tapia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.