La excepci¨®n est¨¢ en El Ejido
Sunny, al que dejaron tirado en Par¨ªs con 16 a?os, acumula m¨¢s de 40 partidos en Segunda
Un grupo de subsaharianos se agolpa en las tribunas del coqueto campo de Alcal¨¢ de Henares. No pierden detalle de Stephen Sunday (Lagos, Nigeria; 18 a?os), arrullado en la grada como Sunny durante un amistoso con el Poli Ejido. Es la excepci¨®n. El triunfo de la voluntad. "Un chico con mucho futuro al que, cuando sea espa?ol, se le abrir¨¢n las puertas de muchos sitios", asegura Pepe Mel, entrenador del Rayo Vallecano y valedor de Sunny cuando dirig¨ªa al Poli.
Sunny es el hombre insignia del equipo de la ciudad de Almer¨ªa, la misma donde se desat¨® el odio racial contra los trabajadores extranjeros hace seis a?os. Viendo los folletos, o los carteles del club con el africano como principal reclamo, parece que han pasado mil a?os desde los disturbios xen¨®fobos. "Me lo han contado, pero no s¨¦ ni he visto nada", reconoce Sunny, satisfecho de que "en la cantera haya chavales de muchos pa¨ªses". Le hace recordar sus or¨ªgenes. "Doy gracias al Poli, soy muy afortunado; no es f¨¢cil adoptar a una persona que no conoces".
Juan Santisteban, el seleccionador sub 21, sigue atento la evoluci¨®n del portento de Lagos.
Por eso, aunque no lo vaya pregonando, Sunny env¨ªa un dinero, "alguna cosita", a aquellos paisanos que le acogieron en Alcorc¨®n en agosto de 2004, cuando le dejaron tirado, con un visado temporal en el aeropuerto de Par¨ªs-Orly. "Ten¨ªa 16 a?os y mi familia se hab¨ªa gastado 900 d¨®lares en el billete. ?Todos sus ahorros!", maldice. El caramelo se volvi¨® ¨¢cido. "?Ad¨®nde vas tan pronto?", le dijo el agente. "No piensas que te van a enga?ar, s¨®lo que todo va a ser tan f¨¢cil como te dicen", prosigue. Tras unas semanas de incertidumbre y una llamada de unos colegas del Barrio Latino, Elvis -en el Ejido B- y Lloyd le acogieron con los brazos abiertos. "Hay muchos jugadores tirados, por cosa del pasaporte, las leyes...", dice Sunny entre indignado e incr¨¦dulo.
Mel hizo debutar en Segunda al pivote defensivo con apenas 16 a?os. "Que le diese la oportunidad a esa edad da idea de c¨®mo es f¨ªsicamente. Con el paso del tiempo va a ganar en todo, sobresaldr¨¢ en Primera. El Madrid, el Betis y el Depor me han pedido informes de ¨¦l", cuenta el t¨¦cnico. Mel razona la llegada del "joven Makelele" a la meta tirando de est¨®mago: "Se debe al hambre por triunfar, en lo literal y futbol¨ªstico. Y re¨²ne cualidades, claro".
Sunny se inici¨® a los nueve a?os en la academia de Taribo West. "Me consigui¨® unas botas, en mi familia viv¨ªamos bien pero jugaba descalzo; el par costaba 8.000 naira (unos 40 euros)". "Le descubr¨ª en un amistoso contra el Rayo juvenil", relata Rodrigo Lovelle, que se puso en contacto con Jes¨²s Mulero, el gerente del Poli. "He visto un chaval extraordinario; en cinco d¨ªas te lo quedas seguro", le cont¨® rotundo el agente gallego. Acert¨®.
Los papeles se aceleraron cuando la Administraci¨®n acept¨® que Mulero fuese el tutor de Sunny. "Mi padre espa?ol", resume Sunny, siempre en un tono pausado. Lleg¨® por Navidad hace dos a?os para jugar en el filial y acab¨® la temporada en el primer equipo. "Presiona, lucha y, encima, sabe jugarla", dicen los entendidos. Si se confirma su traspaso en el mercado de invierno a una escuadra de Primera, Lovelle y los dem¨¢s socios no se guardar¨¢n todo el dinero en la billetera. "Crearemos un fondo para ayudar a otros jugadores en la misma situaci¨®n", afirma el intermediario.
Entretanto, Sunny, cristiano, habla todos los d¨ªas con Dios. "Conf¨ªo en ¨¦l, nada pasa por casualidad. Cuando no ten¨ªa comida, segu¨ªa entren¨¢ndome... Ten¨ªa que hacer mi vida ac¨¢", concluye. En Europa, la tierra prometida. Ahora est¨¢ a la espera del paso definitivo; jurar la Constituci¨®n. "Me gustar¨ªa jugar con la selecci¨®n espa?ola. Me siento de aqu¨ª". Juan Santisteban, el preparador de la sub 21, sigue atento la evoluci¨®n del portento de Lagos. Como los africanos de la grada de Alcal¨¢.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.