Futbolistas a la deriva
Cientos de africanos, profesionales de Primera en sus pa¨ªses, compiten en Regional y Preferente a la espera de una oportunidad
Susurran el nombre de Samuel Eto'o con la cabeza gacha y respeto infinito. El delantero del Bar?a es el sue?o realizado, la utop¨ªa posible de los millones de futbolistas africanos que vender¨ªan su alma al diablo por un contrato con un club europeo digno de sus m¨²sculos. "Si ¨¦l lo consigui¨®, los dem¨¢s tambi¨¦n podemos", refiere Momar Sock (Dakar, Senegal), de 30 a?os. Pendiente del m¨®vil, a la espera de una llamada que nunca llega, Sock se gana la vida cortando el pelo a sus paisanos del barrio madrile?o de Lavapi¨¦s. Tambi¨¦n se saca unas monedas como vendedor callejero, en Le¨®n y Valladolid, de figurillas e ¨ªdolos de su tierra. Qui¨¦n le iba a decir que no lo har¨ªa como mejor sabe, que su condici¨®n de central de la Primera Divisi¨®n senegalesa, con el Niayef de Dakar, no le servir¨ªa de salvoconducto en Europa.
"?Qu¨¦ he comido hoy? Nada, ayer moj¨¦ un poco de pan en coca-cola y mayonesa", dice Asemota
Su caso es id¨¦ntico al de miles de jugadores que dejaron atr¨¢s las columnas de H¨¦rcules. S¨®lo un pu?ado llega a la meta. La mayor¨ªa sue?an despiertos. Como Paul Biya, mediapunta camerun¨¦s que salt¨® la valla de Melilla; o Kevin Asemota, delantero nigeriano, que entr¨® en Espa?a como polizonte, escondido en la carga de un mercante que hizo escala en Costa de Marfil. ?Y que hay de Laurent? Empez¨® a cruzar el Estrecho de Gibraltar con un salvavidas encima. Un par de kil¨®metros despu¨¦s desech¨® la idea, y nad¨® y nad¨® y se present¨® de esa guisa en Melilla. Ahora, su casa es un banco de madera. Cuando le preguntan cual es su posici¨®n en el campo, si lo suyo es cortar balones o regalarlos, responde: "La que sea: delantero, defensa... ?Portero tambi¨¦n! ?Qu¨¦ m¨¢s da?". Una r¨¦plica que se convierte en letan¨ªa en casi todas las voces consultadas.
Mientras unos llegan por las bravas, jug¨¢ndose el pellejo de madrugada, en una embarcaci¨®n sobrecargada, otros pisan Europa de una manera m¨¢s civilizada; en avi¨®n. Es donde entran en escena intermediarios sin escr¨²pulos, que operan principalmente en los pa¨ªses franc¨®fonos de la Uni¨®n Europea y prometen a sus v¨ªctimas un puesto en un club. Una vida mejor. Luego, despu¨¦s de un dinero por adelantado para sufragar gastos, les dejan en la estacada.
"Francia est¨¢ hasta arriba de agentes mentirosos, por eso quer¨ªa venir a Espa?a", explica Achille Nnoum. Originario de Yaund¨¦, la capital de Camer¨²n, de la hornada de 1985, Nnoum, que jugaba en el Ru¨¢n de la Tercera Divisi¨®n gala, viaj¨® hasta Madrid con Antonio Domingues, un agente de Guinea-Bissau con pasaporte portugu¨¦s al que nadie conoce en Espa?a y que no intercambi¨® ninguna impresi¨®n con este diario. Despu¨¦s de dos d¨ªas esper¨¢ndole en un hotel, Nnoum se dio cuenta de la farsa. "Mire, me he formado en la escuela KJ Sport, de donde sali¨® Eto'o", explica ense?ando su curr¨ªculo, donde destaca su "incorporaci¨®n inmediata y disponibilidad para viajar y / o cambiar de residencia". "Mire", se vende el joven, "durante dos a?os fui medio defensivo del Kamon (Ca?¨®n) de Yaund¨¦, de Primera, y luego estuve otros dos a?os en el Mongou de Duala. ?Y qu¨¦ me dice de mi salto a la Primera Divisi¨®n tunecina, en el Club Sportive Faxcien?".
"Por cosas as¨ª mi agente es antes que nada un amigo m¨ªo, digno de mi confianza", asevera Boubacar Toms Camara. Tiene 31 a?os, uno m¨¢s que Sock. Dieciocho veces internacional con Senegal, su pinta es la de un futbolista de verdad. "Es mi profesi¨®n, lo ¨²nico a que me he dedicado", contin¨²a mientras prepara el t¨¦ en un chamizo de Mes¨®n de Paredes. El tentempi¨¦ tiene un regusto a quemado. "Porque el t¨¦ es amargo como la muerte, suave como la vida y dulce, dulce, como el amor", comenta el central, ex del Badajoz y antes del Al Khaled saud¨ª y del Olympique de Kef tunecino. "El equipo baj¨® a Segunda B, donde jugu¨¦ otro a?o porque ten¨ªa contrato en vigor. Pero se acab¨® y no me pod¨ªan renovar, as¨ª que me fui a China", resume Camara. All¨ª, hasta su regreso, jug¨® en el Stars de Shangai. Ahora lo hace en Preferente.
Hace cosa de un a?o, con motivo de la Copa de ?frica, Le Monde informaba de que j¨®venes africanos de apenas 10 a?os eran enviados de forma ilegal a "campos de entrenamiento en el sur de Espa?a, Italia y Portugal". Luego los revend¨ªan. La UEFA inici¨® de inmediato una investigaci¨®n. La conclusi¨®n es que no hay una red internacional que esclaviza a nadie. "Dec¨ªan que igual en Grecia, pero no lo creemos. Nuestra conclusi¨®n es que es un mito", explican fuentes del organismo.
De red nada; tan s¨®lo intermediarios canallas con menos poderes que hace un par de a?os, cuando la FIFA, viendo el expolio de la cantera africana, impuso que todos los menores de 18 a?os que se fueran deb¨ªan ser tutelados. "Eto'o lleg¨® a Espa?a con 15 a?os, ?hoy ser¨ªa ilegal!", apunta Mukoko da Silva, de la Fundaci¨®n RAIS y compatriota del le¨®n indomable del Bar?a. Desde la sede de la UEFA en Nyon (Suiza), los expertos vaticinan que, dado el "desmoronamiento de ?frica", es "un riego potencial" que en el futuro se organicen redes ilegales. Pero insisten: "Ahora mismo no las hay; se dice de algunos casos individuales, indicios de que en la serie C1 y C2 podr¨ªa haber alg¨²n futbolista en circunstancias an¨®malas... Desafortunadamente, Italia es un poco una rep¨²blica bananera".
Aunque le han vilipendiado, Nnoum cuenta con unos ahorros y es comunitario. Tiene la nacionalidad francesa. A todos los efectos, es europeo. Su carrera da una idea de los sueldos que se manejan m¨¢s all¨¢ del oc¨¦ano de arena del S¨¢hara. "Seg¨²n lo cerca que est¨¦s de Europa, m¨¢s cobras", es el sentir general. Por ejemplo, Nnoum cobraba 300.000 francos CFA en su pa¨ªs, unos 500 euros. Un dinero bien apa?ado en una regi¨®n donde un ciudadano medio se debe contentar con 250. Luego est¨¢n los campeonatos del Magreb, donde un profesional puede cobrar 4.000 euros mensuales. Un pastizal. "Lo mejor es que sabes que te van a pagar puntualmente", sentencia el centrocampista, que recib¨ªa 2.500 euros en el Ru¨¢n, donde le pagaban como a un semiprofesional.
"Hasta que no se abran todas las categor¨ªas a esta gente, lo seguir¨¢n pasando fatal. Lo de Camara es una excepci¨®n, y al final no le pudieron renovar". Rodrigo Lovelle, agente FIFA de Ver¨ªn (Orense), lleva a medio centenar de africanos. "Aumentar¨ªan el nivel de la Segunda B", dice tajante. Al contrario de lo que ocurre en Francia, donde los for¨¢neos no encuentran l¨ªmites para jugar en la divisi¨®n que sea, la federaci¨®n que preside ?ngel Mar¨ªa Villar sigue sin sacar adelante los estatutos que terminen con la exclusi¨®n deportiva de los inmigrantes. "Es competencia de las Comunidades Aut¨®nomas", insisten desde la federaci¨®n. Entretanto, los extranjeros s¨®lo tienen acceso a Primera y Segunda... y a las ligas menores de Preferente y Regional. "Se ven jugadores con una gran proyecci¨®n, pero se enfrentan a una legislaci¨®n que es un escollo insalvable", porf¨ªa Lovelle. Desinteresadamente, Nike ayuda a los jugadores bajo su protecci¨®n con botas y equipaciones.
A la espera de un cambio legislativo, decenas de subsaharianos se entrenan, para no perder la forma, con el sol despuntando en un campo de tierra de Alcorc¨®n, enfrente del polideportivo Santo Domingo. Y eso que m¨¢s de uno ha comido lo justo para mantenerse en pie. Los hay como Lloyd, que hasta han dormido en los vestuarios del Puerta Bonita, de la ciudad dormitorio. Unos agentes malague?os le engatusaron a ¨¦l y su amigo Coco para probar en el Shakhtar Donetsk ucranio. La prueba no cuaj¨®. Volvi¨® a Espa?a, a un equipo de preferente de Ja¨¦n. "Bueno, yo dorm¨ª seis meses en el bosque hasta que cruc¨¦ la verja de Melilla", interviene Biya (Duala, Camer¨²n; 25 a?os). Lo consigui¨® despu¨¦s de 12 intentos. A la 13?. "Por suerte no me dispararon; lo intent¨¢bamos tantos a la vez...".
Para ¨¦l, la Primera Divisi¨®n es el objetivo inalcanzable; los campos de tierra de Preferente, la realidad. A cambio de un pu?ado de euros, de 100 a 200 euros al mes... o por la cara. "Juego en Tercera Regional con el Academia QZ, un equipo de Cuatro Caminos. El presidente es como mi padre aqu¨ª", asiente Biya. Su querido l¨ªder no le paga nada. En el Akomagui de Bata (Guinea Ecuatorial) se embuchaba 200 euros. "Pero me ayuda cuando algo me duele", salta Biya.
"?Qu¨¦ he comido hoy? Nada, ayer moj¨¦ un poco de pan en coca-cola y mayonesa", dice Asemota. Lo m¨¢s cerca que estuvo de Primera fue trabajando como mozo de obra en la ampliaci¨®n del Coliseum del Getafe. Hakeem Salami, un bigardo de 1,90 m que se da un aire a Vieira, iba por el mismo camino. Viv¨ªa a la intemperie, en los arrabales de Madrid; ahora reside en un hotel del Ferrol. ?Y tiene un salario de 800 euros! Emocionado, se ech¨® a llorar cuando prob¨® el pulpo a feira. Se entrena con el Racing de Ferrol pero, como no puede jugar por imperativo legal en Segunda B, lo hace con el Mugardos, de Regional.
A Salami no le han ido mal las cosas. Tampoco a Tierno B?, de 28 a?os, aunque el senegal¨¦s ha renunciado a su sue?o por un puesto de botones. Centrocampista zurdo, cobraba diez euros diarios en el Sporting Horeyatt de Guinea Conakry. Durante un tiempo deambul¨® por clubes del Barrio del Pilar. "Los veteranos se sacaban 200 euros al mes", todav¨ªa se relame. B? lamenta no haber sabido m¨¢s de Patrick, "aquel ojeador de un equipo de Bruselas, que me pidi¨® que le enviara un v¨ªdeo". Quiz¨¢s por eso planea montar un par de escuelas en su pa¨ªs, "para que nadie le tome el pelo a los cr¨ªos".
Igual as¨ª no se volver¨ªa a repetir el culebr¨®n de Sock. Su etapa en Marruecos, en un equipo de Rabat, no lleg¨® a buen puerto. Se vio en la calle y se fue a T¨¢nger, y desde all¨ª pas¨® a Algeciras. "Pagu¨¦ 1.000 euros por un hueco en una patera. En cuanto pis¨¦ la playa me fui a la estaci¨®n de autob¨²s, y me compr¨¦ un pasaje a Madrid". C¨®mo no, a Sock le "mola" Zidane. Biya, en cambio, es fan de Redondo. "?No s¨¦ por qu¨¦ lo dej¨®!", porf¨ªa. Vicente del Bosque, que coincidi¨® con Biya en un acto con Vodafone, todav¨ªa se acuerda del jugador: "?C¨®mo voy a olvidarlo! L¨¢stima de su situaci¨®n...".
Kanout¨¦ (Sevilla), Kanu (Portsmouth), Feita (Lille)... Son los ¨²ltimos referentes de los millones de aspirantes que forman la cantera africana. "Son el futuro del f¨²tbol", coinciden los agentes requeridos. El a?o pasado, Joseph Blatter, de visita en Senegal, puso de relieve la importancia que tiene una formaci¨®n acad¨¦mica de nivel en el continente negro. "?frica debe afrontar numerosos desaf¨ªos. El deporte y el entusiasmo unificador que despierta deber¨¢n ayudar a sortearlos, pero es necesario que los encargados de la gesti¨®n deportiva est¨¦n a la altura", expres¨®. B?, Asemota, Biya... Todos responden con una mueca ir¨®nica a las palabras del presidente de la FIFA.
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