Las miserias del 'boom'
La pol¨ªtica econ¨®mica del dictador no redujo las enormes desigualdades sociales
Si hay que cortar la cola al perro es mejor cort¨¢rsela entera, de una vez", le explic¨® Milton Friedman, de la Universidad de Chicago, a Augusto Pinochet el 21 de marzo de 1975 en Santiago. "?Sabe qui¨¦n dijo esto? El canciller alem¨¢n de la posguerra Ludwig Erhard", a?adi¨®. El profesor hab¨ªa llegado a Santiago invitado por el equipo econ¨®mico de la dictadura. Los Chicago boys.
Friedman prosigui¨®: "Es muy apropiado para la situaci¨®n actual de Chile. Usted tiene que elegir entre dos males: un breve periodo de desempleo o una tasa alta de desempleo a largo plazo. Mi opini¨®n es que un plan gradual para terminar con la inflaci¨®n ser¨¢ muy doloroso durante mucho tiempo. Me temo que el paciente no sobrevivir¨¢. Lo mejor es un tratamiento de shock".
Para apartar definitivamente a los chilenos de la pol¨ªtica hab¨ªa que favorecer el consumo
Un mes despu¨¦s, en abril de 1975, la junta militar defini¨® la lucha contra la inflaci¨®n como una cruzada equivalente a la que desde 1973 ven¨ªa aplicando contra miles de opositores a la dictadura. En paralelo al objetivo de extirpar el llamado c¨¢ncer marxista a trav¨¦s de la m¨¢s despiadada y generalizada represi¨®n, Pinochet se aplic¨® a atacar la inflaci¨®n.
Friedman gan¨® ese a?o el Nobel de Econom¨ªa, mientras que Pinochet cosech¨® los resultados inmediatos del tratamiento de shock. Las recomendaciones de Friedman (recorte del gasto p¨²blico, reducci¨®n de las tarifas arancelarias, precios libres, anulaci¨®n de las trabas a la inversi¨®n extranjera, venta al sector privado de centenares de empresas industriales y libertad de las multinacionales para repatriar a sus casas matrices la totalidad de sus beneficios) provocaron una ca¨ªda del 15% en el producto interior bruto, la producci¨®n industrial se redujo casi un 30% y el poder de compra de los salarios retrocedi¨® hasta representar el 40% de su nivel de 1970.
Tres a?os m¨¢s tarde lleg¨® la recuperaci¨®n. Entre 1978 y 1981, la econom¨ªa conoci¨® un crecimiento anual acumulado del 32%. Pero lo que Friedman no anticip¨® es que bajo la recuperaci¨®n econ¨®mica tuvieron lugar una fort¨ªsima especulaci¨®n y endeudamiento. La moneda, el escudo, vinculada al tipo de cambio del d¨®lar, se apreci¨® al ritmo del norteamericano. Para apartar definitivamente a los chilenos de la pol¨ªtica hab¨ªa que favorecer el consumo de televisores, electrodom¨¦sticos y coches.
En el a?o 1982, el mismo en el cual Friedman calific¨® la pol¨ªtica econ¨®mica de Pinochet como la del "milagro econ¨®mico chileno", las medidas adoptadas perdieron gas, a ra¨ªz de la ca¨ªda de los precios del principal producto de exportaci¨®n de Chile: el cobre. Otra vez lleg¨® la contracci¨®n industrial y, pese a sus promesas, Pinochet se vio obligado a devaluar el escudo. El Banco Central de Chile perdi¨® el 45% de sus reservas.
"El Estado fue un instrumento decisivo para los esfuerzos de crear una econom¨ªa de exportaci¨®n durante los a?os de Pinochet y despu¨¦s de su salida. Aunque los neoliberales suelen imponer en algunas ocasiones las ideas liberalizadoras en el sector financiero, la reestructuraci¨®n de la econom¨ªa fue dirigida por una pol¨ªtica gubernamental de desarrollo a escondidas. Aunque siempre se define a Chile como un ¨¦xito neoliberal, en realidad la transformaci¨®n de Chile no fue neoliberal en su sistema de producci¨®n", escribe James Chipre, profesor de Econom¨ªa de la Universidad de California.
Antes de abandonar el Gobierno, Pinochet volvi¨® a gozar de un nuevo boom econ¨®mico. Los gobiernos de la Concertaci¨®n (socialistas y democristianos) fueron continuistas en aspectos b¨¢sicos de dicha pol¨ªtica aunque con un discurso de mayor ¨¦nfasis social.
Si bien la gesti¨®n macroecon¨®mica de Chile sigue siendo puesta como un modelo internacional, la aspiraci¨®n de crear una potente econom¨ªa exportadora a trav¨¦s del tratado de libre comercio firmado con EE UU para dar continuidad al interrumpido boom de finales de los a?os ochenta y primeros noventa se ha convertido en un espejismo.
Ni la pol¨ªtica de la dictadura ni los cambios introducidos por los gobiernos de la Concertaci¨®n han logrado mitigar las desigualdades derivadas de una distribuci¨®n de la riqueza que pasa por ser una de las m¨¢s inequitativas del mundo.
"Es nuestro mayor fracaso. Despu¨¦s de seis a?os al frente de la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno de Ricardo Lagos, s¨¦ que cada vez que intent¨¢bamos una redistribuci¨®n m¨¢s justa, un poderoso establishment imped¨ªa adoptar las medidas m¨¢s elementales", explic¨® el ex ministro Nicolas Eyzaguirre en una reciente entrevista con este peri¨®dico.
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