"Estoy pensando en irme"

La decisi¨®n del Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia (MEC) de esperar al ¨²ltimo d¨ªa de contrato de los investigadores del programa Ram¨®n y Cajal para ofrecerles un a?o extra ha tenido muchos da?os colaterales. ?stos son tres casos.

Jos¨¦ Antonio Ortiz, investigador en la Universidad Miguel Hern¨¢ndez, en Alicante, ha dejado la ciencia definitivamente. "Ya estaba fuera del laboratorio, ?qu¨¦ sentido ten¨ªa que me prolongaran el contrato?", dice. Con su abandono se perder¨¢ un proyecto de investigaci¨®n financiado por el MEC con 90.000 euros.

Otra paradoja la vive Domingo Barber, inmun¨®logo del Centro Nacional de Biotecnolog¨ªa. En esta instituci¨®n hay un plan para fomentar la excelencia, por el que se seleccionan investigadores emergentes que son "la apuesta fundamental para el futuro cient¨ªfico" del centro, seg¨²n sus responsables, y a los que se da espacio de laboratorio, entre otros beneficios. Barber compiti¨® con otros 40 para ganar esta categor¨ªa de emergente, pero s¨®lo pod¨ªa aprovecharla con un contrato que asegurase su salario, y su cajal terminaba. As¨ª que tuvo que concursar -y gan¨®- para un contrato pensado para cient¨ªficos m¨¢s j¨®venes, financiado por la Asociaci¨®n Espa?ola Contra el C¨¢ncer. Es s¨®lo por dos a?os y gana 6.000 euros menos. "He pisado el puesto a otros m¨¢s j¨®venes, pero no ten¨ªa otra salida", dice.

Otro ejemplo: el astrof¨ªsico David Barrado, ex cajal del Instituto Nacional de T¨¦cnica Aeroespacial, coordina la participaci¨®n espa?ola en el telescopio espacial JWST, que sustituir¨¢ al Hubble; dirige un equipo Consolider -grupos que, seg¨²n define el MEC, "lideran la ciencia espa?ola"- y otro PRICIT -parecido al Consolider, de la Comunidad de Madrid-. Y sigue sin estabilizarse. "Tengo varias ofertas fuera y me las estoy pensando", afirma Barrado.